“Nunca se pensó que iba a ser tan dura la pérdida de territorio con la derrota, fue un chiquero”, reconoce un intendente de los que forma masa crítica para darle ruedo a la reconstrucción del peronismo santafesino, una tarea compleja de emprender, sobre todo por no tener conducción. Mientras, se aferran a un horizonte concreto y última bala: trabajar en la campaña de Sergio Massa Presidente.
Saben que si el ministro pierde, no tendrán ninguna referencia política en ninguno de los niveles del Estado, y sólo algunos podrán descansar en los senadores departamentales, ya que la tierra arrasada llegó también al Senado donde el peronismo perdió la manija y mayoría después de 36 años.
Si Unión por la Patria es historia será lo más parecido a dormir a la intemperie para los jefes territoriales santafesinos, aunque algunos, seguramente, pedirán una manta al gobernador electo Maximiliano Pullaro. Eso será parte de otro análisis. Este riesgo, que está en los cálculos, dimensiona la necesidad de trabajar imperiosamente el voto para el ministro de Economía.
Al parecer, lo entendieron y pusieron manos a la obra. El articulador inicial fue Diego Giuliano, ministro de Transporte, diputado y hombre de Massa, quien organizó la cena del miércoles pasado que sirvió de largada para contener a toda la dirigencia.
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Diego Giuliano (micrófono en mano) organiza parte de la campaña con los intendentes santafesinos
Esa tropa es amplia. Los que perdieron sus respectivos cargos, intendencias o presidencias comunales, “están enojados y con la cabeza en otra cosa”. “Si no los contienen, por empezar, no van a repartir un solo voto”, repasa alguien que estuvo en la cena mencionada donde apareció Massa para los postres y, según coinciden algunos de los tres presentes, transmitió una inyección de ánimo para militar la campaña.
“Nos vinimos con la imagen de un gran líder y convencidos de dejar todo para que sea presidente”. Ergo, los compró a todos. Allí pidió alcanzar los 32 puntos en la provincia para la fórmula que comparte con el santafesino Agustín Rossi y que tiren todos para el mismo lado. Previamente, hubo algunos trapitos al sol que se largaron entre asado de tira y papas fritas.
El operativo clamor
Queda menos de un mes en la cuenta regresiva para “trabajar la candidatura de Sergio”. Para eso las departamentales se encargarán de la coordinación territorial. El propio Massa bajó la instrucción: discusión en el mano a mano con el vecino. Para eso ya enviaron todo el material publicitario para la presencia electoral: pancartas, boletas, volantes, carteles, todo con la cara de Massa. Esta vez parece ser que el apoyo nacional no quedará en promesas como sucedió en la campaña provincial.
Así, se dispone que el aparato del justicialismo esté activo, que se levante de la cama y salga a la calle para materializar las medidas del Gobierno que las han gozado los vecinos, pero no saben que las hizo Massa.
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Hay otra premisa tácita: que nadie se quiera salvar la ropa propia y no trabajar el proyecto completo, tal como sucedió en las PASO. Una de las más encendidas en ese sentido fue la candidata a vicegobernadora Silvina Frana. Ahora todos están en la misma. El resultado nacional va a definir cómo va a comenzar el proceso provincial. Por lo tanto, la campaña es circunstancial y determinante.