Este miércoles, el presidente Alberto Fernandez confirmó lo que era un secreto a voces: la designación de Ana Clara Alberdi como reemplazo de Agustín Rossi al frente de la Agencia Federal de Inteligencia. Con ella, el rossismo se asegura mantener bajo su control a la central de espías, amplía su relevancia dentro de la coalición oficialista y reafirma que es uno de los espacios que muestra mayor sintonía fina con el primer mandatario, al punto tal que el flamante jefe de Gabinete será uno de los asistentes en representación del albertismo a la mesa del Frente de Todos.
Licenciada en ciencia política, Alberdi es oriunda de San Gregorio, un pueblo de cinco mil habitantes ubicado en la suela de la bota santafesina. Acompaña al Chivo desde su etapa en el Concejo rosarino acercada por su padre, el "Vasco" Alberdi, ex presidente comunal de San Gregorio, según fuentes del rossismo. “Junto con Germán Martinez, que ahora es jefe del bloque de diputados nacionales, era su secretaria privada”, recordó la misma fuente. “Se fue trasladando con Agustín por todas las designaciones que tuvo él hasta que empezó a tener mayores responsabilidades”, agregó.
Ese camino junto a Rossi desembocó en que hasta hoy Alberdi se haya desempeñado como subdirectora de una AFI intervenida desde el comienzo de la gestión del Frente de Todos. “Pensándolo en el esquema de la ley, ella hace las veces de Señora 8 en términos funcionales”, explicó una fuente del Gobierno. El nivel de confianza que Rossi le dispensa explica que la haya elegido como su mano derecha durante su gestión en 25 de Mayo 11 y que la haya recomendado como su sucesora.
En ese sentido, el ascenso a Señora 5 de Alberdi se inscribe en una conducta que el Presidente tuvo en los últimos recambios ministeriales: viene asumiendo el segundo al mando. Pasó con las partidas de Alexis Guerrera del Ministerio de Transporte y Jorge Ferraresi del Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat, a quienes reemplazaron sus viceministros Diego Giuliano y Santiago Maggioti, respectivamente. “Queda poco tiempo, entonces la idea es no paralizar la gestión, no tener que esperar la adaptación de nuevos equipos, apostar a la continuidad”, explicó una fuente del Gobierno.
Antes de asumir en La Casa, Alberdi acompañó a Rossi durante sus dos pasos en el Ministerio de Defensa. Incluso, en la última etapa, ejerció como jefa de Gabinete de la cartera militar. Militante feminista, desde allí participó de “Mujeres Gobernando”, el colectivo de funcionarias políticas de la gestión peronista, y encabezó actos que buscaron visibilizar el rol de las oficiales y suboficiales de las Fuerzas Armadas. De Defensa se fue junto a su jefe, cuando este decidió competir contra Omar Perotti en las elecciones legislativas y abandonó el cargo para hacer campaña.
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Esa elección fue el pico máximo de la tensión entre el gobernador santafesino y Rossi. Enfrentados en las PASO, El Chivo perdió fuerte con Marcelo Lewandowski, el candidato de Perotti. En el llano y habiendo perdido con su rival interno del peronismo santafesino, parecía fuera de juego, pero de la mano de Alberto Fernández renació: su mano derecha, Martinez, quedó como jefe del bloque peronista de la Cámara de Diputados y luego él mismo asumió como Señor 5. “Parece que ganaron ellos y no nosotros”, ironizaba el perottismo.
Ahora, en el peor momento de la relación entre Perotti y el gobierno nacional dada la crítica situación de la seguridad en Santa Fe, el rossismo desembarca en la jefatura de Gabinete. El nuevo cargo obligará a Rossi a tener un trato casi diario con Perotti, con quien su relación algo mejoró pero sigue tensa, más aún luego de que El Chivo lanzara a Leandro Busatto como candidato a la gobernación y encabezara reuniones con otros jugadores fuertes del peronismo santafesino. La misión de Alberdi, ahora al frente de la AFI, será cuidar la retaguardia del poder ganado.