Su diputado provincial ingresó un proyecto de ley para sumar un integrante más al máximo tribunal. El trasfondo de la movida para no quedar relegado en Unidos.
El alcalde de Rosario, Pablo Javkin.
Aunque sigue la rosca desde un segundo plano -como el resto de las fuerzas minoritarias de Unidos para Cambiar Santa Fe-, el partido CREO de Pablo Javkin diseña su plan para imponer una figura propia entre la nómina de candidatos a la Corte Suprema, una vez que Maximiliano Pullaro logre destrabar la renovación del máximo tribunal.
Ariel “Facha” Bermúdez, diputado y operador todoterreno del alcalde rosarino, presentó un proyecto para elevar el número de jueces del tribunal cimero de la Justicia santafesina a siete. Vale recordar que la cantidad de cortesanos puede definirse por ley de la Legislatura siempre y cuando se respete el piso de cinco miembros que impone la Constitución. Esa discrecionalidad autorizada por la Carta Magna es una de las cuestiones apuntadas por el proceso de reforma en ciernes, también impulsado por la coalición oficialista.
La razón que motiva a Bermúdez, según explica en su proyecto, es evitar las situaciones de empate que se generan por la composición par de la Corte, que desde el regreso de la democracia tiene seis miembros. En ese sentido, menciona casos como la discusión por la constitucionalidad de la ley de descanso dominical o una demanda contra las obras sociales que buscaba que cubran tratamientos de fertilización asistida, en los que el resultado fue un empate y terminó inclinando la balanza un séptimo voto aportado por un camarista designado generalmente por sorteo.
Sin embargo, más allá del súbito interés por la salud institucional del máximo tribunal, hay una razón política detrás del proyecto que presentó el único diputado de CREO: lograr que la voz de su jefe político, Pablo Javkin, sea escuchada en la rosca por la renovación de la Corte y tenga la posibilidad de aportar al menos uno de los juristas candidatos a integrar el nuevo tribunal. El razonamiento es sencillo: a más vacancias, más sillas y más posibilidad de que sean escuchadas opiniones diferentes a la de las fuerzas mayoritarias.
De lo que no se habla aún es de nombres. En CREO señalan el vínculo del alcalde con la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario, donde no solo se graduó, sino que fue presidente de su centro de estudiantes y es hoy profesor de esa alta casa de estudios, en una cátedra que comparte con el decano Hernán Botta. Además, Franco Bartolacci, uno de sus socios políticos, es rector de la UNR. Por otro lado, deslizan un buen vínculo del intendente con la decana de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional del Litoral, Claudia Levin.
De la estrategia de Javkin y Bermúdez surge el reconocimiento tácito de sentirse fuera de la rosca. No son los únicos: en Unidos se multiplican las voces que reconocen que el radicalismo y el socialismo monopolizan el pulso de las reformas judicial y constitucional, y diseñan estrategias para hacerse escuchar. El PRO y CREO son los más activos en ese sentido.
Sin embargo, todo se desarrolla con cautela dado que solo Mario Netri avisó que se irá a fin de año. El resto de los jueces se mantiene en su postura y hace caso omiso a la estrategia de presión indirecta que por ahora utiliza Pullaro. A pesar de eso, las consecuencias son ineludibles en el frío vínculo entre ambas cúpulas, lo que se notó en la última reunión entre el ministro de Seguridad y Justicia Pablo Cococcioni y el secretario del área Santiago Mascheroni con la Corte.
Un fenómeno similar ocurre en la rosca por la reforma constitucional. Allí, la UCR y el PS crearon sendas comisiones para que trabajen proyectos de remodelación de la Carta Magna. El objetivo es que ambos partidos terminen confluyendo en un proyecto en conjunto y recién ahí abrir el juego al resto de los partidos de Unidos. Escucharán sus propuestas, pero harán pesar que juntos tienen la mayor cantidad de escaños en la Legislatura, es decir, la llave que logra los dos tercios necesarios para aprobar la ley de declaración de necesidad de la reforma.
En ese terreno, la tropa de Javkin optó por el mismo modus operandi. En una primera instancia habían barajado la posibilidad de presentar un proyecto de reforma propio, pero quedó en stand by luego de que en la última reunión de Unidos se acordara una mesa de trabajo. A pesar de ello, Bermúdez presentó otra iniciativa relacionada a lo municipal, un ámbito caro a los intereses de Creo en la reforma constitucional: la creación del cargo de viceintendente.
El cargo de viceintendente es un viejo anhelo del exalcalde rosarino Héctor “Tigre” Cavallero que Bermúdez revivió. El diseño institucional que plantea su proyecto es algo extraño: si bien sería el primero en la línea sucesoria, el viceintendente no estaría a cargo de un cuerpo legislativo como sucede con los vicegobernadores o vicepresidentes, sino que sería jefe de gabinete de secretarios. Al proyecto se le sumaría otra iniciativa relacionada con la autonomía municipal que está trabajando el senador Ciro Seisas, el otro representante que tiene CREO en la Legislatura.