Removió a Gisella García Ortiz y a Gonzalo Izurieta de las direcciones de Asuntos Jurídicos y Recursos Humanos. Habían promovido despidos. Los reemplazos.
Victoria Villarruel
La parálisis del Senado, convertido en el escenario de los principales traspiés del Gobierno, obligó a Victoria Villarruel a reacomodar las piezas. La vicepresidenta removió a Gisella Alejandra García Ortiz y a Gonzalo Izurieta de las direcciones de Asuntos Jurídicos y de Recursos Humanos. En octubre, ambos había despedido personal transitorio y permanente.
La dupla fue trasladada a otras dependencias y la oposición quiere conocer cuál es su actual situación contractual. La ola de despidos tensó el vínculo entre Villarruel y los bloques aliados, como son la UCR, el PRO y los partidos provinciales. De hecho, complicó aún más la negociación de la agenda legislativa del Gobierno. Además, las cesantías impidieron cualquier diálogo entre las autoridades del Senado y Unión por la Patria.
Sin diálogo con la Casa Rosada, donde sólo logra de vez en cuando una respuesta de Guillermo Francos, la vicepresidenta no pudo abrir el recinto: ni siquiera consiguió cuórum para la reelección de autoridades.
La titular de la cámara alta cambió las piezas de su mesa chica. García Ortiz fue trasladada a la Dirección de Publicaciones, donde dejará su lugar Horacio Pavito, uno de los funcionarios que llegó al Congreso de la mano del diputado Guillermo Montenegro, operador de Villarruel hasta poco después de su asunción. El vínculo entre ambos se rompió para siempre. Por su parte, Izurieta será ubicado en un área que se creará para vincular al Senado con los poderes judiciales de todo el país.
Villarruel ya definió los reemplazos de quienes aún forman parte de su mesa chica. Martín Ferraro será el nuevo director de Asuntos Jurídicos. Se trata de un abogado que cumplía funciones en la auditoría y se encargará cuidar la firma de la vicepresidenta.
No es una tarea sencilla porque desde el Senado tiene acéfala la secretaría administrativa, tras la renuncia, confirmada en la última sesión, de María Laura Izzo. La vicepresidenta no tuvo los votos para que ese lugar lo ocupara Emilio Viramonte Olmos, quien circula por el Senado en calidad de asesor.
El bloque de Santa Cruz (José Carambia y Natalia Gadano) se negó a votar a Viramonte por no conseguir a cambio algún lugar en el cuadro de autoridades. Las tareas administrativas las ejerce directamente Villarruel con sus directores. Izzo, justamente, dejó el cargo en octubre, molesta por la ola de despidos que ejecutaron García Ortiz e Izurieta.
Izurieta también tiene reemplazo en la dirección de Recursos Humanos: Alejandra Figini, otra de las figuras cercanas a Villarruel que será favorecida por un ascenso en el Senado. Los bloques opositores empezaron a hacer consultas. Quieren saber si la dupla removida ejercerá sus nuevas tareas con cargos políticos o será personal de planta.
Ocurre que uno de los argumentos que usaron para echar a agentes con designación permanente fue que al momento de acceder al Senado -en algunos casos hacía más de una década- no habían cumplido funciones un año en un área administrativa. "Resulta que le piden eso a los senadores pero la vicepresidenta puede nombrar gente a gusto", reclaman desde los bloques opositores.
Decidida a dar una lavada de cara a su mesa chica, Villarruel tomó otras decisiones, como la incorporación del asesor Mario Russo, un politólogo que asesoró a la campaña de La Libertad Avanza en 2021, cuando el actual binomio presidencial se ganó bancas en Diputados.
Russo perdió lugar en el círculo de Milei cuando en 2023 Santiago Caputo monopolizó la asesoría hasta convertirse en una de las figuras de mayor confianza del Presidente. La Libertad Avanza es una familia rara: el asesor estrella había llegado a la mesa libertaria por gestión de los legisladores porteños Ramiro Marra y Eugenio Casielles, eyectados del espacio por Karina Milei.
La secretaria general rompió el vínculo con Villarruel en la campaña y no fue posible retomarlo. Caputo, en tanto, quiso controlar las votaciones del Senado sin llamar a la vicepresidenta y no paró de chocar: la última vez fue en la gestión para completar a la Corte Suprema. Russo será ahora el encargado de medir desde el Senado el aceite del funcionario sin cargo.