“Vamos hacia una fusión en septiembre y a una lista violeta pura en octubre”. Con esta frase, una de las cinco personas que esta tarde se reunieron por más de una hora y media con Karina Milei aseguró, a Letra P, que La Libertad Avanza (LLA) está dispuesta a fusionarse con el PRO en Buenos Aires para ganarle a Axel Kicillof. De esta manera, repetirá el esquema que utilizó hace dos semanas en Chaco, donde con un socio distinto (la UCR) consiguió relegar al peronismo provincial. En octubre, la cosa sería distinta: purismo libertario.
El acuerdo, que deberá ser refrendado en los cierres de listas del 19 de julio y 17 de agosto, para la elección provincial y nacional, respectivamente, significa que el partido libertario y el macrismo bonaerense irán hacia un nuevo frente electoral que enfrente al peronismo oficialista en la madre de todas las batallas, mientras que avanzarán con una boleta cien por ciento violeta, salvo algunos elementos amarillos en su interior, para disputar los lugares en juego en el Congreso.
En los comicios de septiembre, en los que habrá boletas en las ocho secciones electorales y en los 135 distritos en que está dividida la provincia, encabezarán las listas aquellos dirigentes con mayor instalación y peso territorial, por lo que en algunas regiones se impondrán figuras del PRO y en otras, de LLA.
El espejo de Chaco
Sería casi una copia estratégica de lo que sucedió el 11 de mayo en la provincia de Chaco, donde una fusión de tropas libertarias, macristas y radicales ganó la elección con el 45,19% de los votos por sobre el exgobernador peronista Jorge Capitanich, que obtuvo el 33,66%.
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Javier Milei y Karina Milei, hace unas semanas junto a Cristian Ritondo y Diego Santilli.
Para octubre, las partes pactaron que la nómina será 100% violeta y que el sello será el de LLA. Con todo, en su interior se prevén candidaturas de dirigentes del macrismo. Sobre este método, aunque con otro espacio político, ya existe un antecedente: Mauricio Macri y Serigo Massa hicieron un acuerdo en 2013 para enfrentar a Cristina Fernández de Kirchner, que incluía que el tigrense cedería al fundador del PRO tres lugares en su lista bonaerense y, a cambio, no se metería con sus candidatos en la Ciudad. Ese año, el Frente Renovador le sacó 12 puntos al kirchnerismo y el macrismo ganó dos bancas nacionales.
La secretaria general de Presidencia y jefa del partido, Karina Milei, recibió en su despacho de Balcarce 50 al titular del PRO bonaerense, Cristian Ritondo, y al diputado del mismo partido Diego Santilli. Estuvo escoltada por Lule Menem, el armador nacional predilecto de los libertarios; Martín Menem, presidente de la cámara baja, y Sebastián Pareja, el presidente de LLA en territorio bonaerense.
Los dirigentes amarillos llegaron a las 13.55 y se retiraron una hora y 45 más tarde acompañados de Pareja, en un cruce de declaraciones elogiosas ante la prensa acreditada que aguardó desde temprano. “Tenemos el firme interés de avanzar en un acuerdo en la provincia de Buenos Aires”, dijo Ritondo, aunque no dio precisiones de cómo se integrarán las listas, si habrá una mesa de campaña conjunta o si Macri y Jorge Macri serán parte de esas negociaciones.
Resta ver si a ese gran acuerdo se sumará también la Unión Cívica Radical (UCR), que en Buenos Aires lidera el senador Maximiliano Abad. Es lo que quiere Santiago Caputo. El integrante del denominado triángulo de hierro, que no estuvo en el encuentro de este lunes por la tarde, brega por sumar a otros actores a esta alianza, como al vecinalismo e incluso a sectores del peronismo inorgánico, como pueden ser aquellos que rodean al cacique de San Miguel y legislador Joaquín de la Torre.
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El partido del gobierno y el macrismo bonaerense ya venían garabateando un acuerdo. A mediados de marzo de este año, el Presidente y su hermana habían recibido a los dos diputados del PRO en el primer piso de la Casa Rosada, quienes le habían anticipado la maniobra al expresidente con apenas unas horas de antelación.
Unas semanas después, con el primer gesto político de buena sintonía entre las partes, la instantánea se repitió el 10 de abril en el despacho que Martín Menem tiene en la Cámara de Diputados. En aquella oportunidad, incluso, hubo una silla extra para el espacio amarillo, que ocupó el intendente Guillermo Montenegro. Entre una fecha y otra, hubo también encuentros privados entre Ritondo y Pareja, que ya anticipaban que el acuerdo estaba cerrado y que sólo faltaban detalles de cómo confluyen en las ocho secciones electorales y los 135 distritos.
Eso pese a que en marzo y abril estuvieron atravesados, como ahora, por tensiones políticas entre los líderes de ambos partidos. En aquél momento, el exmandatario apuntaba con fruición contra Santiago Caputo, mientras que los ataques ahora provienen del jefe de Estado, que le apuntó este mismo domingo al alcalde porteño, a quien tampoco quiso saludar durante el Tedeum del 25 de Mayo.
En todos los encuentros, los integrantes de la cúpula libertaria habían dejado en claro que, si bien estaban dispuestos a llegar a un acuerdo para derrotar a Kicillof, tenían un manual de condiciones para llevarlo a cabo. Por un lado, rechazan un acuerdo de cúpulas como proponía Macri, y también se oponían a resignar la marca libertaria.
Sin embargo, las exigencias de unos y la resistencia de otros dilató el broche final del acuerdo, en parte, porque ambos esperaban los resultados electorales en la Ciudad de Buenos Aires, donde, finalmente, el candidato del oficialismo nacional, Manuel Adorni, se impuso con amplia comodidad a la postulante del macrismo, Silvia Lospennato. Con ese resultado sobre la mesa, que ponderó el éxito de la estrategia electoral de Karina Milei, todo indica que libertarios y macristas pondrán todo para intentar ganarle al kirchnerismo.
