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Ley ómnibus: Guillermo Francos presiona a Jalil y Vidal para no depender de outsiders

No hubo llamados a Kueider, Espínola y Tagliaferri. El gobernador de Santa Cruz no garantiza votos. Jaldo, un voto. Uñac, entre la pared y las mineras.

Si el oficialismo logra dictaminar y llevar el proyecto al recinto, necesitará de estos aportes porque, hasta este viernes, en el Gobierno se resistían a negociar con los outsider del Senado que esta semana cuestionaron el proyecto, entre quienes están Edgardo Kueider, Carlos Espínola (Unidad Federal) y Guadalupe Tagliaferri, del PRO.

La gran apuesta de Francos es captar votos de Unión por la Patria (UP), para no depender de los 39 que Victoria Villarruel logró reunir por única vez en diciembre para definir autoridades.

La otra colaboración que espera Francos es la de la tucumana Sandra Mendoza, aliada de Jaldo. Este martes, el intendente de Famaillá, José Orellana, esposo de la senadora, anticipó que podría sacar los pies del plato.

“La pertenencia al bloque es sagrada, pero también está el valor superior de la patria chica que es Tucumán y el gobernador necesita algún aporte en particular”, sostuvo el alcalde.

Los números de la ley ómnibus

Francos no logró hasta ahora sumar nuevos votos de UP que le permitirían llegar tranquilo a una sesión en la cámara alta del Congreso, que de todos modos no será posible si antes no consigue las firmas para dictaminar.

El gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, anunció esta semana a través de sus voceros que sus tres representantes en el Senado votarán en contra de la ley ómnibus y del paquete fiscal. Se trata de Claudia Ledesma -su esposa-, Julio Neder y Gerardo Montenegro.

El ministro también tiene expectativa en el exgobernador de San Juan Sergio Uñac, presionado por las mineras de su provincia, principales beneficiarias del Registro de Inventivos a las Grandes Inversiones (RIGI).

Fuentes del sector señalaron a Letra P que Uñac sólo se comprometió a respaldar el capítulo en particular, como hicieron los representantes del peronismo en Diputados. Pero pulsará el botón rojo en la votación en general.

En la UCR, el Gobierno da por perdido el voto de Martín Lousteau, mientras que el fueguino Pablo Blanco anunció que apoyará en general y rechazará algunos capítulos. Votará en contra de la delegación de facultades, algunas privatizaciones (Aerolíneas y Radio Nacional) y el artículo 111 de la reforma fiscal, que pide revisar los regíemenes especiales. El desafío del Gobierno es que firme el dictamen y plantee los cambios en el recinto.

Presión a Vidal

El gran problema en la Casa Rosada este viernes era que no podía garantizar los votos de Santa Cruz. Hubo llamados de funcionarios al gobernador Claudio Vidal, quien ayudó en Diputados y consiguió a cambio la no privatización total de Yacimientos Carboníferos Río Turbio.

Francos se encontró con dos problemas en el Senado: Carambia y Gadano no responden al gobernador, quien, además, tampoco está interesado en ayudar a sancionar la ley. Antes quiere tener certezas de recibir una recompensa por el cierre de las sedes de YPF y retomar la construcción de las represas.

Este jueves, un alto funcionario nacional llamó a Vidal para recriminarle la rebelión de Carambia en el plenario de comisiones. No logró nada: el senador prepara una larga lista de pedidos de modificaciones, que abarca privatizaciones, regalías mineras y energéticas, reforma laboral y RIGI.

El plenario se retomará a las 15 del lunes, con una larga lista de expositores y negociaciones en los pasillos. El gobierno necesita las firmas de casi todos los díscolos para dictaminar el proyecto y llevarlo al recinto los días previos al Pacto de Mayo.

La apuesta de la Casa Rosada es acordar la menor cantidad de modificaciones posibles y que luego Diputados ratifique el texto original, cuando sea.

Outsider, afuera

La dependencia de Francos con los gobernadores se debe a que no tiene voluntad de negociar con los representantes sin tierra, outsider que se hicieron sentir en las comisiones. El ministro considera que sus reclamos son interminables. Por ahora, en Balcarce 50 sólo aceptan retocar el RIGI y el capítulo de Ganancias, en la reforma fiscal.

Uno de los escollos que no tenía en los papeles el Gobierno es Tagliaferri, cercana a Horacio Rodríguez Larreta. Cuestionó el RIGI, la derogación de la moratoria previsional y el paquete fiscal. No descarta ayudar, pero espera que el lunes tomen en cuenta sus reclamos.

Kueider prepara una larga lista de propuestas, que incluyen cambios a delegación de facultades, el RIGI y la reforma laboral. Si no lo escuchan, no descarta presentar un dictamen de minoría, que ayudaría al Gobierno a llegar al recinto.

El entrerriano se mueve en tándem con Espínola y ambos comparten el bloque UF con la cordobesa Alejandra Vigo, quien pidió borrar el artículo que elimina la moratoria previsional, uno de los que podría caer. No sería el único. Las negociaciones son minuto a minuto.

Eduardo Rodriguez Cirillo y el senador Bartolomé Abdala, durante el debate de la ley ómnibus del Gobierno.
Martín Lousteau y Guadalupe Tagliaferri.

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