El ministro de Seguridad del gobierno de Córdoba, Juan Pablo Quinteros, pudo exhibir el respaldo político del gobernador Martín Llaryora después de la crisis que sacudió a la cúpula de la Policía, tras la detención del subjefe Alejandro Mercado por presunta participación en una red de comercialización de bienes robados. Parece que no bastó y apeló a la figura de Patricia Bullrich. Cortina de humo, un tema de moda.
Quinteros participó del III Consejo Federal de Seguridad Interior que se realizó en Salta con la presencia de Bullrich y los responsables de las carteras de seguridad de todo el país. En este marco, el exintegrante del Frente Cívico de Luis Juez anunció que se creará el Comando Unificado de Seguridad Productiva, la radicación de una sede de Prefectura Naval en Embalse y un centro de investigación criminal regional.
En los pasillos y en los grupos de WhatsApp comenzó a venderse la foto institucional como un respaldo político de Bullrich al ministro de Llaryora que había quedado en el ojo de la tormenta. La diputada y referente de la ministra en Córdoba, Laura Rodríguez Machado, salió al cruce de estas versiones.
Patricia Bullrich no quiere líos ajenos
“Patricia Bullrich no se mete en las estructuras funcionales de las provincias. Su relación con los ministros provinciales es institucional”, remarcó la dirigente del PRO.
El mensaje que trasmitió Rodríguez Machado este martes es un síntoma del malestar de la ministra, que no está dispuesta a tensionar con quienes fueran sus socios en Juntos por el Cambio, empezando por Juez.
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Patricia Bullrich, junto a Laura Rodríguez Machado, su referente en Córdoba.
La coartada institucional la deja afuera de los fuegos cruzados entre la oposición y quienes decidieron saltar a las filas del Partido Cordobés, versión open mind del cordobesismo.
También atiende a los escenarios posibles: nadie ignora que el senador quiere una alianza con La Libertad Avanza y estrecha lazos de confianza con el propio Milei y su influyente hermana, Karina Milei.
Luis Juez pidió la renuncia a Juan Pablo Quinteros
Juez fue cáustico en el streaming cordobés Chingón. Esta vez, no lo trató de “Oficial Gordillo” o con otros calificativos a los que apela el senador para referirse a uno de los hombres más importantes de la época dorada del Frente Cívico. Sin vueltas, pidió públicamente que renuncie al cargo.
“No tengo ninguna duda de que Quinteros tiene que renunciar porque ha demostrado una incapacidad manifiesta. Hay incapaces en todos lados, pero en un tema tan delicado como la seguridad, es de una gravedad enorme. Yo no sé si toman debida dimensión de lo que estamos viviendo”, disparó el excandidato a la gobernación.
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Llaryora no va a permitir que la oposición le diga cómo y cuándo sacar funcionarios de su gabinete. Como contó Letra P, prefiere aguardar los tiempos judiciales más allá de los dardos de la oposición que tiene su principal trinchera en la Legislatura provincial.
“Hay independencia de poderes”, responden desde oficinas encumbradas del Panal.
La marcada de cancha de la ministra de Javier Milei
Bullrich manifestó a su entorno directo que el trabajo colaborativo es con todas las provincias, siguiendo un criterio federal. “No hay que mezclar peras con manzanas”, insistió Rodríguez Machado.
Es cierto que pese a la munición gruesa que Juez le venía arrojando, incluso antes de la crisis en la Policía de Córdoba, Quinteros exhibía un lazo sólido con la excandidata presidencial.
La buena comunicación era celebrada en el entorno de Llaryora que no desconoce los desafíos en materia de seguridad y generaba recelo en las filas de JxC. Esa sintonía molestaba a la oposición.
Bullrich, a través de sus portavoces políticos, cortó por lo sano toda esa rosca.
