No hay tal interna, parece decir Maximiliano Pullaro. El juego al fleje que puso en práctica Carolina Losada durante la campaña de las PASO y las acusaciones al ahora gobernador electo por su paso por el ministerio de Seguridad, quedaron atrás. Pullaro parece que sabe perdonar. Por eso se ocupó de contener a parte del círculo más cercano a la senadora -especialmente aquellos que quedaron en el llano- habilitándoles espacios en su gobierno. Si bien faltan confirmaciones, las figuras que formaron la mesa chica del losadismo estarán en lugares de gestión en el organigrama del próximo gobierno de Santa Fe.
La relación entre el gobernador electo y la senadora está en proceso de reconstrucción tras una campaña que los llevó al límite. Losada atacó fuertemente a su rival en las PASO, lo trató de “personaje oscuro”, llevó la discusión a un límite que parecía no tener vuelta atrás. Jugó al fleje a sabiendas que necesitaba ser disruptiva para imponerse ante un Pullaro que iba adelante en las encuestas, pero quedó expuesta al cometer -parafraseando a Jorge Asís- la irresponsable osadía de perder.
Tras un tiempo prudencial, no exento de ruidos, volvieron a compartir ámbitos en público antes de las elecciones generales. Incluso, la senadora fue invitada al búnker a festejar el triunfo el 10 de septiembre pasado y tuvo acceso al vip. En plena rosca por el gabinete, participó de una actividad de la Fundación Pensar encabezada por la vicegobernadora electa, Gisela Scaglia. Ese mismo día, junto con su hermana Georgina Losada, se reunió con Pullaro en las oficinas que el gobernador electo tiene en el centro rosarino.
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“Hay voluntad de colaborar y de participar”, dice una persona que participa de las negociaciones. “Estamos conversando con referencias de cada área, no acercamos muchos perfiles aún, pero todas las personas que militan con nosotros están para colaborar”, suma. No quiere que las apariencias engañen: “Ni por integrarnos vamos a hacer la venia, ni por no integrarnos vamos a poner palos en la rueda”, sostienen.
Los nombres y los lugares
El consultor ecuatoriano Jaime Durán Barba sostiene que una campaña tiene que ser manejada por “el gabinete de cocina”, un equipo tan chico e íntimo que no debería necesitar ni la comodidad del living para reunirse. En la cocina del losadismo había pocas sillas: Julián Galdeano, el principal armador de su candidatura, ocupaba una. Su hermana Georgina Losada, el concejal rosarino Martín Rosúa y su par Daniela León también tenían acceso libre. Había otros, como el consultor Lucio Guberman, que también entraba a la cocina pero prefería el contacto directo con Losada.
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Maximiliano Pullaro y Carolina Losada en su primera foto tras las PASO, junto a Scaglia, Fein, Javkin y García.
Ese equipo -salvo Guberman, quien sigue con su carrera profesional- cumplirá funciones en el gobierno que viene de Unidos para Cambiar Santa Fe. Algunas de esas funciones fueron definidas por las urnas, como la de Rosúa, quien obtuvo una banca y será diputado provincial. Todo indica que ese mismo destino elegirá Dionisio Scarpín, otra figura de la campaña losadista -fue su primer candidato a diputado provincial-, a quien le quedan cuatro años como senador nacional pero ganó un escaño en la Legislatura santafesina.
Galdeano será el que tenga el cargo más importante en el gobierno de Pullaro. Ocupará una secretaria de estado, con rango ministerial, y participará de las reuniones de gabinete. Sus funciones se están definiendo por estas horas, pero una posibilidad es que se dedique a coordinar esfuerzos entre el sector público y el sector privado. Un sueño que anida en la cabeza de varias figuras importantes -desde antes de las elecciones- es motorizar la versión santafesina de la Fundación Mediterránea, el think tank que concentra el poder de lobby de la clase empresarial cordobesa.
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Sin el nivel de confirmación con el que cuenta Galdeano, el pullarismo también quiere a León en su organigrama. La concejala rosarina, quien ejerció una especie de coordinación de campaña para Losada, está en el bolillero para hacerse cargo de la secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia, según informaron fuentes de Unidos. Tiene sentido: es un tema que viene tratando hace bastante, de hecho, militó activamente el proyecto de Infancias Protegidas, un caballito de batalla de Losada.
Georgina Losada, en principio, seguiría ocupando el rol de jefa de despacho de su hermana en el Senado de la Nación. Licenciada en relaciones internacionales, tiene una historia de militancia en el radicalismo y es la principal rueda de auxilio que tiene la senadora desde que se zambulló a la política. Sin embargo, no está descartado que tenga algún rol en el gabinete: “Si la necesitasen en algún lugar relacionado con su conocimiento profesional, puede sentarse a charlar”.