El campo no es una criatura de una sola cabeza, como se la definió simbólicamente cuando en 2008 toda la cadena de la agroexportación estaba embanderada contra la 125. Hasta había un actor definido de presión política que unificaba postura, la Mesa de Enlace, un espécimen que hoy no existe. El poder de lobby es más bien sectorial a través de instituciones y cámaras.
Hay matices e intereses cruzados entre un productor de soja, quien se la acopia, el mercado (bolsas, corredoras) y las cerealeras que van a comprar su cosecha y venderla al exterior. Lo cierto es que en el comienzo de la era Milei hay un factor común respecto al ánimo.
El apoyo a Javier Milei
Hay dos dimensiones de consideración del campo hacia el Gobierno. De fondo, en lo referente a los cambios estructurales del país, el apoyo es total. De hecho en la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) entidades de toda la cadena agroindustrial avalaron el Pacto de Mayo que “sienta las bases para una nueva etapa en la Argentina”.
Un caramelo políticamente correcto imposible de no saborear. “Es genial cómo desactiva las bombas que dejaron”, agregan en la dirigencia rural que acudió a la Bolsa.
Probablemente la matriz de ese buen ánimo y respaldo sea por religión. Las ideas de liberalizar ciertos aspectos de un negocio que rinde pero está encorsetado -aunque no promesas concretas en ese sentido- ilusiona al sector. También los mueve el rechazo hacia el kirchnerismo duro que se engendró como enemigo público del campo. Huele mucho a 2016.
En la dimensión más superficial, la coyuntura propia del negocio, hay algunas cuestiones por limar aunque no prometen cambiar el humor general. Al menos por ahora. La hinchada aún no mete presión desde la tribuna, aunque envía mensajes sobre lo que no concuerda.
Javier Milei Expoagro 2024
Javier Milei Expoagro 2024 fue recibido como un rockstar
“El vínculo es prudente y las demandas son en positivo”, sostiene a Letra P la productora agropecuaria y directora de la Sociedad Rural Argentina (SRA) delegación Santa Fe, Soledad Diez de Tejada. Le hablan en su idioma: señales para invertir, por ejemplo, cero retenciones al trigo para hacer una diferencia para las siembras venideras.
El dólar verde viejo
La demanda principal es por el atraso cambiario, algo que al propio Milei sulfura y se empecina en desmentir, como lo hizo de manera vehemente en el almuerzo organizado por el Consejo del Comercio y la Producción (Cicyp). En primera fila estaba el presidente del Consejo, Marcos Pereda, vice de la Sociedad Rural.
Básicamente los sectores del agro le hicieron llegar a las segundas líneas de Toto Caputo, llámese el polifuncional Juan Pazos, que no están de acuerdo con el tipo de cambio para liquidar. Que devalúe. Pazos le blanqueó a la SRA que no lo van a hacer y que el cepo tiene para largo, tal como anticipó Letra P tras la reunión que tuvo hace unas semanas con el Consejo Agroindustrial.
Esa es la manera que el Gobierno maneja el diálogo con los distintos actores del campo: para los productores agropecuarios elige a la Sociedad Rural y empresarios con intereses; para la agroexportación, a las poderosas cerealeras, quienes en diciembre le avisaron que no le financiarían el plan a Caputo. Todo abordado exclusivamente por Economía con un visión única de ingreso de divisas, sin mimos ni oda a la producción agropecuaria.
De hecho, en Expoagro, el Presidente fue recibido como un rockstar por los chacareros y empresarios, pero quedó demostrado que su empatía está en otro lado, no en los hombres y mujeres que aran y hacen negocios con la tierra. ¿Enviará una señal al campo en lugar de hablar de economía en su discurso de la Exposición Rural en dos meses cuando la cosecha ya esté liquidada (o no)?
Flota la sensación de que el campo pasará a segundo plano para el Gobierno cuando pueda pedirle matrimonio a la minería, y a la industria del petróleo y gas. Mientras, sabe que tiene cuerda para correrle las dos principales zanahorias de las retenciones y la devaluación, y hasta una tercera: la unificación cambiaria. “Todo muy lindo la motosierra, pero necesitamos tipos que hablen de producción, que entiendan el idioma”, raspa un poco un dirigente de una cooperativa.
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Liquidación fría
Esta inquietud cambiaria del campo es determinante en momentos en que largó la cosecha. La liquidación recién ahora empieza a tomar color después de que se atrasara no sólo esperando una mejora en el tipo de cambio sino también porque la cosecha llegó lenta por el clima. Es más, incidió que no fue la supercosecha que se proyectó e ilusionó, aunque ni eso le movió demasiado el amperímetro al presidente como para abrazar al campo.
Los productores van tapando necesidades financieras que, generalmente, tienen vencimiento durante la cosecha de soja, ya sea de créditos, alquileres de campos, y más tarde insumos. “Imaginate que tenés un buen sueldo por año, y vas sacando para ir viviendo todos los meses y pagando deudas. Así se maneja el productor”, grafican a Letra P.
Un productor y experimentado dirigente hace gráfica la situación. Hay tres tuppers de galletitas, uno con trigo, otro con maíz y el último con soja. El productor meterá la mano en los dos primeros tuppers, y si no le alcanza lo hará con el de soja. Es decir, tapa agujeros con el maíz y guarda hasta cuando pueda la soja.
“La soja la van a empezar a vender mejor en breve, hay que pagar cosas. Tranquilos, se va a vender bastante, pero a nuestro tiempo, que no es el mismo que el del Banco Central”, avisa un productor y dirigente rural del centro de la provincia de Santa Fe.
Las retenciones
El otro reclamo que no sueltan es la quita de derechos de exportación (DEX) que el Gobierno las pateó para 2025. No patalean, dicen comprender que para “desactivar las bombas” las necesita, pero lo toman como un hecho. "Ya se está más cerca. Una vez quitado el cepo se va a poder ir pensando en bajar impuestos, donde el principal son las retenciones”, se esperanzó Pereda tras el almuerzo del CICyP.
Hasta descuentan que modificará los DEX por ser un gobierno liberal que ve en esa retención la mayor herejía del Estado. A Milei le será difícil escapar de eso, lo acorrala su discurso, no tanto sus promesas. Básicamente entienden que es un robo y sobre todo en un sector pujante y que invierte, aunque en este momento el botín lo tiene él. Ahora bien, el campo recuerda y es memorioso. Mauricio Macri tuvo que reestablecer las retenciones y no se lo perdonaron, y eso que el campo se obnubilaba con los ojos color cielo del ingeniero.