Martín Llaryora y alfiles del ministro lanzaron créditos para el sector. Gesto en la previa del cara a cara con el Círculo Rojo de Córdoba. El programa.
Toto Caputo no llega con las manos vacías a Córdoba.
El gobernador Martín Llaryora lanzó dos créditos con funcionarios de Toto Caputo.
Martín Llaryora presentó un programa de créditos para el sector agroindustrial de Córdoba. El fomento al motor de la economía productiva en la provincia no reviste novedad. Sin embargo, este jueves, el anuncio se compartió con enviados de Javier Milei, que dependen del ministro de Economía, Toto Caputo.
Junto al secretario de Coordinación de Producción, Juan Pazo, el gobernador detalló la iniciativa con la Casa Rosada. Es la primera respuesta a uno de los recurrentes reclamos de Llaryora que, cada vez que puede, exige un plan de gobierno anclado en el sector que mueve la economía y genera divisas.
Son dos líneas de créditos pagaderos en toneladas de soja y en litros de leche para promover la tecnificación y competitividad de la agroindustria. Contemplan asistencia financiera por hasta $300 millones para pymes tamberas y para maquinaria e inversiones.
La operatoria se ejecuta a través del Banco Argentino de Desarrollo (BICE). Los créditos serán a tasa cero, por un subsidio de cinco puntos de tasa que dispondrá el gobierno de Córdoba, con el objetivo facilitar la inversión de los productores y fortalecer la cadena agroindustrial.
“Para nosotros gobernar es generar trabajo y ello no se puede hacer sin producción y sin inversión. Para esto se necesita que haya crédito”, dijo Llaryora, reafirmando los postulados básicos del cordobesismo.
Como no podía ser de otra manera, refrescó el latiguillo autóctono que supone “vivir con los nuestro”: recordó que hace poco puso en marcha líneas de crédito para el sector productivo, junto a la Asociación de Fabricantes de Maquinaria Agrícola y Agro Componentes de Córdoba (Afamac).
Pazo aprovechó para meter la dosis de discursos federalista que no abunda en la era de Milei. Ensalzó el trabajo conjunto entre la Nación “y un grupo de provincias para las que el desarrollo de la producción es centro de su gobierno”.
La reunión contó también con la participación del secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Sergio Iraeta; los ministros provinciales de Economía, Guillermo Acosta; de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica, Pedro Dellarossa; la presidenta del BICE, Marina Calocero; integrantes de la Mesa de Enlace; legisladores provinciales e intendentes de distintas localidades.
El rockstar del gabinete libertario envió un gesto concreto al corazón productivo cordobés y soporte clave de los gobiernos cordobesistas. Lo hizo horas antes de su desembarco en la capital cordobesa, donde participará este viernes de los clásicos almuerzos de Manuel Tagle, presidente de la Bolsa de Comercio.
La comida de este viernes, en el edificio ubicado en plena city cordobesa, será el primer encuentro cara a cara de Caputo con el Círculo Rojo provincial. Decidió no arribar con las manos vacías.
En líneas generales, el sector empresarial argentino banca las medidas de ajuste que Milei instrumenta a través de Caputo, pero, en lo particular, el esquema cordobés viene señalando la necesidad de un plan productivo, es decir, “gestión” para empezar a salir de la recesión.
Llaryora se hizo eco rápidamente de esa lectura que domina el establishment productivo de la provincia. Fue la salida elegante que encontró en enero, momento de fuertes tensiones con la Casa Rosada, para caminar la vía de la oposición propositiva.
Ahora Caputo muestra el primer hecho concreto de gestión conjunta para seguir manteniendo arriba la expectativa, en momentos donde Milei empieza a experimentar una contracción en las encuestas.
El gobernador y el ministro hablan con frecuencia. Llaryora visitó su despacho en varias oportunidades, negoció el traspaso de las obras nacionales al gobierno local y había obtenido los visados necesarios para refinanciar la deuda pública.
Cierto es que los temas medulares para la gestión siguen inconclusos, por lo que el anuncio de este viernes se vivió como un gesto.
Llaryora está determinado a que Caputo flexibilice su plan de déficit cero que cerró las canillas, incluso las que deben quedar abiertas por ley, como los fondos para las cajas de jubilaciones no armonizadas de 13 provincias.
El diálogo existe, pero el punto de equilibrio está lejos de alcanzarse. Sobrevuela una lógica electoralista en esas relaciones. El patrullaje libertario en Córdoba -que ya anticipaban los alfiles de Karina Milei y Martín Menem- parece confirmarlo.