En los umbrales del lanzamiento formal de la precandidatura a la gobernación de Buenos Aires del larretista Diego Santilli,su principal adversario en la interna amarilla, Cristian Ritondo, tonifica su armado provincial con el fichaje de un intendente de la Séptima sección (centro). Se trata Hernán Bertellys (Azul), quien llegó al timón de su municipio en 2015 bajo el sello del Frente para la Victoria (apalancado por el entonces ministro sciolista Alejandro Arlía) y en 2016, en pleno fulgor de pases intendentistas a la vereda del vidalismo, desembarcó en Cambiemos.
Anexado a JxC con su sello vecinal Nuevo Azul, Bertellys fue merodeando distintos padrinazgos, mientras movía la estrategia seccional en tándem con Ezequiel Galli, colega del otro distrito más populoso de la Séptima, Olavarría. Pero pasaron cosas. En las PASO de 2021, la UCR se quedó con el triunfo y en las generales el delfín de Galli, Diego Robbiani (relegado al tercer lugar de la lista seccional), no logró entrar al Senado. Fue tras una campaña donde –según voces olavarrienses– primó el desgano en la militancia azuleña ante las cuasi nulas chances de alcanzar la reelección de quien había quedado integrada en el cuarto casillero, la entonces senadora Lucrecia Egger, esposa del mentor político de Bertellys, Alejandro Vieyra.
Desde aquel momento, la relación entre los distritos vecinos entró en la era del hielo. Pero ese aspecto era secundario para Bertellys, que sufrió en las PASO la derrota por amplio margen de su boleta local (liderada por su alter ego Vieyra) ante la confluencia UCR-GEN que llevó como cabeza de lista a Jorge Ferrarello (Evolución). Faltaba más: una diáspora cambiemista materializada en chispazos dentro del Concejo y el portazo de Vieyra.
En el horizonte, el PRO larretista fogoneado por su exaliado seccional Galli, la UCR con Ferrarello a la cabeza, el GEN del exintendente Omar Duclós y la posible anexión de una fuerza vecinalista de auspiciosa performance en el 21, se erigen como desafiantes internos para la travesía re-reeleccionaria del intendente.
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Es en ese cuadro que aparece Ritondo, quien ya había dado un guiño con su desembarco para el aniversario de Azul. El nexo central fue Alex Campbell -uno de los arquitectos del fichaje de Bertellys al cambiemismo durante la era Vidal-, a la vez que el azuleño fue estrechando sintonía con el armador seccional de Ritondo en la Séptima, el exsenador Dalton Jaúregui. El ritondismo ya tenía en su radar esta incorporación, sobre la que aceleró tras la ruptura del intendente con Vieyra.
Con esa escudería provincial (que voces del territorio aspiran que se expanda al paraguas de Patricia Bullrich, de consolidarse una entente halcón), Bertellys tiene enfrente a una oposición interna que, a pesar de su caudal, aún no logra moldear una estrategia unificada entre todas sus patas, algo que estiman vital para volver a ganarle a la lista del jefe comunal. “Es complejo”, admite una voz dirigencial abordada que, asimismo, da cuenta de “conversaciones informales” para sumar a JxC local a Podemos Azul, espacio referenciado con la concejala Natalia Colomé. En ese vecinalismo se debaten entre quienes insisten en jugar con la boleta localista y quienes creen que, para pelear seriamente por la comuna, hay que integrarse a una fuerza nacional.
El GEN tiene dos posibles pretendientes: la senadora Lorena Mandagarán y Omar Norte, exconcejal y otrora funcionario de la gestión municipal de Duclós. Por otro lado, como armador seccional del larretismo, Galli abraza al concejal amarillo Ramiro Ortíz, excandidato a intendente en 2015. A ellos, se suma Evolución radical con Ferrarello, ganador en 2021.
Ritondismo seccional
Por fuera de Azul, Ritondo también acentúa su siembra de postulantes distritales. Una de las principales apuestas tiene que ver con su armador seccional, Jáuregui, quien acelera en la construcción de una propuesta que salga a disputar la intendencia de Olavarría, con visiones de “desgaste” de la actual administración local. En el campamento ritondista aseguran que “no prosperó” el planteo de intendentes PRO de evitar internas en distritos bajo el mando amarillo, más allá de que haya dos propuestas arriba (el esquema Y).
Esos movimientos del exsenador y uno de los hombres clave del primer tramo de la gestión Galli siguen generando resquemores en la flota oficialista olavarriense, desde donde hay quienes deslizan que el trabajo territorial de Jáuregui tiene como meta un casillero de privilegio en la próxima lista seccional a la Legislatura. Del otro lado, emergen críticas a “las formas” que tiene Galli de ejercer un liderazgo territorial “que desiste en delegar”.
Como fuere, además de Jáuregui en Olavarría, Ritondo teje armados locales en otros rincones de la sección. En 25 de Mayo y Saladillo anota como competidores de su escudería a los productores agropecuarios Axel Wagner y Agustín Gorri. En Roque Pérez hay lazos estrechos con el dirigente otrora lilito Juancho Cravero, quien pivotea en el mar amarillo entre larretistas y ritondistas. “Tendrá que definirse”, deslizan en la sección.
Además de auspiciar dirigentes propios, en el armado del exministro de Seguridad de Vidal avanzan en la sintonía fina con los radicales en General Alvear (distrito base del senador Alejandro Cellillo) y, sobre todo, en Tapalqué, donde Manuel Fittipaldi aparece con chances post triunfo en 2021. Allí, el ritondismo no descarta una interna distrital “de buena fe” y pensando en la generación de un gobierno de coalición.
