Guillermo De Rivaslogró que el gobierno de Javier Milei le abra una puerta para reforzar la seguridad en Río Cuarto. La secretaria de Seguridad de la Nación, Alejandra Monteoliva, con pasado en cordobesismo, le entregó equipamiento para extender el monitoreo hasta las rutas de acceso a la ciudad y concretar el “anillo seguro” que había prometido.
El acercamiento entre la enviada de Patricia Bullrich y el intendente del sur de Córdoba no pasó inadvertido, más allá de la agenda común y el rol institucional de las partes que comparten el ascendente peronista.
Monteoliva confirmó en esa reunión que hará entrega de cámaras domo multidireccionales, cámaras fijas y lectoras de patentes, cuyos datos se procesarían con ayuda de inteligencia artificial. Según indican en el gobierno local, esta tecnología será clave para poner en marcha el dispositivo de control sobre los accesos al Gran Río Cuarto, un conglomerado urbano atravesado por las rutas nacionales 8, 158 y 36.
Implica además el trabajo articulado con fuerzas federales y, en ese marco, la central de monitoreo riocuartense empezará a controlar el tránsito en el área metropolitana con la meta de detectar vehículos con pedido de secuestro o vinculados a causas judiciales, también de personas con pedido de captura emitida en cualquier lugar del país. Todo esto se plasmó en una foto con Monteoliva, la exministra de seguridad de José Manuel De la Sota y funcionaria de cartera de Bullrich.
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La imagen del encuentro, difundida a través de las redes sociales del intendente y luego a través de los canales de prensa del municipio, muestra solo tres protagonistas: Monteoliva, el mandatario riocuartense y su secretario de prevención Gastón Maldonado, reunidos en el despacho de la secretaria de Seguridad de la Nación.
Fue el lunes de esta semana y allí les confirmaron que los equipos para ampliar el dispositivo de videovigilancia llegarán a mediados de este mes. Con el anuncio bajo el brazo, el gobierno local busca ahora capitalizar este nuevo puente con la Nación para mostrar gestión frente a una demanda que manifestaron fuerte algunos sectores de clase media y media baja, pero que moviliza y atraviesa a todo el electorado.
El anillo de control del Gran Río Cuarto
El denominado “anillo de control del Gran Río Cuarto” fue uno de los principales anuncios de De Rivas durante la apertura de sesiones ordinarias, en febrero de este año en el Concejo Deliberante. La base de este esquema serán las cuatro lectoras de patentes que se instalarán en los accesos al área metropolitana, con Las Higueras y Holmberg como portales de ingreso al norte y al sur.
Ese dispositivo forma parte de un programa de seguridad más amplio, que incluye la aplicación de tecnología de procesamiento de datos con inteligencia artificial y un relevamiento a los vecinos para actualizar el mapa del delito en Río Cuarto. Un dato relevante de esta encuesta de victimización es que arroja luz sobre la “cifra negra de la delincuencia”: aproximadamente la mitad de los riocuartenses consultados no denuncian los hechos delictivos que sufren.
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El intendente de Río Cuarto, Guillermo de Rivas, con el ministro de Seguridad de Córdoba, Juan Pablo Quinteros
Prácticamente al mismo tiempo que el intendente anunciaba la ampliación del sistema de videovigilancia, en febrero de este año, Río Cuarto fue escenario de cuatro marchas consecutivas de vecinos que le reclamaban al municipio que tome medidas contra la inseguridad, en medio de una ola delictiva que se extendió de la periferia al centro de la ciudad. De Rivas fue objeto, entonces, de un duro reproche por parte de sectores de la clase media comercial riocuartense, de trabajadores precarizados como los cadetes y de dirigentes opositores que compiten por la representación de ese electorado.
En medio de esa pelea por capitalizar esta demanda de la clase media y media baja, pero también por arriba y por debajo de esa estratificación, De Rivas parece decidido a retomar una agenda que hable ese idioma. Por otro lado, el clima de época amplifica las exigencias de un tipo de medidas de gobierno que pegan en lo emocional y movilizan.
Esa competencia por conectar con esa demanda social se reedita ahora con otra iniciativa deDe Rivas, que busca limitar y regular el trabajo de los “trapitos” y cuidacoches en la calle, en la que vuelve a pulsear con el radicalismo por la canalización de las demandas de la clase media.
La órbita de Patricia Bullrich
Pero, de momento, lo que está en primer plano es el hecho político. Maldonado precisó que el encuentro con Monteoliva consistió en una “puesta en común agendas de trabajo entre la Nación, la Provincia y el municipio”.
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Patricia Bullrich y Alejandra Monteoliva en una visita a Córdoba para anuncios de gestión
El encuentro con la secretaria de Seguridad de la Nación dio lugar a varias lecturas políticas, y en el Palacio de Mójica –sede del gobierno local- abren el paraguas para atajarse de las interpretaciones en clave aliancista. En este sentido, la narrativa oficial se apega netamente a los roles institucionales de cada uno los dirigentes que participaron de la cumbre. Por eso, aclaran que en la reunión con Monteoliva no hablaron de política partidista y se abordaron solamente temas específicos en materia de seguridad.
De todas formas, la aclaración no disipa totalmente las dudas. ¿Se trata solo un acercamiento institucional que se gestó por los denominadores comunes que tienen las dos administraciones o hay algo más?
Guillermo De Rivas capitaliza una relación cordobesista
El vínculo con Monteoliva remite a su pasado cordobesista, del tiempo en que era funcionaria del justicialismo mediterráneo y José Manuel De la Sota promediaba su tercer mandato como gobernador. Si bien quedó marcada por el acuartelamiento policial de 2013, luego siguió su carrera como consultora internacional, un par de años más tarde se enroló con Bullrich y hasta 2020 ejerció como directora operativa de las fuerzas federales.
Lo cierto es que la gestión de De Rivas tiene buena llegada al despacho de Monteoliva, con quien destacan el buen entendimiento. “Hablamos el mismo idioma”, aseguran. En principio, la Secretaría de Seguridad de la Nación estaría interesada en Río Cuarto por su ubicación geográfica estratégica, desde el momento en que está emplazada en el centro del territorio nacional y surcada por rutas que conectan los cuatro puntos cardinales.
Finalmente, la conexión Monteoliva marca una diferencia sustancial en la relación con el Gobierno nacional, especialmente al lado de otro excordobesista como Daniel Tillard, en su cruzada judicial para que el Banco Nación deje de pagar la tasa de comercio e industria local.