Rolando Figueroa y Alberto Weretilneck buscan provincializar rutas claves de la Patagonia.
Los gobernadores Alberto Weretilneck (Río Negro) yRolando Figueroa (Neuquén) se unen para hacerse cargo del mantenimiento de dos rutas claves en Vaca Muerta. Los jefes de la Patagonia quieren manejar las rutas nacionales 22 y 151 para accionar y preservarse ante el abandono de Vialidad Nacional que, en la presidencia deJavier Milei, paralizó las obras de mejoras de los trazados.
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La iniciativa, que circuló como una versión que surgió en el propio sector energético, se terminó de confirmar este lunes en Viedma. Mientras se celebraba un nuevo aniversario de la fundación de la capital rionegrina, Weretilneck blanqueó que junto a su par Figueroa pedirá a la Nación hacerse cargo del mantenimiento y las mejoras requeridas mediante fondos de inversión privados de ambas rutas, estratégicas en la producción de hidrocarburos.
La estrategia de Neuquén y Río Negro
“Apenas tengamos la propuesta consensuada entre las dos provincias, la transmitiremos al gobierno nacional”, adelantó Weretilneck sobre el acuerdo con el neuquino.
“Estamos convencidas, las dos provincias, que lo mejor es que sean rionegrinos y neuquinos quienes administren nuestras propias rutas, porque está claro que los gobiernos centrales no entienden la importancia que tienen para nosotros y tampoco les prestan atención”, se jactó el cipoleño.
Las rutas que buscan provincializar
La ruta nacional 22, con más de 700 kilómetros de extensión, une el océano Atlántico con el Pacífico vía Chile y es una conexión vital entre las provincias de Buenos Aires, Neuquén y La Pampa, atraviesa la región productiva del Alto Valle de Río Negro y funciona como arteria fundamental para el desarrollo de Vaca Muerta.
La parálisis tiene aspectos específicos. En los albores del proyecto, se planificaron seis etapas para mejorar el intenso tránsito en Río Negro. La primera, desde Chichinales hasta General Enrique Godoy. La segunda, en el tramo que une Godoy y Cervantes. La tercera, desde Cervantes a Juan José Gómez, atravesando General Roca. Una cuarta, de Gómez a General Fernández Oro y una quinta, desde Fernández Oro hasta la Isla Jordán, en el ejido de Cipolletti. El final fue pensado en la intersección con la ruta 151, en el límite interprovincial.
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Alberto Weretilneck y Rolando Figueroa, este lunes en Cipolletti. La Patagonia está en alerta.
La ampliación de la ruta nacional 22 es un trastorno para quienes habitan la región norpatagónica. Pasaron cuatro presidencias desde que empezó a transformarse en autovía desde Chichinales (Río Negro) hasta Arroyito (Neuquén): Néstor Kirchner, Cristina Fernández, Mauricio Macri y Alberto Fernández. Tampoco hay avances con Javier Milei.
La ruta 151 sufre un deterioro gigantesco, sobre todo desde La Pampa al Alto Valle rionegrino. El paso fronterizo a Neuquén, en la comuna de Campo Grande, es un enorme dolor de cabeza para quienes la utilizan. El máximo de los problemas se da en Cipolletti, donde ocurren todo tipo de accidentes, bloqueos y roturas de la calzada.
Apenas trascendieron promesas de figuras libertarias, como la diputada Lorena Villaverde, que se comprometió a llevar el mensaje de los municipios en los que se paralizó la obra pública.