Diez días después de la asunción de Javier Milei, el secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, designó al frente del Ente Regulador de la Electricidad (ENRE) a Darío Arrué, un empleado que se había jubilado en 2022. Pese a la línea oficial de austeridad, el directivo continuó cobrando su jubilación.
Ni la declaración oficial de la emergencia eléctrica, contenida en el DNU 55 publicado a fin de año por Milei, ni el plan anticasta lanzado por el propio presidente durante el discurso de apertura de sesiones del año legislativo, que entre otros puntos contempla el fin de las jubilaciones de privilegio, alcanzaron para ordenar a la propia tropa.
En algunos casos, ocurre más bien lo contrario. Arrué, un técnico de carrera que fue jerarquizado durante la gestión del macrista Javier Iguacel, parece haber tomado la decisión de blindarse frente a los aumentos aprobados por el propio organismo, cobrando dos haberes públicos, una maniobra que choca de frente con la Ley de Ética Pública.
La casta de Javier Milei
Al menos hasta marzo, el funcionario nacional continuó cobrando una jubilación de más de 700.000 pesos mensuales, pese a que el 20 de diciembre del año pasado fue designado al frente del organismo. A esos haberes hay que sumar un sueldo de alrededor de 3,2 millones de pesos que embolsa en su calidad de interventor del ENRE por un período indefinido.
En la Secretaría de Energía desmienten que haya continuado percibiendo haberes jubilatorios y aseguraron a Letra P que solicitó la baja previsional al 30 de diciembre de 2023.
En Energía, amigos son los amigos
Montado sobre el decreto presidencial que dictó la emergencia del sector energético nacional e instruyó un programa de acciones destinadas a garantizar la prestación del servicio eléctrico en condiciones técnicas y económicas adecuadas para prestadores y usuarios, Arrué se dedicó a desplazar y a bajarle el sueldo a un centenar de técnicos de carrera del organismo. En el sentido opuesto, apenas unos días atrás, se conoció la contratación de una docena de asesores con ingresos millonarios que pasaron a integrarse al ENRE.
Mediante la implementación de una nueva estructura organizativa, reformuló buena parte de las áreas internas y ascendió a personas de su confianza pero carentes de expertise técnico.
El caso más gráfico es el de Jorge Iglesias, un agente del ENRE sin formación que fue designado con la máxima categoría del organismo, que le garantiza ingresos por dos millones de pesos como jefe del sector de Atención a Usuarios, un área clave a la hora de resolver interrupciones o inconvenientes del suministro eléctrico.
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Las principales compañías alertan sobre el corte en la cadena de pagos y la posibilidad de que se corte el suministro.
Todos estos movimientos ocurren en momentos que los principales actores del mercado eléctrico advierten sobre una situación límite para funcionar producto de la ruptura de la cadena de pagos para cubrir el costo de la energía, pero también por los cambios que viene llevando adelante Rodríguez Chirillo en el sector, desplazando a Cammesa del rol de intermediaria en la compra y venta de energía eléctrica.
Sin ir más lejos, el miércoles de esta semana, se conoció que Transener, la compañía mixta y principal transportadora de energía del país, está al borde del abismo. A través de una comunicación oficial, advirtió a sus inversores que tiene graves desequilibrios financieros que amenazan el cumplimiento de sus compromisos internos, como el pago de salarios, pero que también conlleva el riesgo de un parate operativo.