La Navidad de Martín Llaryora: cordobesismo de puertas abiertas entre el palacio y la calle
El gobernador de Córdoba cumplió 15 días entre ajustes, tensión política, protesta y palos. Mientras, le abre los brazos a un país donde aún no tiene socios.
Martín Llaryora, Daniel Passerini y algunos de los integrantes del peronismo cordobés en el árbol de navidad sustentable inaugurado en Córdoba capital.
Martín Llaryora y el árbol de Navidad hecho con residuos reciclables en la ciudad de Córdoba.
Las primeras dos semanas de Martín Llaryora al frente del gobierno de Córdoba descubrieron un estilo con el que el sanfracisqueño expone su perfil de “negociador nato”, mientras surfea en medio de la crisis y le saca el candado a la provincia encorsetada por un cordobesismo a la defensiva tratando de ocupar un espacio central en la discusión política nacional en la Argentina de Javier Milei. Por ahora, en soledad, sin afiliarse a ninguna de las ligas de gobernadores.
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Sin embargo, su preocupación central pasará por la necesidad de timonear su relación con el gobierno nacional, que se pondrá en juego con la postura que tomarán quienes representan al Partido Cordobés en el Congreso en medio del debate por la aprobación del decretazo de Milei y el tratamiento de la ley ómnibus que enviará el Presidente a las sesiones extraordinarias.
Tensar y aflojar
Casi como en un movimiento típico de pescador profesional, Llaryora pragmatiza sus movimientos logrando, hasta ahora, todos sus objetivos a corto plazo. El mejor ejemplo de esa estrategia se descubrió esta semana en la discusión con el gremio estatal, que le plantó un primer foco de conflicto convocando a un paro general, prácticamente inédito para un gobierno peronista en sus primeros pasos.
Ante la urgencia de la crisis en las finanzas provinciales, que tanto él comoJuan Schiaretti se encargaron de ocultar durante la campaña, el gobierno cordobés se encargo de filtrar que no sería posible cumplir con los acuerdos paritarios que el personal público había firmado durante la última etapa del gobierno anterior. En medio de la tensión, el oficialismo quiso discutir en la Legislatura un proyecto para incrementar las alícuotas de los aportes de la parte trabajadora, que en concreto representará una suba de “hasta en 4 puntos porcentuales sobre los porcentajes vigentes al mes de noviembre de 2023”.
En ese escenario, se abrió una mesa de negociación en la que el sindicato estatal se garantizó cobrar lo acordado y cedió un 1% como “aporte solidario” para alimentar las arcas de la obra social provincial, Apross, también en estado crítico.
Estatales con Calvo y Acosta.jpg
De cara a los reposicionamientos que empiezan a ganar terreno en la disputa por la renovación generacional del PJ cordobés, el acuerdo también le dio un primer triunfo al ministro de Gobierno, Manuel Calvo, uno de los encargados de la negociación con los gremios. El otro, fue el ministro de Economía y Gestión Pública, Guillermo Acosta.
A diferencia de la mayoría de sus pares, Llaryora no tiene una ubicación clara en el tablero federal. Principalmente, porque no tiene una postura demasiado previsible respecto del rol que tomará de cara a los debates por venir.
Acompañamos una agenda fiscal, pero Argentina necesita también una agenda productiva. Gobernar es generar trabajo. Estamos en una situación muy difícil y todos vamos a hacer un esfuerzo, pero si no hay un plan de desarrollo, no habrá oportunidades de generación de empleo. pic.twitter.com/1hblaL81ZA
Las preguntas que por el momento cruzan por su análisis hacen cálculos acerca de cuánto está dispuesto a ceder en sus convicciones en pos de “ayudar” a la gobernabilidad. En ese debate interno, no sólo se ponen en juego las iniciativas nacionales que no lo terminan de convencer, sino la falta de respuestas respecto de los reclamos en torno a la provincia, como los fondos para la Caja de Jubilaciones, las retenciones, los subsidios y la obra pública; y la falta de proyectos nacionales que empujen la generación empleo y la producción.
Todos estos puntos los exige con vehemencia cada vez que expone sus ideas en medios nacionales. Dos semanas después de asumir, ya son más que los que Schiaretti recorrió a lo largo de todos sus mandatos, exceptuando, claro, su fase como candidato presidencial.