El Gobierno salió este jueves a buscar las firmas que faltan en el Senado para dictaminar los proyectos que pide el presidente Javier Milei antes del 25 de mayo, pero las posibilidades de que lo logre son casi nulas. Mientras la ley ómnibus se debate en un plenario de comisiones, el jefe de la bancada oficialista, Ezequiel Atauche, convocó a la de Presupuesto para tratar la reforma fiscal. Será a las 16 horas.
La Libertad Avanza (LLA) se conforma con un dictamen de la reforma fiscal que al menos permita negociar nuevas modificaciones en una semana. En la oposición dialoguista aseguran que no será posible porque faltan intercambiar muchos borradores, sobre todo en el capítulo del blanqueo. El ministro del Interior, Guillermo Francos, y el vicejefe de Gabinete, José Rolandi, fueron al Senado a negociar y no tuvieron los resultados esperados.
Como la reforma fiscal sólo fue girada a la comisión de Presupuesto, se requieren sólo nueve firmas para dictaminar. Unión por la Patria suma siete. La semana pasada, el trámite no pudo completarse porque no suscribieron los radicales Martín Lousteau y Pablo Blanco ni Guadalupe Tagliaferri, del PRO.
Para dictaminar, LLA sólo puede perder uno de esos votos y asegurarse los de Juan Carlos Romero (Cambia Federal) y Mónica Silva (Juntos Somos Río Negro). Como informó Letra P, Blanco dijo que no firmará ningún proyecto este jueves, por lo que el Gobierno no tendría las firmas.
La UCR, la llave de la reforma fiscal
El radicalismo es clave y las posiciones están divididas. El jefe de bloque, el correntino Eduardo Vischi, está dispuesto a avanzar con un dictamen si se llega a los consensos. También los mendocinos Mariana Juri y Rodolfo Suárez.
Además de Blanco, otras figuras de la bancada prefieren esperar una semana. Lousteau está negociando las modificaciones con el Gobierno. Su principal reclamo es sobre el capítulo del blanqueo: pide excluir a testaferros y a hermanos de funcionarios e impedir que se puedan declarar criptomonedas. En la Rosada están dispuestos a ceder.
Tagliaferri es cercana a Lousteau y lo acompaña en las negociaciones. Al margen del dictamen, las chances de aprobar el proyecto en el recinto por ahora son remotas, porque los patagónicos no quieren avalar el capítulo VI, la reversión del Impuesto a las Ganancias. Gravaría con el impuesto a trabajadores de la región que hasta ahora no están alcanzados.
Recién en las últimas horas el Gobierno comprendió un riesgo: si se rechaza por dos tercios un capítulo en el recinto, la misma mayoría se requiere en Diputados para sostener la versión original. Unión por la Patria puede encargarse de ejecutar los dos golpes.
Silva es la única representante de la zona con firma en la Comisión de Presupuesto. Responde al gobernador Alberto Weretilneck y esperará el texto final para definir su adhesión. En el Senado aseguran que ya voló a Rio Negro.
Patagonia a todo o nada
La patagonia juega a todo o nada para pedir que los mínimos de Ganancias sean más altos para su región. Milei no lo acepta. Para meter presión, la dupla santacruceña del Senado, integrada por José María Carambia y Natalia Gadano, proponen esperar la sanción de la reforma fiscal en Diputados con las modificaciones realizadas en la cámara alta para recién después debatir la ley ómnibus. La negociación es minuto a minuto.
Las chances de cerrar un dictamen de la ley ómnibus son más difíciles porque además de la UCR, el gobierno necesita sumar a partidos provinciales y a outsiders como Edgardo Kueider. Lo intentarán la semana próxima.
Los tiempos apremian, porque en el Senado los dictámenes deben esperar siete días para tratarse en el recinto. Si no se firman esta semana, no será posible que se debatan en el plenario antes del 25 de mayo. Sería una derrota para el Gobierno, que ya activó un plan B para no quedarse sin evento en la fecha patria.