“Autonomía para Rosario ”, decían los carteles de la última campaña de Pablo Javkin y el resto de las candidaturas de su espacio. El intendente encontró en el proceso de reforma una ventana para introducir el tema con el que sueña la política rosarina hace años. El resto de alcaldes, en duda.
La cuestión de la autonomía de Rosario es una bandera que se agita de manera histórica, especialmente luego de la última reforma de la Constitución Nacional. En 2004, por ejemplo, Miguel Lifschitz -entonces intendente- convocó a un plebiscito para que rosarinas y rosarinos decidan si querían la autonomía, pero al final fue suspendido. Omar Perotti se subió al tema durante su gobierno y hasta la UCR lo incluyó en su proyecto de reforma. Por ahora, todos cohetes sin pólvora.
El tema resurgió en la última reunión de la mesa departamental que nuclea a Unidos para Cambiar Santa Fe en Rosario. El hecho de mencionar la necesidad de consagrar constitucionalmente la autonomía municipal causó algún contrapunto menor, dado que los municipios y las comunas de menor tamaño no se terminan de convencer de las bondades del proyecto. Javkin, que lo viene impulsando desde el comienzo de su gestión, está convencido de que es el momento.
Los intendentes y la autonomía municipal
En el Palacio de los Leones sienten la seguridad de poder reclutar más alcaldes para darle sustento a la iniciativa. Para eso, buscan capitalizar el buen vínculo generado con algunas figuras por haber compartido bando en otras batallas. Por ejemplo, mencionan a Juan Pablo Poletti, con quien estrecharon la relación tras la disputa con el Gobierno por los subsidios al transporte, o referencias de las ciudades cercanas al Río Paraná, con quienes se organizaron para afrontar el problema del humo proveniente de las islas entrerrianas.
En ese sentido, la tropa de Javkin estrecha vínculos al otro lado de la grieta, con el grupo de intendencias y presidencias comunales peronistas llamado Vamos Santa Fe. Sin embargo, en ese campo hubo algo de ruido: en el gobierno rosarino no cayó bien que uno de los referentes de ese grupo, el intendente de Perez Pablo Corsalini, vaya al Concejo rosarino invitado por la oposición a verter algunas críticas al proyecto del parque industrial que impulsa Javkin en un terreno cercano al límite municipal. Eso, más alguna que otra declaración, caldearon los ánimos.
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El grupo Vamos Santa Fe, de intendencias y comunas del peronismo.
La discusión que se cuela es acerca de las ciudades que serán abarcadas por la autonomía. Se descuenta que Rosario y Santa Fe -los únicos municipios de primera categoría de la provincia, dado que superan la cifra de 200 mil habitantes- estarán, pero la duda se plantea sobre las ciudades medianas, como Villa Gobernador Gálvez, Reconquista, Rafaela o Venado Tuerto. “Pediremos todo y la cosa decantará por su propio peso”, dice una espada de Javkin.
Que podrán hacer los municipios de Santa Fe con la autonomía
Otra cosa a definir será de qué tipo de autonomía gozarán las municipalidades abarcadas. Nadie quiere una cláusula vacía en la Constitución provincial y que se derive el tema a una ley cuyo destino es incierto. Tampoco se podrá definir todo en la Carta Magna. Por eso, hay quienes manejan la posibilidad de que se establezcan ciertos rangos o criterios que aseguren el contenido básico de la autonomía y que luego una ley termine de operativizarla. Aunque, reconocen, “el solo marco constitucional implica derogar muchos mecanismos legales que hoy existen”.
El principal tema relativo a la autonomía es el de los recursos. Con autonomía plena, los municipios podrán sentarse de otra manera a discutir la coparticipación de los impuestos provinciales y, a su vez, crear sus propios impuestos, facultad que hoy no tienen. Discutir cómo se reparte la recaudación de Ingresos Brutos o del impuesto a los sellos es una posibilidad que los municipios nunca tuvieron. Y sin fondos, es muy difícil que la autonomía sea efectiva.
En relación a los recursos, un tema que mencionan en el entorno de Javkin como ejemplo de los obstáculos que enfrenta Rosario ante la falta de autonomía es la cantidad de autorizaciones que necesitan encarar para lograr un endeudamiento. “El trámite termina durando ocho o nueve meses, y el monto que autoriza el Concejo es nominal, la última vez pudimos hacer la mitad de lo que queríamos”, señala una fuente del javkinismo. El patrón se repite en todos lados: “Hay que notificar a la provincia cada vez que se interviene un árbol”, suma.
La policía local no entusiasma
Lo que sí permitiría la autonomía, pero no parece entusiasmar en el Palacio de los Leones, es tener una policía local. La experiencia de los municipios del conurbano bonaerense que las tienen desde la gobernación de Daniel Scioli y el tipo de problema relacionado con el narcotráfico que atraviesa Rosario lo desalienta: “No se puede atomizar la fuerza de persecución, el carácter de región es clave: si cada municipio tiene su policía es un lío”, sostienen cerca del intendente rosarino.
Una última cuestión a discutir será el margen de acción que tendrán los municipios en sus estatutos. ¿Podrán, por ejemplo, crear la figura de viceintendente, un proyecto que Javkin manda a sus espadas legislativas a presentar todos los años? ¿Será como en Córdoba, en el que los municipios eligen su propia fecha de elecciones? Todo está por definirse.