El ministro de Economía, Luis Toto Caputo, deberá tachar en su borrador los dólares que pensaba obtener como anticipo de exportaciones de parte de las cerealeras para sumar a la vaquita y pasar el verano en un escenario de reservas flacas. A horas del anuncio de las medidas económicas del nuevo gobierno, que el nuevo jefe del Palacio de Hacienda pautó finalmente para este martes a las 17, el sector agroexportador no acompañará al funcionario.
“Esta vez los anticipos deberán buscarlos en otro lado. La sequía pegó y contra eso no se puede”, explica una fuente de la agroexportación que conoce en detalle cómo las cerealeras se convierten en el salvavidas de los gobiernos cuando las divisas en el Banco Central escasean. "Esta vez", significa que ya hubo antecedentes: sucedió en varias ocasiones con el exministro de Economía Sergio Massa, pero parece que no ocurrirá lo mismo con el flamante jefe de Hacienda de la administración de Javier Milei.
La información que trascendió la semana pasada indicaba que un grupo de cerealeras adelantaría entre U$S3.000 y U$S5.000 millones, una cifra exorbitante que, como se dijo, no se consigue tan sencillamente. En la semana, el presidente de la Cámara de la Industria Aceitera (CIARA), Gustavo Idígoras, desmintió el trascendido. “No hubo diálogos, ni acuerdos de anticipos”, sostuvo ante Letra P.
Se trata de un mecanismo por el cual las cerealeras liquidan en forma anticipada los dólares de sus exportaciones para darle oxígeno al Gobierno en tiempos de crisis cambiaria. Luego, los compensan. Las multinacionales toman dólares de las prefinanciaciones de exportaciones -generalmente créditos con sus casas matrices o bancos-, lo que consiste en traer las divisas, pasarlas a pesos y pagar un costo, claro.
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La campaña 2022/23 fue un fiasco y no hay semejante cantidad de granos en stock para la movida. Lo que hay, se pisa ante una posible devaluación. Según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), hay menos de dos millones de toneladas de soja para vender y unas 4,5 millones vendidas a fijar precio. El stock comercial de acopios, industria, exportadores, silos que pasa de una campaña a otra es de casi 13 millones de toneladas para el maíz y ocho millones de soja.
Con el libertario en el poder y el reloj de arena dado vuelta para Caputo, el cálculo acerca de dónde sacará dólares vuelve a apremiar y el margen se le achica ante la negativa agroexportadora. Con todo, las cerealeras tienen mucho para poner sobre la mesa y negociar. Como contó este medio, el sector presiona en favor de una desregulación exportadora fuerte y la unificación del tipo de cambio.
“El Presidente prometió una política de shock y en el discurso la ratificó. Por lo tanto, esperamos que la política económica cumpla y se eliminen las restricciones a la exportación y un cambio único y competitivo”, sostuvo el presidente de CIARA.