El nombre de Sergio Urribarri, exgobernador de Entre Ríos durante 2007 y 2015, reapareció en los medios locales esta semana, aunque no porque haya hecho declaraciones. Guardado y en silencio desde el año pasado, su figura fue título tras conocerse que fichó al mediático abogado Fernando Burlando.
Durante el comienzo de la semana, el letrado pasó dos días frenéticos en la provincia, y no fue por turismo. Burlando llegó el lunes a Paraná con parte de su equipo para matricularse y desembarcar como abogado defensor del exgobernador peronista. Según constató Letra P, compartió almuerzos y reuniones con el círculo más cercano del exmandatario, que siguió de cerca todos los movimientos.
Urribarri fue condenado a ocho años de prisión por una causa por peculado y negocios incompatibles con la función pública que al no estar firme aún le permite estar en libertad. Tiene otra causa judicial por enriquecimiento ilícito, en la que sufrió un revés hace algunos días cuando el STJ le rechazó un recurso. La defensa había cuestionado al juez de Garantías Julián Vergara por la extensión del plazo de investigación por tres meses concedida al Ministerio Público Fiscal (MPF) y por el rechazo a la solicitud de sobreseimiento.
La apuesta por el abogado mediático pretende mostrar un giro en la defensa y enfocar las causas bajo la órbita de la “persecución política” y la denuncia de arbitrariedades en la investigación.
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El exgobernador de Entre Ríos Sergio Urribarri fichó a Fernando Burlando para su defensa.
No es la primera vez que Burlando pisa la provincia. Es también abogado querellante de la familia en la causa que investiga la muerte de Berenice Gonzálvez, una joven que falleció en circunstancias que todavía se investigan en la localidad de Victoria.
La amistad de Fernando Burlando con Sergio Urribarri
El anuncio de Burlando como defensor del dirigente peronista tiene como antecedente una “larga amistad”, según contó el letrado a Letra P. “Él me venía contando sus preocupaciones por el avance de investigaciones que no conseguían resultados, y que la Justicia no atendía sus peticiones”, recordó.
Dijo que su afinidad con el político es “humana” y que los vínculos no se fortalecen por ideología sino por “ser buena gente”. “Él está pasando por una desgracia y yo soy un enemigo de la grieta”, justificó. Contó que su objetivo no es volver mediático el caso sino “despertar el interés de los medios sobre la situación de Sergio, que es un rehén de la justicia”.
“Hay una situación de mucho conflicto con la legalidad. A veces los colegas locales, que comparten ciudad, tienen mucho contacto. Si uno viene de afuera, no teniendo lazos y compromisos diarios, para nosotros exponer todas estas situaciones es más fácil”, argumentó.
Presentaciones después de Semana Santa
Burlando adelantó que luego del feriado extra largo de Semana Santa y Malvinas denunciará en sede judicial “los excesos cometidos por el Poder Judicial”. “Vi algo pocas veces visto, la cantidad de arbitrariedades que hay es un ejemplo, un compendio de la injusticia a esa sentencia”, aseguró.
La estrategia apuntará a la persecución política y tiene como sustento la invocación de normas derogadas en el fallo que condena provisoriamente al exmandatario. Además, en el equipo de Burlando hablan de resoluciones de la Corte ignoradas y planean reeditar algunos de los argumentos de la defensa anterior, con quienes ya se reunieron.
“Lo contradictorio, en algunos de los hechos, es que hay una ley que habilitaba al gobernador a manejarse de esa manera. La justicia se arroga cualidades legislativas porque va más allá de la ley y dice que eso en definitiva sería parte de la comisión de un delito. No se da cuenta de que, si condena a Urribarri por que cumple una ley, también tendría que haber condenado a todo el cuerpo legislativo”, explicó. “En esta causa han hecho todo mal”, sostuvo.
La preocupación de Sergio Urribarri
Como ejemplo de las irregularidades, Burlando contó a este medio que antes de salir de Buenos Aires “ya sabíamos el contenido de los distintos votos de los camaristas que tienen que definir ahora si contempla o no una queja, y se supone que los votos son secretos”. “Esto es parte de la mala praxis, el temor a la parcialidad no tiene que estar presente, y Sergio se está jugando su futuro”, señaló.
“Frente a una situación de estas características, la preocupación de Urribarri es su familia, es su esposa. Él sufre más por su entorno que por él”, relató.