Por primera vez en cincuenta y cinco meses de gestión al frente del municipio de Rosario, el intendente Pablo Javkin siente que puede proyectar un plan de gobierno sin que lo asedien las malas noticias vinculadas con el delito y la inseguridad.
“Tener un mejor panorama con un tema que fue prioridad cero nos permite hacer gestión municipal a este nivel por primera vez. Estamos mirando siempre de reojo lo que pasa a nivel de violencia en algunas zonas, pero sentimos que estamos en otra fase”, aseguran en el entorno del intendente.
Durante años, la violencia urbana marcó la agenda de Rosario. Aunque con prudencia por la mejora que ahora exhiben los indicadores, el gobierno municipal se anima a ampliar la agenda para la segunda parte del año, con obras públicas y mejoras en el sistema de transporte urbano de pasajeros como prioridades.
Hay un dato no menor que alivia a Javkin y sus funcionarios. Además que mejoraron los indicadores, el gobernador Maximiliano Pullaro concentra el protagonismo en materia de seguridad, absorbe la presión y arrastra todas las marcas. Todo lo contrario a lo que ocurrió en el primer mandato, cuando el gobernador era Omar Perotti, al que se le reprochaba su falta de presencia y protagonismo en Rosario.
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Clara García, Pablo Javkin, Maximiliano Pullaro y el presidente del Banco Municipal de Rosario Claudio Forneris
En el primer semestre, más allá de la inseguridad, que en marzo alcanzó un máximo de tensión con el homicidio de cuatro trabajadores al "boleo", se buscó, según explican en el Palacio de los Leones, equilibrar las cuentas. El salto devaluatorio obligó a priorizar las tareas de mantenimiento. La idea ahora es revertir ese proceso.
En línea con Maximiliano Pullaro y con reclamos a Nación
Si el primer semestre se destacó por el ordenamiento de las cuentas y la concreción de trabajos puntuales, para lo que resta del año el municipio proyecta obras de mayor envergadura. Para eso fueron clave los acuerdos con la provincia, que financiará algunas de ellas, y las que la ciudad afrontarán vía endeudamiento en el mercado de capitales. Allí se destacan avenidas, obras de desagüe, intervenciones en parques y la transformación de zonas que obligará a la relocalización de vecinos.
“Va a haber una inyección de obra pública importante. Es la mejor política social. Es lo más contracíclico que podemos hacer en un momento de recesión. Promover y facilitar inversión”, explicó a Letra P Sebastián Chale, secretario de Gobierno de Rosario.
En el municipio celebran, como parte de la rueda que permite mover el rubro de la construcción, el convenio materializado con la provincia para lanzar al mercado los créditos hipotecarios Nido, que permiten la compra, construcción, refacción y terminación de viviendas.
Mientras con la provincia asoma un trabajo alineado para avanzar con la obra pública, en el municipio advierten que no sucede lo mismo con Nación, a la que le destacan todo lo que fueron avances en seguridad y Justicia, dos pilares para bajar los índices de violencia. Hablan, por ello, de una relación “dual”.
Obra pública, otro punto clave para la seguridad
El esquema de la obra pública, advierten en la gestión Javkin, permitirá mover la economía de varios sectores y reforzar todo el trabajo que se desarrolla para contener la violencia y la inseguridad. Hay trabajos que en el municipio creen estratégicos para resolver el desarrollo socio urbano y la integración en los barrios. Hay un proyecto de ese tipo en el barrio Tablada, en el sur de la ciudad. Se trata de una las zonas calientes del delito. En ese caso la Nación se haría cargo del financiamiento. “Han entendido el impacto que eso tiene”, explican desde el municipio.
En Rosario creen que es un momento importante para no perder de vista estos proyectos. Que las fuerzas de seguridad hayan logrado retomar el control de algunas zonas o barrios, con mayor presencia de efectivos, propicia la posibilidad de encarar obras de infraestructura que aporten, por ejemplo, mejores servicios o la apertura de calles.
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“Nación es un actor importante en esto. A lo mejor no necesitamos la pequeña obrita, sino una inversión más integral en barrios enteros. Ese es el reclamo y el planteo que hacemos”, explicó Chale.
El transporte, entre el reclamo a Milei y el financiamiento privado
El otro tema al que se le dará prioridad en el segundo semestre es el del transporte público. El sistema, por el alza en los costos, pero también por la caída de usuarios –en el último año se perdieron 7 millones de viajes–, tiene falencias que ahora se buscan revertir. La idea, dicen, es invertir ya no sólo para sostener el servicio, sino para dotarlo de mejoras en la flota.
Para ello, el municipio trabaja en distintas direcciones. Insistirán en reclamar a Nación que restituya los subsidios que en febrero pasado dispuso quitar al sistema en el interior del país y a su vez buscan otras fuentes de financiamiento, por ejemplo del sector bancario.
Sostener el servicio de transporte urbano provoca el mayor déficit para las arcas municipales, aunque las actualizaciones en la tarifa del boleto buscaron moderar ese desfasaje.
Entre otras medidas, se espera para la primera quincena de agosto un encuentro de los intendentes del interior con los integrantes de la Comisión de Transporte de la Cámara de Diputados. La idea es volver sobre el tema de los subsidios. Javkin mantiene diálogos periódicos con su par de Córdoba, Daniel Passerini, para buscar soluciones al tema.