“El que las hace, las paga”, anticiparon la postura oficial las espadas del gobernador. El ministro de Seguridad, Juan Pablo Quinteros, seguirá en el cargo.
Martín Llaryora y Juan Pablo Quinteros, frente a otro escándalo en la Policía de Córdoba.
En menos de 24 horas, otro escándalo de corrupción explota en las filas de Martín Llaryora. El fiscal de Delitos Complejos, Enrique Gavier, ordenó la detención del subjefe de la Policía de Córdoba, Alejandro Mercado, por encubrimiento agravado de una red de corrupción que involucra una financiera ilegal y la venta de bienes robados.
La noticia activó los mecanismos de respuesta del cordobesismo, que horas antes vio como Guillermo Kraisman, un histórico operador del peronismo y funcionario municipal de Daniel Passerini, pasaba por la embutidora política por robar bondiolas en un supermercado.
El ministro de Seguridad de la provincia, Juan Pablo Quinteros, convocó a una conferencia de prensa para contener las repercusiones de un hecho de alto voltaje: Mercado salió esposado de su domicilio esta mañana.
El funcionario que hace gala de su excelente vínculo con su par en la Nación, Patricia Bullrich, explicó que fueron ocho las detenciones, tres de ellas de personal policial, y que Mercado quedó en situación pasiva.
En el Panal eligen pasar con soda el mal trago. Fuentes de la mesa chica de Llaryora fueron contundentes ante la consulta de Letra P: “En Córdoba funcionan las instituciones y la Justicia investiga con libertad. Incluso, fue la propia Policía la que hizo la investigación. El que las hace, las paga, sea quien sea”, la postura sobre el tema que, por ahora, no tendría mayores repercusiones internas.
Mercado se reemplazará “sin prisas” y Quinteros podría respirar tranquilo porque, dicen las mismas fuentes encumbradas, su puesto político no peligra.
"Es un golpe fuerte porque nosotros estamos bregando por una Policía cada vez más transparente, tenemos que brindar seguridad pública a la ciudadanía y tenemos que ser el ejemplo", dijo el ministro.
Sin embargo, nadie puede ignorar que este nuevo escándalo de corrupción no es heredado. Apenas asumió, Llaryora descabezó a la cúpula policial que acompañó el último tramo de la administración de Juan Schiaretti.
Golpeada por resonantes casos de gatillo fácil -como el del joven Blas Correas o la “banda de los bomberos” que terminó con la detención del exjefe de esa división, Gustavo Folli Pedetta, por montar una mafia de habilitaciones truchas- la presentación de las nuevas autoridades de la fuerza del 14 de diciembre de 2023, entre las que se encontraba el detenido Mercado, se hizo en el marco del nuevo plan de seguridad de la provincia.
Investigado por presunto encubrimiento en una investigación sobre una financiera ilegal, venta de celulares y neumáticos robados, Mercado exhibía pergaminos dentro de la fuerza y un importante poder interno. El llaryorismo subsanó esa realidad con la designación de dos nuevos subjefes, Claudia Salgado y Marcelo Marín.
Antes del ascenso que logró durante la gestión del exjuecista Quinteros, estuvo a cargo de la Dirección General de Investigaciones Criminales durante siete años.
Egresó de la primera promoción de tres años de Escuela de Policía y su carrera inició en la Policía Caminera de Laboulaye. Con 35 años de servicio, logró la jerarquía de comisario inspector. Su periplo profesional atraviesa ahora una de las peores deshonras de la fuerza, la de poliladrón.