Si algo selló la suerte de Sergio Massa como ministro de Economía y candidato a presidente fue la sequía que le fumó 20 mil millones de dólares y quemó los papeles. El destino prometió una supercosecha del agro a Javier Milei en su primer año, pero el calorazo de fines de enero le derritió los planes.
Justo cuando el presidente calculaba que “en marzo y abril” se tocaría fondo para luego “rebotar” a mediados de año, seguramente con la liquidación de la agroexportación en el cálculo, la cosecha finalmente no será súper como se preveía en el arranque del año.
“La ola de calor (de mediados de enero a principios de febrero) excluyó la posibilidad de una súper campaña de soja”, describe la Guía Estratégica para el Agro de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR). El deterioro de los cultivos “llevó a un fuerte recorte de 2,5 millones de toneladas (Mt)” y se ubicaría en torno a 49 Mt, similar al 2020, y no más allá de las 50 Mt como se preveía en enero.
Los precios del agro en caída
El calor también pegó casi igual en el maíz, que no arrimará a las 60 Mt estimadas sino a 57 Mt. Igualmente, Javier Milei tuvo más suerte que Massa: si no llovía en febrero, la cosecha hubiese dado lástima.
Esta caída en el rendimiento y producción de la cosecha se le suma la fuerte caída en el precio de la soja. Los precios FOB de exportación venían con un envión de U$S 533/tn de junio a octubre pero ahora está apenas por encima de U$S 410/tn, un recorte cercano al 23%, y el nivel más bajo desde diciembre del 2021. Más de 100 dólares en pocos meses es realmente una fortuna.
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Buena cosecha, pero no super la que ligará Javier Milei en su primer año de gestión
Al inicio de la siembra, la proyección de exportaciones de harina de soja superaba los U$S 14.560 millones, pero si se tomaran los precios actuales podría estimarse en U$S 11.270 millones. Según GEA, esto representa un recorte de unos U$S 3.290 millones, imputable a la baja de precios. A esto hay que agregarle el recorte de producción mencionado. O sea que a Toto Caputo se le pueden ir por el tubo tranquilamente unos U$S 5.000.
EE.UU. le patea en contra a Javier Milei
Paradójicamente quien terminó influyendo en la caída del precio fue el amigo y faro de Milei, los Estados Unidos. El último trimestre de 2023 fueron los meses de mayor procesamiento de soja en su historia. Toda una amenaza para el comercio exterior argentino. También deja una moraleja para Javier Milei en momentos en que se debate el futuro del régimen de biocombustibles.
El uso ininterrumpido de aceite de soja para producir biodiesel y HVO en los Estados Unidos viene apuntalando la molienda de soja en el país norteamericano. “La fuerte política de subsidios de los Estados Unidos en el marco de la transición energética es el principal factor detrás de este impulso a la industria aceitera estadounidense”, sostiene GEA.
Luz amarilla
Todo esto es una luz de alarma, probablemente amarilla, para el Gobierno que se empecina en sostener el equilibrio fiscal como norte y también la estabilidad cambiaria. Hasta podría decirse que influye en su sueño de dolarizar la economía, aunque no tanto como para frenarlo.
“Esta baja en las estimaciones impactará más que nada en el nivel de actividad económica. Habrá menos ingresos fiscales en ese rubro, pero no será el problema mayor sino la caída de impuestos de la actividad económica. Esa V de la que habla Milei, probablemente no se dé”, sostuvo a Letra P el economista Gustavo Reija.
Finalmente a Milei no le creció ni la hierba buena ni mala, algo intermedio, un yuyo fuerte que le servirá al presidente en su primer año o, mejor dicho, no le juegue en contra, pero probablemente no le alcanzará para limpiar la tormenta del cielo.