Los gobernadores de Neuquén y Río Negro cocinan proyectos para el manejo de las carreteras mediante peajes. La carta para formalizar el reclamo.
Rolando Figueroa y Alberto Weretilneck. La Patagonia está en alerta.
Rolando Figueroa quiere manejar las rutas nacionales de Neuquén. Avanza junto al rionegrino Alberto Weretilneck.
Los gobernadores Rolando Figueroa (Neuquén) y Alberto Weretilneck (Río Negro) ordenaron a sus equipos técnicos trabajar en leyes que garanticen la provincialización de las rutas de Vaca Muerta. La jugada pretende enmendar el abandono por parte del gobierno nacional, que eliminó de plano la obra pública en la región.
Ambos integrantes de la liga de la Patagonia piensan controlar las rutas nacionales 22 y 151, con particularidades según el caso. Lo blanquearon con una carta enviada este lunes al ingeniero Raúl Edgardo Bértola, a cargo de Vialidad Nacional. Al pedido le sumaron dos rutas para cruzar a Chile, la 242 y la 231.
Weretilneck fue el primero que anunció la estrategia de sumar a la jurisdicción las rutas que dependen del Estado nacional. Hoy la jugada avanza en el plano legislativo. Como sucedió en el aniversario de Viedma, Figueroa aprovechó un encuentro gastronómico en la cordillera neuquina para profundizar lo adelantado por su colega.
La dupla quiere nutrir la iniciativa con dinero recaudado a través de un sistema de peajes. En el caso rionegrino, el denominado Fondo Provincial de Vialidad tiene como objetivo la compra y el mantenimiento de los trazados bajo la órbita provincial. Según ratificaron fuentes del gobierno rionegrino a Letra P, los gastos de 2022 a la fecha “triplican” lo recibido del denominado fondo nacional de Vialidad.
“Es justo para poder administrar esta demanda creciente del uso de nuestras rutas”, lanzó Rolo Figueroa en Villa Pehuenia este fin de semana, en el festival del chef patagónico. “Estamos trabajando en conjunto con Río Negro en este y otros temas, como el desarrollo de la infraestructura que requiere Vaca Muerta o la salida de la producción hidrocarburífera”, sumó.
Según trascendió en las últimas horas, en comisiones de la Legislatura neuquina se espera en un proyecto similar al rionegrino para las llamadas rutas del petróleo. La idea es profundizar un plan de negocios expresado en la construcción de un puerto de GNL en las cercanías de Sierra Grande, todo en acuerdo con YPF.
“Estamos convencidas, las dos provincias, de que lo mejor es que sean rionegrinos y neuquinos quienes administren nuestras propias rutas, porque está claro que los gobiernos centrales no entienden la importancia que tienen para nosotros y tampoco les prestan atención”, dijo Weretilneck en la capital provincial.
La movida incluirá peajes, sobre todo en los tramos del Alto Valle donde circula una enorme cantidad de camiones rumbo al puerto de Bahía Blanca, a La Pampa por la ruta nacional 151, o a Chile por el tramo neuquino de la ruta nacional 22.
La ruta 22 es emblemática, no sólo por su trazado que une a las provincias de Buenos Aires, La Pampa, Río Negro y Neuquén. La obra de autovía desde Chichinales (Río Negro) hasta Arroyito (Neuquén) comenzó en la presidencia de Néstor Kirchner. Desde 2003 hasta la llegada de Javier Milei, el avance tuvo altibajos, pero una característica similar: la falta de fondos para la finalización.
Los pasos internacionales que pretende manejar Neuquén, Pino Hachado y Cardenal Samoré, se cruzan por las rutas la 231 y 242. La idea del gobernador es manejar -en el caso de la 231- el cruce con la ruta 40, cerca del lago Espejo. También -en de la 242- el cruce de la ruta 40 en Las Lajas rumbo al paso internacional que conecta la Patagonia argentina con la región de la Araucanía chilena.