APERTURA DE SESIONES

Omar Perotti, en puntas de pie

El último discurso del gobernador estuvo lejos del tono beligerante de otros años y se anticipó al debate por la seguridad en la campaña que viene: "Que el enemigo sea el delito y no la política".

Meramente descriptivo, medido, casi con objetividad a lo largo de las 120 carillas que leyó durante unas tres horas. Así cerró el gobernador Omar Perotti su último discurso de apertura de sesiones al frente de la Casa Gris. En puntas de pie, el rafaelino se ocupó de no meterse en el barro de la política, no dejó mensajes electorales, aunque fuera de la Legislatura bancó y promovió toda la venta a futuro de su tribu, Hacemos Santa Fe.

Televisado por la transmisión oficial del canal público, Perotti bajó las escaleras de la Casa de Gobierno rodeado de sus ministros y ministras. Ejercitó las piernas para completar los 500 metros que lo separaban de la Legislatura y mostró jefatura, secundado por la plana mayor del perottismo. En la puerta de la Legislatura lo recibió con los brazos abiertos el diputado Roberto Mirabella, acaso en lo que fue el único guiño electoral del gobernador a lo largo de la jornada.

Perotti es un peronista de la gestión, un dirigente que se hace y construye desde el trabajo y la vinculación con las áreas productivas del Estado. Así se interpreta él mismo. En ese marco, bajo esa matriz, ponderó en exceso lo que él entiende como logros de su gobierno. Dividió el discurso en ejes, arrancó por la Santa Fe “motor productivo” y terminó con perspectiva de género e igualdad. En el medio, levantó el Boleto Educativo Gratuito, uno de sus principales aciertos en el andar por el gobierno.

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Omar Perotti y la troupe de Hacemos Santa Fe que lo acompañó a la Legislatura.

Omar Perotti y la troupe de Hacemos Santa Fe que lo acompañó a la Legislatura.

En un tiempo donde a la política no le sobra nada, Perotti cuidó las formas. Muy, muy lejos quedó de aquel gobernador que, al asumir, denunció un pacto de impunidad entre el Estado y el delito. Este lunes recordó esas palabras, pero casi al pasar, de rigor, mínimamente. En virtud de sus movimientos, ya no queda nada de ese Perotti.

Su alfil para dicha denuncia, el exministro Marcelo Sain, quedó hace mucho fuera de carrera y su vínculo con la vicegobernadora Alejandra Rodenas y el bloque de senadores que conduce Armando Traferri se recompuso. Nunca quedó en claro porqué abrió esa puerta si él mismo iba a cerrarla tiempo después.

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Así como rearmó esa historia, Perotti mensajeó en la misma línea a la oposición, en la previa de la campaña electoral. Sobre el final del discurso, pidió elevar la vara de la discusión y transmitió su “deseo” de una contienda “donde el delito y el narcotráfico sean los enemigos y no la política”. Pegar por arriba del cinturón, en criollo.

Al único que le cobró cuentas fue al socialismo que, a su entender, le dejó una herencia difícil de levantar. “Cuando arrancamos la gestión no pudimos pagar sueldos y aguinaldos en tiempo y forma. Teníamos deudas millonarias con proveedores, con contratistas de obra”, bramó. Luego, en diálogo con medios, profundizó la queja.

Por un lado, todo lo numérico lo moviliza, el ordenar las cuentas, el contar cada centavo que entra y sale es –para Perotti– una religión. Ni siquiera el paso del tiempo supo curarle esa herida. A tres años y pico de haber iniciado su gobierno, al gobernador lo desencaja el modo en que recibió las cuentas públicas. Un digno contador, cuestionable para el resto de la política que defiende un Estado motorizador de la economía.

Ahora empieza a nacer el Perotti de la transición. El que peleará porque Hacemos Santa Fe trascienda y el que se cargará la gestión al hombro en la próxima elección, pero también el que entregará la banda. Ese es el principio de su salida, a todos les llega su momento. Al gobernador le quedan siete meses por delante y más temprano que tarde arrancará un proceso electoral que lo tendrá casi como protagonista secundario. Ahí deberá escribir otro discurso.

perotti se despide de la legislatura de santa fe con balance y calor militante
peronismo, futuro y yo

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