El ministro de Industria de Martín Llaryora presentó el Plan Primer Paso. Sufrió el frío institucional de su delfín en la intendencia. El faltazo peronista.
Pedro Dellarossa encabezó un acto institucional en Marcos Juárez. No tuvo la respuesta política que esperaba.
Pedro Dellarossa, ministro de Industria de Martín Llaryora.
A poco de cumplir el primer año frente del Ministerio de Industria, una de las carteras más destacadas del gobierno de Córdoba, quien fuera dos veces intendente de Marcos Juárez, Pedro Dellarossa, lanzó el Plan Primer Paso en un acto plagado de señales políticas. En el Panal tomaron nota del poder de convocatoria del hombre del PRO.
El arribo del funcionario de Martín Llaryora a su pago chico dejó un saldo negativo. La presencia se justificó con la puesta en marcha de una nueva edición del PPP en el departamento del sudeste provincial, un programa insignia que prometía un salón con asistencia casi perfecta.
Sin embargo, pasaron cosas. Para el comienzo del acto formal, las sillas dispuestas de manera ordenada en la sala lucían vacías. La dirigencia que habitualmente completa esta escena institucional no aparecía.
Para el infortunio de Dellarossa, la situación se extendió hasta el final del evento que generó una gran expectativa entre el sector empresarial de la zona, pero no en el conjunto peronista que todavía no supera la transversalidad del Partido Cordobés.
La anfitriona, Sara Majorel, no subió la apuesta. Desde que la macrista administra los destinos del municipio local, cuando la ciudad recibe un funcionario cordobés la presencia de sus colaboradores es estable. Esta conducta medida se repite desde la llegada de Juntos por el Cambio al poder local con el objetivo de mantener la distancia con un gobierno provincial de diferente color político.
No obstante, el desembarco de Dellarossa al gabinete de Llaryora generaba una nueva expectativa. Algunos dirigentes de "la Docta" vislumbraban una sociedad más estrecha entre el municipio y el Gobierno provincial. Este anhelo todavía no termina de concretarse y, peor aún, parece cada vez más lejano.
Dellarossa intentó demostrar buena sintonía. Cuando vio a Majorel ubicada en la primera fila del salón, la invitó a sumarse a la mesa de autoridades provinciales para compartir el anuncio y la foto. La contadora aceptó el convite.
Majorel se mantiene atenta y evita dar una imagen diferente a la que refleja en cada exposición pública. Sostiene su convicción dentro del PRO a pesar de las intenciones que muestran otros espacios políticos de sumarla a sus filas.
El plan del gobernador en Marcos Juárez es claro desde que otorgó un ministerio al principal dirigente del PRO en el sudeste de Córdoba. Su intención es lograr imponer el Partido Cordobés y ganar terreno en el bastión, donde pretende imitar al expresidente Mauricio Macri y convertir la ciudad en el kilómetro cero del cordobesismo open mind.
Ante una estrategia política que se diagrama a 250 kilómetros de distancia, las intenciones terminan impactando frente a la realidad. El peronismo de Marcos Juárez mantuvo en alto los estandartes, a pesar de los reveses que recibió durante décadas de la dirigencia provincial. Es evidente que ya no acompañará de la misma manera y menos con la intensidad que lo hacían ante las convocatorias por cada campaña electoral.
La presentación del PPP fue quizás la muestra inicial de cómo será el respaldo si la intención es que el exintendente sea el referente en la región. Este miércoles no asistieron al acto dirigentes del PJ como la presidenta del partido, Virginia Tomassini; el exdirector del Hospital y jefe de Jurisdicción, Eduardo Foresi; ni concejales locales que ocupan una banca en representación del espacio.
Todos las fuentes consultadas aseguraron haberse ausentado a la visita del ministro por compromisos asumidos en sus áreas. “En una semana corta, con un lunes feriado, es complicado flexibilizar la agenda”, expresó irónicamente un hombre fuerte de Hacemos.
Puede que la distancia que tomó de la ciudad el exministro Carlos Massei, principal armador del cordobesismo en el sudeste cordobés, influya en la escudería local. El monteboyense fue siempre una pieza fundamental para que el peronismo de estas tierras tenga espacio y poder de decisión a la hora de definiciones.
Ante este escenario el legendario partido Unión Vecinal (el espacio que lo catapultó a Dellarossa a la política y tuvo a su padre como intendente por varios periodos) se mantiene a distancia. Si bien forma parte del oficialismo, los vecinalistas sostienen que no trabajarán para el exintendente devenido en ministro. Cabe recordar que fueron oposición en las últimas elecciones municipales.
Desde Córdoba toman nota de cómo se mueve cada pieza dentro del tablero en el sudeste para avanzar con una nueva jugada. La primera incursión del ministro no salió como esperaban.