ELECCIONES 2023 | CÓRDOBA

Mauricio Macri bancó a De Loredo y dejó atrás su romance fugaz con Juez

El expresidente pidió el voto por el candidato radical a la intendencia capitalina y apoyó su propuesta de municipalizar la Policía. Reconoció a Llaryora como gobernador electo. "Los cordobeses somos sabios", dijo.

El expresidente Mauricio Macri regresó a Córdoba. Esta vez, para apoyar al otro candidato de Juntos por el Cambio (JxC) que se medirá con el peronismo en las urnas, ahora en la capital provincial. El radical Rodrigo de Loredo sumó a su "plaza de las manzanas" a una referencia de la oposición que se resiste a ser jubilada por la renovación natural de la coalición.

El 23 de julio la capital elegirá a sus futuras autoridades municipales. Como hiciera con el exponente para la gobernación, Luis Juez, el cofundador de Cambiemos se sumó a la campaña de cercanía del aspirante radical y pidió, en persona, el voto para “un líder con coraje y compromiso”, a tono con las exigencias de la época.

El contexto de su visita de este martes a la ciudad no es el mismo al de la última vez, por supuesto. Antes del cierre provincial, escoltó al desdichado líder del Frente Cívico que observaba cómo “la hora de Juez”, como rezaba su eslogan, era arrebatada por otro intento del gobernador Juan Schiaretti de mezclar los tantos en un electorado que lo apoya en el plano local, aunque en el nacional se inclina desde 2015 por la opción aliancista. Macri se sentía personalmente afectado por la avanzada de Horacio Rodríguez Larreta con su “amigo, el Gringo”.

A diferencia de lo que ocurrió con Juez, De Loredo tuvo la complicidad de Macri para “municipalizar” la campaña y sacar provecho del atractivo que conserva el creador del partido recoleto entre vecinos y vecinas que le pedían “volvé”. Las referencias al duelo entre Juez y Martín Llaryora fueron acotadas y no convalidaron el tufillo que el senador pretendió instalar tras la demora en el escrutinio provisorio. Macri pareció decir con sus gestos y palabras que "es la hora de Rodrigo".

“Está equilibrado el sistema político cordobés. Va a haber control. Estamos frente a una linda oportunidad, por eso les pido que les digan a sus familias y amigos que apuesten por la gente joven”, dio por cerrado el tema provincial para pasar a ensalzar al anfitrión de la intervención con rojizas manzanas deliciosas.

Esta expresión pública no varió a la pregunta puntual de la ronda de prensa, donde jugó con los bordes de los que él, Schiaretti y otras alternativas no kirchneristas se aprovecharon alguna vez. “Fue una elección muy pareja, algo que le hace muy bien a la política cordobesa. Llaryora va a gobernar en una nueva realidad, sin mayoría absoluta. Va a tener que dialogar con la oposición y eso es bueno. Si los cordobeses decidieron esto es porque los cordobeses somos sabios”, bromeó con ese nosotros inclusivo, en términos lingüísticos, que fuerza un sentido de pertenencia que evolucionó de aquella referencia al “segundo hogar” de inicios de 2015.

¿Hay motivos para que la efímera sociedad con Juez continúe en el tiempo? Nadie apuesta mucho, el mismo Macri se abstuvo de responder a la pregunta de "qué faltó para ganar".

Ayuda para municipalizar la contienda

Macri revolucionó el espacio público de barrio Alejandro Centeno, en zona norte de la Capital. La elección de la locación no fue casual.

En la seccional 14, precisamente en el subcircuito “M”, JxC logró 1300 votos más que Hacemos Unidos por Córdoba el domingo 25 de junio. “Es un barrio amarillo, no entra el peronismo”; “Acá vive el alfil de Macri, Gustavo Santos”, fueron algunas de las referencias que chiflaban los organizadores para asegurar que, en este punto del mapa, es posible ampliar la diferencia.

El detrás de escena estuvo condimentado por la encuesta recién amasada por Francisco Venturini, el polítologo de confianza de De Loredo, que arrojó una supuesta ventaja de 16 puntos sobre el delfín de Llaryora, Daniel Passerini.

De Loredo cedió el protagonismo completo con la convicción de que su padrino haría mejor el trabajo proselitista. Entregó el micrófono a Macri y le regaló una manzana. Dispuesto para el show y la arenga vecinal, el expresidente la mordió entre aplausos de la audiencia. Para su infortunio, se atragantó y demoró el inicio del discurso que llenaría de elogios al anfitrión. "Si he de morir aquí con los cordobeses seré feliz", dijo después de recuperarse. Todo fue una fiesta ambientada con el rechinar de las cadenas de las hamacas.

Con la inseguridad como eje, Macri apoyó la transferencia del control policial a la Municipalidad de Córdoba como propuso De Loredo en su disertación en la Bolsa de Comercio este lunes. “Me parece una propuesta muy buena. En la Ciudad de Buenos Aires funcionó y la tuvimos que hacer solos porque el kirchnerismo no aceptaba el mandato constitucional de traspasar a una policía”, recordó.

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Con este marco, el candidato a intendente de la oposición retrucó las declaraciones de Passerini y Llaryora de este martes que, como era de esperarse, calificaron el anuncio de “ruidoso”. Defendió la viabilidad de su propuesta de propiciar el traspaso de 10 mil efectivos de la órbita provincial a la municipal. “Quiero trabajar este tema con el gobierno provincial, pensando en la gente y llevando soluciones. En síntesis, hacerme cargo del problemón que tenemos", cerró.

Por la noche, Macri, De Loredo y la candidata a la viceintendencia, la diputada del PRO Soher El Sukaria, tenían previsto encabezar una cena de recaudación de fondos para la solventar la campaña. El viernes vendrá a la provincia Rodríguez Larreta, pero no pasará por la Capital, sino que concentrará su esfuerzo en Villa María.

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