Rosario Nervi llevaba diez años en Buenos Aires cuando un compañero de militancia peronista le propuso volver a Chubut para ganar las elecciones de Dolavon, un pueblo de seis mil habitantes de la Patagonia. Se había ido a los 18 a estudiar Derecho, se había recibido y trabajaba como tallerista en el programa nacional Ellas Hacen. El compañero era Dante Bowen y en 2015 ganó esas elecciones a intendente. Tenían 27 años cuando asumieron la gestión, Nervi como secretaria de Gobierno. Todavía no eran pareja, eso vendría después.
Hoy Nervi tiene 35 años y es candidata a diputada nacional por Unión por la Patria. Nació en Trelew, es hija de una docente y va segunda en la lista, en un reconocimiento del peronismo chubutense a la gestión en Dolavon, a 40 kilómetros de Trelew. Es que Nervi y Bowen llevan tres mandatos consecutivos y en pocos años posicionaron a la pequeña localidad como un polo turístico.
Hasta 2015 Dolavon era un pueblo poco conocido, incluso para chubutenses. Al asumir, la dupla se dio cuenta de que tenía pocos fondos, en parte por el presupuesto limitado de las intendencias y otro tanto por el recorte de la gestión macrista a nivel nacional. Fue ahí que decidieron organizar fiestas autóctonas basadas en la economía y la gastronomía del pueblo, tanto para posicionarlo como para generar trabajo. Hoy la más importante es la Fiesta del Chorilavon, un chorizo típico del lugar. Con una edición, recaudan en un día el presupuesto anual de la intendencia.
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Hasta antes de las PASO, el lugar de Nervi en el Congreso Nacional no sólo era posible sino que implicaba un salto en términos de representación de su espacio dentro del PJ provincial, donde ella es apoderada y su pareja es secretario. Pero la derrota del peronismo frente a Juntos por el Cambio en las provinciales y el triunfo de Javier Milei en las nacionales, con casi el 40 por ciento de los votos en Chubut, complicaron el panorama. Hoy el peronismo pelea por retener, al menos, una banca de un total de tres que se renuevan.
-¿Cómo vivieron el resultado electoral en Chubut y el triunfo de Milei?
-La sorpresa fue la cantidad de votos que sacó, no que le fuera bien. Muchos pensábamos que iba a ser una elección de tercios, pero no esperábamos que fuera el que más votos obtuviera. Lo hemos tomado con mucha reflexión y con una mirada muy crítica hacia adentro de nuestras prácticas políticas en general, de las propuestas electorales y los proyectos concretos que hemos llevado hacia la ciudadanía. Hay que tener un oído muy atento con lo que plantean las personas que votan a Milei, porque hay cuestiones que no han sido atendidas.
-¿Y qué se proponen de cara a las generales?
-Con una conciencia de que más allá de todas las críticas que uno puede hacer, es necesario rearmarse y ordenarse para que en octubre no gane el proyecto político que encabeza Milei. Sabemos qué implica no solo para la ciudadanía sino para nuestra provincia: un retroceso en conquistas de derechos y de discusiones con el gobierno nacional. Hay que reagruparse velozmente, ir llorado a las reuniones y empezar un plan de acción para llegar a los sectores que no llegamos y que lo votaron, sobre todo las y los jóvenes. Y bajo ningún concepto hay que mirar de manera peyorativa ni a los votantes ni a Javier Milei.
-¿Cómo ve la conducción a nivel nacional de la campaña del peronismo?
-La conducción natural siempre es del candidato, en este caso de Sergio Massa, que ha demostrado coraje para afrontar la situación, con mucha personalidad, valentía y ganas desde que asumió el Ministerio de Economía. Ya en ese momento era un desafío bastante complejo, más complejo que hoy, porque con el último acuerdo con el FMI y con el desembolso hay un poco más de alivio en relación al lugar donde está posicionada la Argentina para negociar. Ese alivio es mérito de Massa y lo posiciona de una mejor manera para encarar la campaña.
-¿Qué piensa de las medidas?
-Necesarias y adecuadas. Van a generar un movimiento en las familias, que es adonde tiene que llegar el alivio. La situación es sumamente compleja, pero se están haciendo todos los esfuerzos para que la población vea que se toma nota de lo que se expresó en las urnas. Nos faltan más de 60 días y tenemos la capacidad y la posibilidad de volver a generar esperanza en que nuestro proyecto político puede ser mejor y puede manejar de mejor manera el Estado.
-¿El peronismo se debe una discusión en términos de pérdida de representación?
-Sí, totalmente, pero eso viene después. Ahora estamos en una cruzada para defender la patria. Para nosotros esa defensa tiene nombre y apellido: Sergio Massa. Tenemos que escuchar lo que nos dijeron en las PASO, pero no podemos salir a discutir el armado político porque esto excede al partido justicialista o a un espacio político. Lo que está en discusión es quién va a administrar nuestra patria y hay posibilidades concretas de que proyectos políticos que tienen una mirada de retroceso en derechos, con afectación a las clases populares, puedan ganar.
-¿Qué agenda le interesa impulsar en caso de ser diputada?
-Hay un intento de armar un bloque de legisladores y legisladoras patagónicos que cuesta mucho por el diálogo interpartidario. Me gustaría trabajar para concretar ese bloque y posicionarlo para discutir las políticas públicas que se votan en el Congreso, como el fomento de desarrollos productivos en la Patagonia. Todo como parte de un programa que haga realmente federal a la Argentina. Las provincias de la Patagonia, excepto las que tienen muchos recursos como Neuquén con su cuenca petrolera, somos el patio trasero de la Argentina.