Mauricio Macri le puso un límite al Pacto de Acassuso que rubricó con el candidato presidencial de La Libertad Avanza (LLA), Javier Milei, de cara al ballotage: no será parte de una eventual denuncia de fraude o un desconocimiento de los resultados por parte del economista ultraliberal. En ese sentido, el exmandatario tomó la misma postura que la titular del PRO, Patricia Bullrich, de remarcar la existencia de algunas "trampas" -como el robo de boletas-, pero que no se debe poner en duda el sistema electoral. No lo dijo abiertamente, pero el ingeniero incluso se preocupó en dejar asentada de forma pública que no comparte del todo la visión libertaria.
“Nosotros queríamos conducir este cambio, y por errores propios y virtudes de Milei, no lo estamos haciendo. Pero igualmente la Argentina necesita que volvamos a creer. Y sé que no es todo perfecto lo que propone él, hay cosas que no nos gustan pero él tendrá que ir negociar al Congreso y todo lo que no te gusta no va a suceder, porque él no va a tener los votos. Y las que si te gustan, de transparentar la Argentina, volver a la esperanza, sí va a volver”, graficó Macri en el canal de noticias LN+.
Fue un mensaje al electorado, para que no huya hacia el voto en blanco si una eventual presidencia Milei no los termina de convencer. Pero, el sector del PRO que juega para el libertario leyó entrelíneas una postura frente al agite actual del fantasma de fraude que está haciendo LLA.
Una de las figuras del PRO con dialogo casi diario con Macri con captó la intención del expresidente de inmediato y hasta la tomó como un alivio por la creciente preocupación en algunos sectores del macrismo, también extensiva hacia Juntos por el Cambio (JxC), por las señales libertarias que siembran el terreno para denunciar fraude el domingo. Lo último que sorprendió a la coalición fue la presentación de los apoderados del espacio liberal en la que deslizaron que la Gendarmería Nacional habría manipulado las urnas en las generales. "Nosotros ya lo avisamos, si no lo quieren entender es problema de ellos", consideró uno de los miembros fundadores del PRO.
El gesto del expresidente, además, era necesario para los sectores del PRO y de JxC que, sin hacer público su apoyo a Milei, pondrán a su disposición el aparato de fiscalización en cada distrito. Sobre todo los tres gobernadores electos del macrismo, a los que se suman los dos aliados, que a partir del 10 de diciembre deberán administrar sus provincias ya sea con el economista o con Sergio Massa en la Casa Rosada. Jorge Macri (Ciudad), Rogelio Frigerio (Entre Ríos), Ignacio Torres (Chubut), Marcelo Orrego (San Juan) y Claudio Poggi (San Luis) se sumaron al pedido de Macri de apoyar el cuidado de votos el domingo.
La aclaración de los límites también la repiten como un mantra en sectores de la UCR y la CC, donde cayeron bien las declaraciones Macri. "El antikirchnerismo o el antimassismo se terminan cuando chocan con la democracia", afirmó una de las palomas de la coalición opositora.
De esta forma, el expresidente le puso el primer límite a su acuerdo con Milei y LLA en momentos en los que, posiblemente para estar más seguro de quiénes son sus nuevos socios, empieza a construir vínculos con otras personas del espacio liberal. La candidata a vicepresidenta Victoria Villarruel visitó a Macri la semana pasada para una conversación cara a cara. "No la conocía y por eso se juntaron", le dijo a Letra P una de las personas conocedoras de los detalles de la reunión en la casa del exmandatario. Días antes del encuentro, los protagonistas habían hablado por primera vez por teléfono.
Macri buscó, según reconstruyó este portal, conocer de primera mano los planes de Villarruel en materia de Seguridad. Aunque no trascendió si hubo algunos consejos para la última semana de campaña, en la que la diputada tuvo agenda propia, o si negociaron la integración de un eventual gobierno en el caso de una victoria de Milei el domingo. Lo que dan por seguro en el macrismo es que el expresidente pretende conocer mejor a las figuras del espacio ultraliberal porque todavía tiene cierta desconfianza, que es potenciada por el coqueteo de LLA con una denuncia de fraude.