Osvaldo Jaldo y Raúl Jalil son los gobernadores peronistas más cercanos a Javier Milei. En una operación de alto equilibrismo, pactaron con la Casa Rosada y a la vez sostuvieron la paz en el PJ de sus terruños con figuras alineadas con Cristina Fernández de Kirchner, quien llegó a acusar al tucumano y al catamarqueño de "verdadero transfuguismo político".
Así, mientras sus aliados libertarios se alistan para intentar pintarles de violeta el territorio en las próximas instancias electorales, surfean la nueva polarización que a nivel nacional protagonizan el Presidente y la flamante titular del justicialismo sin que se les desbarate el peronismo provincial.
Aunque no le cause ninguna gracia a la expresidenta, la Operación Ja-Ja, que remite al mítico programa humorístico de la TV, es un éxito en sus provincias. Lo prueban Juan Manzur y Lucía Corpacci, titulares del PJ en Tucumán y Catamarca e integrantes de la bancada de Unión por la Patria en el Senado, quienes no ponen demasiados reparos en los posicionamientos de sus coprovincianos compañeros en la Cámara de Diputados. Allí, los gobernadores tejieron la mayor parte de sus acuerdos con la administración libertaria. En el caso de Jaldo, armando un bloque propio que potenció su poder de negociación y puso a jugar a favor de los intereses de su provincia.
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Ubicados entre los mandatarios más beneficiados en el reparto de fondos nacionales, tanto en inversión en obra pública como en la distribución de partidas específicas, los máximos representantes del peronismo friendly se enfrentan a un desafío complejo en 2025 porque, más allá de todo, La Libertad Avanza acelera sus armados locales que disputarán la representación parlamentaria en las elecciones legislativas.
Osvaldo Jaldo, el primer adelantado
Jaldo fue el primer peronista que abiertamente acompasó su posicionamiento al clima de época. Tras el fracaso de la versión original de la Ley Bases, el tucumano rompió la bancada de Unión por la Patria en Diputados y armó el bloque Independencia, que desde entonces votó todo con el oficialismo.
Lentamente se fue asumiendo como un aliado del Presidente y, fechas patrias aparte, le tendió la alfombra para firmar en julio el retrasado Pacto de Mayo en la cuna de la independencia. Cuando la mayoría de los gobiernos provinciales pataleaba por el reparto de fondos e impulsaba acciones para recuperarlos por las vías legislativa y judicial, Jaldo activó la vía política y sacó provecho de la situación.
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Javier Milei y Osvaldo Jaldo durante la firma del Pacto de Mayo.
Con Manzur surfeando la discusión nacional, el gobernador acomodó al peronismo tucumano y se propuso avanzar en una reforma constitucional que, pese a las diferencias, no logra resquebrajar al partido que gobierna Tucumán desde 1999. Con ese orden interno, en el que hasta se permite sostener posturas antagónicas con su antecesor, Jaldo sostiene la estabilidad provincial en medio de la crisis.
Raúl Jalil y el anzuelo de las inversiones
Más allá de los matices políticos, a Jaldo y a Jalil lo mueven intereses que, imaginan, les permitirán gobernar con mayor tranquilidad en el mediano plazo. Por eso, el despegue del catamarqueño se produjo cuando el peronismo en el Congreso decidió votar en contra del Régimen de Incentivos para las Grandes Inversiones (RIGI), una de las herramientas que más entusiasmó a los grandes jugadores dedicados a la explotación minera, central para la provincia.
También fue Jalil el que terminó aportando los votos necesarios para que los capítulos de Ganancias y Bienes Personales, que habían sido borrados en el Senado, formaran parte del paquete fiscal que finalmente sancionó la cámara baja.
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Gustavo Saadi, Lucía Corpacci y Raúl Jalil.
A pesar de tener que surfear la interna en la que lidia con el liderazgo de la exgobernadora Corpacci y del intendente de San Fernando del Valle de Catamarca, Gustavo Saadi, Jalil logró la unidad el PJ catamarqueño, que terminó aprobándole todas las leyes que le pidió a la Legislatura, más allá de los matices nacionales. El ejemplo más claro es la adhesión al RIGI, que en la provincia terminaron aprobando todos los sectores, incluso los que responden a quienes se opusieron en el Congreso al régimen de inversiones que motorizó la Casa Rosada.
El riesgo de que Javier Milei se coma todo
Pensando en la caja y en el equilibrio de cada una de sus administraciones, Jaldo y Jalil se paran ante otro desafío que puede ponerlos en jaque: deberán enfrentar en los comicios de 2025 a las expresiones libertarias que tienen en la figura del Presidente a su mayor activo.
Catamarca renovará tres bancas en Diputados y Tucumán, cuatro. Los gobernadores pondrán en juego dos cada uno, ante un espacio libertario que tiene todo por ganar. De hecho, los tucumanos Roberto Sánchez (UCR) y Paula Omodeo (CREO) y el catamarqueño Francisco Monti (UCR), que terminan sus mandatos en diciembre de 2025, hoy acompañan en el Congreso las iniciativas libertarias. ¿Logrará LLA capturar las bancas que hoy son opositoras en el plano local para sumarlas en la cámara baja a las que ya le proporcionan los mandatarios peronista? El futuro puede teñir de violeta ambas provincias.
A Jalil se le presenta una complicación adicional. Catamarca celebrará elecciones provinciales para elegir la Legislatura que acompañará los dos últimos años de gestión del mandatario. La instancia local añadirá un factor de presión al complejo equilibrio del peronismo con peluca que articula intereses con Milei a nivel nacional mientras evita, puertas adentro, que los sectores que responden a CFK terminen por hacerle estallar sus propios espacios políticos.