El armado del gabinete de Javier Milei quedó atravesado por la letra chica no escrita del Pacto de Acassuso, el acuerdo rubricado entre el presidente electo, el exmandatario Mauricio Macri y la titular del PRO, Patricia Bullrich. Para sumar mayor confusión a la que se vive por estas horas, con marchas y contramarchas en designaciones que mueren a poco de anunciarse en público, se sumó la irrupción del bloque de los diez gobernadores de Juntos por el Cambio (JxC), que evitan plantean un cogobierno con La Libertad Avanza (LLA), a cambio de ayudar en el armado de la agenda de la nueva administración.
Macri y Bullrich tienen canales de dialogo entre ellos, pero en lo que respecta a la negociación en marcha con Milei, cada uno va por su lado. Mientras el el fundador del PRO aclara que no busca tener ningún cargo y, por lo bajo, intenta colarse en la organización de LLA; la futura antigua ministra de Seguridad aspita a discutir una "mirada integral" del próximo gobierno, entendido como un frente.
"Estamos resolviendo temas más generales, como el funcionamiento de la Cámara de Diputados o el alcance de la sociedad entre un sector del PRO y LLA", explicó uno de las figuras del nido halcón del macrismo que mantiene buen diálogo tanto con Macri como con Bullrich.
Caminos diferentes
Con Horacio Rodríguez Larreta fuera de juego, la sintonía entre Macri y Bullrich tuvo su primer cortocircuito la noche de las PASO cuando el expresidente elogió a Milei desde arriba del escenario de la victoria -en la interna- de la titular del PRO. Los ruidos se potenciaron durante la campaña camino a las generales, cuando el apoyo del ingeniero a la entonces candidata de JxC fue bastante tibio y recién entró en calor cuando faltaban dos semanas para el 22-O.
Consumado el tercer puesto en las generales, Macri y Bullrich discutieron para ver quién sería el vocero del anuncio del Pacto Acassuso. "Los votos son míos", fue la frase que su exministro le dijo al expresidente para cerar la charla. Ese empoderamiento se trasladó a la negociación del armado del gobierno compartido.
Ante ese panorama (y Macri lejos, literalmente, de viaje en Arabia Saudita) Bullrich aceptó este jueves volver a Seguridad, oferta que había rechazado el lunes porque aspiraba la jefatura de Gabinete. La titular del partido amarillo planteó la necesidad de "darle espacio" a Milei ante su decisión de nombrar gente de confianza en las primeras y segundas líneas, lo que relegaba al PRO.
La visita del miércoles al Hotel Libertador del exsecretario General de la Presidencia, Fernando De Andreis, y del jefe de prensa de Macri, Gustavo Gómez Repetto, fue en respuesta a la indicación del exmandatario de mostrarse "como consultor" ante el presidente electo, de estar dispuesto a colaborar, pero -de nuevo, con él lejos- despejar la idea de que anda reclamando cargos.
Los Macri "No" boys
Macri volverá de Arabia Saudita este fin de semana, pero desde allá repite como mantra que ninguno de los funcionarios designados en el equipo de Milei durante esta semana que proviene del PRO ni por pedido suyo. En Economía estará Luis Caputo, el "Messi de las finanzas"; en Modernización suena cada vez con más fuerza Federico Sturzenegger; y en Trabajo recalaría el exencargado del Servicio de Conciliación Laboral Obligatoria (SECLO), Omar Yasín. El trío es desconocido por el fundador del PRO.
Yasín es el que más se encuadra dentro la versión de Macri. Al margen de ser exfuncionario de Cambiemos, fuentes de la cartera de Trabajo 2015-2019 no guardan los mejores recuerdos del abogado laboralista -a quien, dicen, el expresidente "no conoce"- y hasta lo tildan de "busca". "Representa la industria del juicio, que es lo que Macri siempre detestó. Por eso claramente no lo tiene registrado", agregó otro de sus excompañeros de Trabajo.
Lo de Sturzenegger es distinto. El digesto sobre desregulaciones que el extitular del Central en la era Macri preparó para una eventual presidencia Bullrich es uno de los pilares troncales de las reformas que enviará Milei en 11 de diciembre al Congreso para que se debata en sesiones extraordinarias.
Si bien Macri deja trascender que está preocupado por el nivel de "improvisación" que ve en el armado de Milei, rechaza la supuesta "colonización" del nuevo gabinete que se le endilga. La postura de Bullrich es opuesta: su avanzada ya generó roces con la vicepresidenta electa Victoria Villarruel, bajo el objetivo ser la gran ganadora del Pacto de Acassuso.
No sólo aceptó ser ministra sin hablarlo con Macri, Bullrich también posiciona a su excandidato a vice Luis Petri en la cartera de Defensa, para llevar adelante una virtual fusión entre ambas carteras, postula al diputado Hernán Lombardi como titular de los medios públicos y presiona para que Cristian Ritondo sea el presidente de la Cámara baja, mientras Milei mira a Florencio Randazzo.
Como la titular del PRO está convencida de que el ballotage convalidó sus ideas a pesar de que ella ni llegó a competir en esa instancia, por eso quiere darle un enfoque más institucional a Milei y le remarca la necesidad de tener a JxC de su lado para conseguir las reformas en el Congreso.
¿Nace el Macrischiarettismo?
Entre Macri y Bullrich se coló el gobernador saliente de Córdoba, Juan Schiaretti, que consiguió que su ministro de Economía, Osvaldo Giordano, comande la ANSES en reemplazo de Carolina Piparo -que duró 2 días en el cargo anunciado-, que el titular de Transporte de su gestión, Franco Mogetta, tenga el mismo rol a nivel nacional; y, por último, se sumaría su titular de Servicios Públicos, Fabián López, a la oficina nacional de Energía.
Dentro y fuera del búnker de Milei en el Hotel Libertador se abona cada vez más la idea de un acuerdo subterráneo entre Macri y Schiaretti para nombrar funcionarios sin que el expresidente "deje los dedos pegados". Incluso en LLA bautizaron como "Mauricio Schiaretti" al supuesto pacto.
Piparo, número puesto en la ANSES, fue la víctima más resonante de esa negociación. El propio Milei la confirmó en el cargo el lunes después de su victoria en una entrevista con Radio Mitre. Ella no esperaba tener que ocupar ese lugar, pero se puso manos a la obra para armar equipos en una de las estructuras más grandes del Poder Ejecutivo. Dos días después el presidente electo eligió a Giordano. La marcha atrás tuvo un réplica directa en el Congreso. "¿Con quién nos vamos a sentar a negociar las leyes? ¿Con Macri o con Milei y (Guillermo) Francos?", se preguntó uno de los legisladores de mayor vuelo dentro del peronismo.
Entran a la cancha los gobernadores
Pero el tablero del TEG de LLA con JxC tiene otro jugador además de Bullrich y Macri: los diez gobernadores de la coalición opositora que buscan tener su vuelo propio mientras le discuten el liderazgo del espacio al expresidente y a la titular del PRO. Los mandatarios provinciales iniciaron su propio canal de dialogo con Francos, futuro ministro de Interior, que se inauguró para la fiscalización del ballotage, y que tuvo su primer impacto el jueves por la noche.
Según reconstruyó Letra P, en LLA sospechan de una mano negra de los gobernadores electos de JxC, especialmente del de Mendoza, Alfredo Cornejo, detrás del veto para que el diputado Omar de Marchi ocupara la secretaria de Educación. El motivo serían las esquirlas que todavía quedan de las elecciones provinciales en las que el saliente senador radical se impuso al candidato de La Unión Mendocina.
Cornejo y sus pares niegan el veto, pero aceptan el dialogo directo con Francos para armar una "agenda común" de cara a los próximos meses. Evitan la palabra "cogobierno". "No queremos cargos, queremos ayudar en la agenda", le dijo a Letra P un mandatario del mencionado grupo. Como Macri, no quieren dejar los dedos pegados.
Los gobernadores apuestan a ser "la oposición moderada" siempre y cuando Milei no aplique ajustes desmedidos en las cuentas públicas. La mayoría de ellos no dependen del envío de fondos discrecionales, pero miran con atención lo que puede suceder con la obra pública y el dinero ya asignado para trabajos en sus provincias. Las figuras en ascenso dentro de JxC descreen del nivel de ajuste que pregona el presidente electo y están convencidos de que deberá sentarse a negociar.
Cautelosos, los gobernadores esperan a ver las medidas antes de hacer cuestionamientos, aunque por las dudas ya juegan sus cartas, como el negado veto a De Marchi.
Macri, Bullrich y la decena de gobernadores forman un triángulo cuyos ángulos no tienen los grados definidos. Dentro, está el gabinete de Milei.