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Victoria Villarruel espera un llamado de la Casa Rosada para congelar los pliegos de Lijo y García-Mansilla

Santiago Caputo no quiere un rechazo en el recinto. La vice aguarda una hoja de ruta oficial para llamar a los aliados. Ficha limpia, moneda de cambio.

"Nos plegaremos a la estrategia que tenga el Ejecutivo", respondieron a Letra P desde el entorno de la titular de la cámara alta, ante la consulta sobre cuál será la hoja de ruta esta semana en el Senado.

La solicitud no tiene día y hora. Dejan abierta la puerta para que Villarruel cite a la sesión el jueves y tape la que pidió para ese día Unión por la Patria a las 12 horas, con los pliegos de los candidatos a supremos como únicos temas. De mínima, desde la Casa Rosada le hicieron saber este fin de semana a la vicepresidenta que no avalan esas votaciones. "Al menos en estos días, no se tratarán los pliegos", ratificaron en su entorno.

La vice sólo espera definir el método para sacarse de encima la presión del peronismo. Necesita un señal más clara de Caputo para decidir si convoca a los otros bloques a una reunión de labor parlamentaria, para coordinar un temario sin los pliegos, o si directamente deja pasar la semana sin ninguna actividad.

Victoria Villarruel, con la lapicera

En la oposición hay expectativa por los próximos pasos de Villarruel, quien suele darse su tiempo para tomar decisiones. Los bloques aliados no quieren sentarse en el recinto para tratar los pliegos. Presa de su interna, la UCR es el más interesado en dejarlos pasar. De hecho, Martín Lousteau quiere votar los dos en contra; mientras que Pablo Blanco y Carolina Losada se oponen a Lijo, pero no está claro si darán cuórum. Los otros diez miembros de la bancada prefieren no tener que elegir.

"Es una locura sesionar esta semana. Lo mejor es dejar pasar un tiempo hasta que Ficha limpia tenga el respaldo garantizado y Milei retire los pliegos", sostuvo ante Letra P una fuente de la UCR. En el resto de los bloques aliados tienen posturas parecidas, aunque no saben qué camino tomará Villarruel. Como explicó Letra P, a ninguna bancada le hace gracia votar a favor o en contra de los pliegos, sin saber el resultado final.

El reglamento la habilita a esperar hasta un día antes de una eventual sesión para convocar a labor parlamentaria y organizar la actividad en el recinto junto al resto de las bancadas. De hecho, la última vez que ignoró un pedido de sesión de UP, Villarruel habilitó el hemiciclo y ni siquiera permitió la asistencia de sus secretarios. Se excusó en que no había habido una reunión previa para sesionar. Como esa vez no hubo cuórum la discusión no pasó a mayores. Si el jueves UP junta 37 votos, reclamará votar y la discusión puede subir de tono.

La interna peronista

Como explicó Letra P, las autoridades de UP, cercanas a Cristina Fernández de Kirchner, tienen decidido ir a fondo contra los dos pliegos de la Corte, por el sólo hecho de que Milei se atrevió a designarlos por decreto. Sólo asumió García-Mansilla, mientras que Lijo no juró porque no logró que le aceptaran una licencia sin goce a su cargo del juez federal.

En el peronismo hay casi unanimidad en el rechazo al académico, quien no está claro si podrá seguir en la Corte en caso de tener una votación adversa en el Senado. El Gobierno dice que sí, porque el decreto de designación tiene un trámite propio; pero en UP aseguran que la Constitución privilegia la acción de la cámara alta.

El futuro de Lijo es más sinuoso. Entre ocho y 14 de los 34 miembros de UP no están dispuestos a votar en contra de su pliego. De esta manera, el peronismo podría necesitar aliados para llegar a los 25 votos necesarios para rechazar el expediente, un tercio del recinto. Claro que antes se requieren 37 bancas ocupadas para iniciar la sesión. Toda una aventura. Villarruel podría impedirla. Tiene la lapicera.

Guadalupe Tagliaferri y Anabel Fernández Sagasti, firmantes de rechazos a Manuel García-Mansilla. 
Ariel Lijo, en un limbo: el Senado no trata su pliego y la Corte no le tomó juramento. 

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