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Unidos para Cambiar Santa Fe prepara su carta orgánica: los detalles del borrador que tienen los partidos

Fue presentado en la última reunión del frente. El diseño institucional asegura la primacía de la UCR y el PS. Los principios que chocan con la fuerza de Milei.

El diseño institucional de Unidos para Cambiar Santa Fe empieza a ser un tema de discusión entre los partidos que lo componen. Tras hablar del tema en las últimas reuniones del frente, comenzó a circular un borrador de carta orgánica en la que el radicalismo y el socialismo se aseguran un mayor peso en la toma de decisiones.

Más allá de que es la primera vez que la idea se plasma en papel, el tema se viene discutiendo entre los caciques partidarios. Es un paso más en la consolidación del frente que conduce Maximiliano Pullaro, un paso que nunca dio la anterior alianza ganadora que tuvo el no peronismo en Santa Fe, el Frente Progresista Cívico y Social. Es un antecedente que pesa: no se quieren cometer los mismos errores.

Ganadores y perdedores en Unidos para Cambiar Santa Fe

La alianza sería conducida por una mesa provincial, con potestad de definir estrategias políticas y electorales, adoptar posicionamientos sobre temas de agenda, realizar propuestas al gobierno y decidir la modificación de la composición u objetivos del frente. En este último caso se exige mayorías especiales, a diferencia del resto de las decisiones que deben ser tomadas por consenso y, si este no se alcanza, por mayoría absoluta de los miembros presentes.

La mesa provincial estaría compuesta por los presidentes -o delegados- de los doce partidos que componen el frente. Además, aquellos espacios que tengan presencia en la Legislatura tendrán también una representación proporcional, calculada sobre la base de la totalidad de escaños de Unidos, a los efectos de la toma de decisiones. Se trata de una manera de que los partidos más grandes de la coalición conserven mayor peso.

A simple vista, entonces, surgen espacios más beneficiados que otros del bosquejo que trabajan en Unidos. El radicalismo y el socialismo son quienes hoy tienen mayor representación legislativa, por lo que con el diseño institucional planteado se quedarían con la manija de las decisiones de la coalición. Tiene sentido: son los partidos con mayor aparato, militancia y capilaridad territorial.

En el reverso, el PRO de Gisela Scaglia y CREO de Pablo Javkin quedan un paso atrás: mientras que el macrismo tiene solo tres diputados, el espacio que responde al alcalde rosarino cuenta con un diputado y un senador. Es un detalle a tener en cuenta, dado que se trata de dos tribus con aspiraciones a tallar en los destinos de Unidos y cuentan con activos nada menores: uno controla la presidencia del Senado, tiene un ministerio y algunas ciudades intermedias, otro gobierna la ciudad más importante de la provincia, con una buena cantidad de concejales y un anclaje territorial nada despreciable.

El último artículo del bosquejo crea una mesa de coordinación “a los efectos de sostener un diálogo fluido con el gobierno provincial”, especialmente en los momentos en los que Unidos sea oficialismo. Ese órgano estaría compuesto por los integrantes de la mesa provincial y todo el gabinete provincial. Se fija una frecuencia mensual de reuniones y la posibilidad de que se convoquen otros funcionarios, miembros del Poder Legislativo o incluso representantes de gobiernos locales.

Los problemas departamentales de Unidos para Cambiar Santa Fe

Según el borrador, también existirían mesas departamentales, en las que la composición sería similar: un representante por partido político, más una presencia mayor para los espacios que tengan intendentes, presidentes comunales o concejales, proporcional a la cantidad de esos cargos que Unidos tenga en el departamento en cuestión. Tanto la mesa provincial como las mesas departamentales tendrán un presidente, elegido por sus miembros.

La cuestión de la constitución de las mesas departamentales fue un planteo que encabezó el sector halcón del PRO en el último asado que reunió a todos los representantes partidarios. Señalaron que hay distritos donde hay alcaldes o referentes de Unidos que “conducen pero no incluyen” al resto de los partidos, lo que puede traer complicaciones el año que viene a la hora de cerrar listas. Por eso, apuestan a que esas asperezas se limen en una instancia ordenadora e interna como las mesas departamentales para que la sangre no llegue al río.

La cláusula anti Javier Milei

Aunque está sujeta a cambios dado que es un esbozo, el documento menciona a doce partidos como los miembros de la coalición oficialista. Además de la Unión Cívica Radical, Partido Socialista, PRO y CREO, están el Partido Demócrata Progresista, la Unión del Centro Democrático, Encuentro Republicano Federal, Partido Unir, Una Nueva Oportunidad (UNO), Partido GEN, Unidos y Frente para el Cambio.

En su artículo segundo, la carta orgánica propuesta establece los principios sobre los que se constituye la alianza. De allí surgen algunos enunciados que pueden ser leídos como principios que condicionarían el ingreso de La Libertad Avanza, la tropa de Javier Milei, a la coalición, una posibilidad que no fue descartada por algunas de sus figuras más importantes. Por ejemplo, la defensa de la educación pública en todos sus niveles, laica, gratuita y “de calidad”.

El frente se compromete a “la defensa irrestricta del sistema democrático”; al respeto por los derechos humanos “de conformidad con las normas nacionales e internacionales”; la protección de las libertades individuales y de la igualdad de acceso a los derechos, sobre todo en grupos vulnerables; la promoción del desarrollo productivo sostenible; la lucha por la transparencia y la no corrupción; y el aseguramiento de la paz social y la no violencia, un inciso claramente relacionado a la situación de Rosario.

En Unidos temen del poder de Maximiliano Pullaro para imponer condiciones en el proceso de reforma constitucional.
El senador Felipe Michlig, a favor de una reforma con reelección en Santa Fe. 

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