Empujado por precios internacionales en alza, una condición óptima de humedad de suelos y baja de impuestos para importar fertilizantes y agroquímicos; el campo le preanuncia buenas noticias a Javier Milei para un año electoral, mientras se prepara para sembrar un 20% más de trigo y cebada que en 2023 y generar una cosecha fina de 23.000 millones de toneladas.
En el congreso anual del sector, Fernando Rivara, presidente de la Federación Nacional de Acopiadores estimó que “son más de u$s3.900 millones de retenciones que recibirá el Gobierno de la cosecha fina” y, delante del secretario de Bioeconomía Fernando Vilella, le avisó al Presidente y a gobernadores e intendentes: "En el campo no hay más plata ¡se acabó, miren para otro lado!".
El precio de la tonelada de trigo aumentó de u$s195 a u$s240 aproximadamente en los últimos dos meses. “El futuro de trigo diciembre se ha mostrado al alza en el mercado a término local”, detalla un informe de la Bolsa de Cereales de Rosario (BCR) y agrega: “Luego de tocar el piso de u$s180 por tonelada en febrero, tuvo un ascenso del 28% en la actualidad, llegando a precio de referencia de u$s244 por tonelada”.
"El trigo y el maíz son de los cultivos más caros para implantar, requieren mucha tecnología, fertilizantes, como referencia actualmente, para sembrar una hectárea de trigo la inversión llega a u$s750", detalló a Letra P la economista jefe de la BCR, Emilce Terre.
Inundaciones en Brasl y sequía en Rusia y EE.UU.
La rebaja de impuestos internos coincidió con la caída del precio internacional de la urea, que se usa para fertilizar. Ese combo, repiten analistas y productores, le devolvió la rentabilidad en el Excel a la siembra de “la fina”. El volumen de lluvia de marzo y abril le garantizan en un 70% el éxito de la cosecha en diciembre-enero próximo.
Brasil es el mayor comprador de trigo nacional. A raíz de las inundaciones en Porto Alegre, el Estado que más trigo produce, va a generar mayor demanda hacia Argentina. Además se registran sequías en Rusia y Estados Unidos, dos de los más grandes productores, junto con China e India.
El sector agropecuario ya no espera una rebaja de las retenciones en el corto plazo, que están en el 12% para el trigo. No obstante, sostiene que el dólar está atrasado, por lo que reclaman la unificación cambiaria, con un alza de la cotización de la divisa estadounidense.
Toto Caputo no cede
En el encuentro de productores trigueros disertó también Juan Pazo, el secretario coordinador que tiene Toto Caputo para el sector productivo. "Ustedes son héroes y nuestros aliados", endulzó el funcionario al empresariado del campo luego de afirmar que las retenciones se eliminarán “cuando haya reservas sólidas en el Banco Central”.
El productor que lo sucedió en la palabra, le contestó al funcionario: "Héroes no somos; y a los aliados se los ayuda y no parece que lo estén haciendo. Vendemos nuestro producto con el valor del dólar a $600 y compramos insumos con el dólar a $1.200".
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Fernando Vilella, el responsable de Agricultura en la era Javier Milei
El trigo es la promesa, mientras la soja sigue en los acopios. La liquidación del sector agroexportador se ralentiza y la afectación del maíz por la chicharrita moderó la cosecha, que llegó a 50 millones de toneladas.
El optimismo por la campaña de la fina tiene cifras que lo sostienen. Un informe de la BCR, con datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) y de la Agencia Marítima NABSA, asegura que durante el primer cuatrimestre de 2024 "las compras externas de fertilizantes ascendieron a 776.000 toneladas, el mayor volumen registrado para este período del año”.
Buenos Aires, la provincia triguera
La Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) proyecta un área sembrada de trigo de 6.200.000 hectáreas y una producción final de 18 millones de toneladas. En tanto, la cebada llegaría a cubrir 1,3 millones de hectáreas y se cosecharían 5,1 millones de toneladas. Una y otra producción denotan un incremento de casi 20% respecto de la campaña 2022-23.
En 2023 Buenos Aires fue la provincia de mayor superficie sembrada de trigo y representó más del 40% del total. Segunda quedó Santa Fe y luego Córdoba. Entre las tres representaron el 74% de las hectáreas implantadas con trigo.
A través del decreto 384/2024, el Gobierno eliminó los aranceles de importación de la urea, el nitrato de amonio y la mezcla de ambos, que anteriormente tenían una carga arancelaria del 5,4%, 6,0% y 3,6%, respectivamente.