Manuel Adorni brindará este martes la última conferencia de prensa de 2025 e iniciará un periodo que lo tendrá repartido en tres funciones: jefe de Gabinete, comisario mayor de Karina Milei y vocero part time de La Libertad Avanza.
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En efecto, después de haber reestructurado la Jefatura de Gabinete y, en paralelo, haberse asegurado el control a la distancia de toda la comunicación oficial del gobierno, iniciará 2026 con una triple responsabilidad. Seguirá con la coordinación de la tropa ministerial, se mantendrá como uno de los interlocutores del presidente Javier Milei en el Congreso y retomará las conferencias de prensa desde el atril de la vocería.
Para la última conferencia del año, el funcionario que responde a la secretaria general de Presidencia hará un esquema de preguntas libres y abiertas para la prensa acreditada en Casa Rosada, un mecanismo que había abandonado en los últimos meses, donde la cantidad de consultas eran limitadas.
Adorni adelantará parte de la agenda legislativa de marzo, que incluiría el proyecto de reforma laboral, los pliegos para ocupar las vacantes en la Corte Suprema y la modificación a la ley de Glaciares.
Manuel Adorni, uno de los interlocutores del gobierno
Desde que fue ascendido a la Jefatura de Gabinete, Adorni pasó a ocupar un lugar en la mesa política del jefe de Estado. Desde esa silla, fue designado como uno de los interlocutores del Ejecutivo con el ámbito legislativo, junto al ministro de Interior, Diego Santilli; el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem; la jefa del bloque de LLA en el Senado, Patricia Bullrich; el asesor Santiago Caputo; y, por supuesto, la hermana presidencial.
Con este nuevo rol, Adorni pasó de ser vocero y encargado de la comunicación oficial a coordinador ministerial y una de las pocas voces del karinismo explícito en Balcarce 50. Sin embargo, su lugar hasta ahora no quedó del todo claro para buena parte del sistema político, que ve que realiza movimientos similares a su antecesor, el desplazado Guillermo Francos.
Manuel Adorni, junto a Javier Milei, Karina Milei y Diego Santilli.
Si bien el jefe de Gabinete tiene la confianza de la hermana del Presidente, en varios despachos lo observan como una suerte de escolta de los oficios que conduce Santilli, quien fue designado en el gobierno por conocer a la totalidad de la dirigencia política, incluyendo la parte que supo ser aliada en el primer año de Milei, y por hablar con naturalidad el lenguaje de la política tradicional.
Con ciertas suspicacias, en la administración libertaria observan a Adorni como una suerte de comisario karinista de las reuniones de Santilli. En rigor, es una función de control de El Jefe sobre otras estructuras que el ministro coordinador ya había practicado cuando aún era vocero. Desde ese lugar, Karina Milei le pidió que ocupara una de las oficinas vacías del Salón Martín Fierro, donde Caputo tiene su base de operaciones. La relación entre territoriales y digitales está en una virtual guerra fría.
El funcionario karinista reestructuró toda su área
Con la última reestructuración de la Jefatura de Gabinete, Adorni contrató a una figura conocida en el Círculo Rojo por haber sido hasta hace no mucho tiempo uno de los principales lobistas de Massalin Particulares, la megatabacalera que controla las marcas Philip Morris y Marlboro. Se trata de Ignacio Devitt, quien antes de ese cargo en el sector privado también se movió bajo la conducción política del por entonces ministro de Educación Esteban Bullrich y de Jorge Macri, cuando este era intendente de Vicente López.
Antes, el funcionario echó a José Rolandi, quien ocupaba una vicejefatura debajo de su área y ascendió a Aimé Vázquez, mano derecha del ministro y una de las integrantes de su mesa chica que tiene lazos con el círculo rojo empresarial y el PRO de la Ciudad de Buenos Aires. Con ambos cambios, Adorni se garantizó el desplazamiento de un hombre que había ingresado gracias a Nicolás Posse, pese a que luego se había sostenido en el cargo por haber impulsado la ley Bases.
Javier Lanari, quien hasta hace un tiempo se desempeñaba como subsecretario de Comunicación, también fue formalmente designado al frente de una secretaría que depende de la Jefatura de Gabinete. Para Adorni, es su principal funcionario, quien mejor interpreta lo que piensa y quien mejor anticipa sus movimientos dentro de la Casa Rosada.
El organigrama de Adorni también controlará otras áreas estratégicas, entre ellas, la Secretaría de Turismo y Ambiente, que antes reportaba al Ministerio del Interior. Daniel Scioli seguirá al frente del área.
Con toda esta estructura, el funcionario estrella de El Jefe buscará darle una nueva impronta a la Jefatura de Gabinete. Apenas asumió había intentado hacer una suerte de "auditoría" de todas las áreas, incluida la de los ministros más relevantes del gobierno, lo que desencadenó una bronca generalizada al interior de la estructura. Quizá por eso es que al brindis de fin de año que organizó y al que convocó a periodistas acreditados en Casa Rosada sólo asistieron funcionarios enrolados en el karinismo, como Sandra Pettovello, Santilli, Scioli y Lanari. También estuvo Federico Sturzenegger.