La condonación de deudas a municipios prendió la mecha. El gobernador respondió sobre la hora con un paquetazo económico. Rosca de pretemporada y final abierto.
Cámara de Diputados bonaerense.
Cámara de Diputados bonaerense.
La tregua a la que había llegado el peronismo con el acuerdo para mover los plazos electorales -como pidió la Junta Electoral de Buenos Aires- duró poco: un proyecto de intendentes para condonar deudas a los municipios encendió la mecha y la bomba detonó en la Legislatura bonaerense con un paquetazo económico enviado sobre la hora por Axel Kicillof que obliga a seguir negociando.
El calendario electoral que se encamina a ser modificado el próximo lunes parece tener precio. La tropa legislativa -gran parte de la cual reporta a los intendentes y a La Cámpora- deberá estudiar un megaproyecto que el gobernador envió al parlamento: crea el Fondo de Fortalecimiento de Municipios y suspende las deudas que las intendencias tienen con la Provincia por el fondo del COVID -como reclamaron en otro proyecto los jefes comunales-, pero suma una solicitud de endeudamiento y la emergencia hasta diciembre 2026 en materia penitenciaria, de seguridad, de infraestructura, hábitat, vivienda, servicios públicos y energía.
El vale cuatro del gobernador llegó el mismo día en que la Cámara de Diputados se disponía a tratar el proyecto que establece la condonación de deudas a los municipios que los intendentes metieron por la ventana días atrás sin previo aviso al Ejecutivo. Kicillof devolvió el golpe, ingresando por el Senado la iniciativa que contempla esos perdones pero, al mismo tiempo, suma sus pedidos. Era una carta que el mandatario tenía guardada para jugar una vez que se saldara la discusión por los plazos electorales.
En Gobernación estaban expectantes de lo que sucediera en la Legislatura este miércoles. Tenían la palabra de un grupo de intendentes y de sus representantes en la Legislatura de que el tema deudas no se iba a tratar y que se aguardaría por el proyecto redactado en el palacio de Hacienda bonaerense. La inclusión en el orden del día del texto que obtuvo dictamen favorable la semana pasada encendió la alerta.
Sin embargo, la cámara baja resolvió no tratar ese tema, sólo debatirlo y aguardar el avance del paquete kicillofista en el Senado. A cambio, la oposición y el otro sector de UP le pidió al gobernador que firme una resolución para que no se les descuente a los municipios la cuota de este mes de las partidas por coparticipación y que no sean sancionados por el Tribunal de Cuentas. Todo en pos de ver cómo sigue el curso del megaproyecto.
En tanto, la batalla de los plazos electorales comenzará a saldarse el lunes, cuando sesionen en espejo ambas cámaras un proyecto firmado por todos los bloques que establece el calendario electoral solicitado por la Junta Electoral. Así, quedaría resolver las medidas económicas y ver qué sucede con el proyecto de reelecciones indefinidas que presentó el kirchnerismo. En este caso encontrará detractores dentro y fuera de UP.
Según lo que el gobernador pactó con un grupo de intendentes que se acercaron a La Plata a principios de la semana pasada, la deuda de los municipios se debatiría una vez que el parlamento bonaerense avanzara con el tema del calendario electoral, la última guerrilla interna del peronismo a la que todavía le falta resolver un capítulo.
Lo que el mandatario bonaerense les había explicado a los jefes comunales era que él contemplaba la situación de los municipios en el Presupuesto 2025 que nunca se aprobó, así como lo venía haciendo en cada edición de la ley de leyes. Sin embargo, el texto que ingresó este lunes al Senado habla de suspensión de la deuda hasta diciembre de este año y nunca de condonación, como preveía el que obtuvo dictámen favorable la semana pasada. Asoma allí un punto de discordia entre las tribus.
Se trata de un paquete económico que el gobernador anunció en la apertura de sesiones ordinarias del 5 de marzo, oportunidad en la que Kicillof explicó que el fracaso del tratamiento del Presupuesto produjo el reacomodamiento de partidas y la planificación impositiva que luego enviaría a la Legislatura. El Ejecutivo explica que el problema con el fondo COVID se generó por la no aprobación del Presupuesto.
En la tropa legislativa de Kicillof hay un par de apellidos de peso y otros que cobraron fuerza en los últimos meses. En Diputados convive el espacio más fuerte que lo acompaña, no tanto en el Senado. El histórico Cuto Moreno, Ricardo Rollieri y Susana González encabezan el grupo de 11 que bancan al gobernador. La legisladora de Ensenada es la que levanta la voz y va a fondo en todas las sesiones. Cerca de ella están la platense Lucía Iáñez y Gustavo Pulti, el exintendente de Mar del Plata que siempre toma la palabra en el recinto y en los medios para defender los proyectos que salen del edificio gubernamental de calle 6.
El kirchnerismo juega con figuras fuertes en ambas cámaras. En Diputados, el jefe de la bancada UP, Facundo Tignanelli, es soldado de Máximo Kirchner y, a pesar de las diferencias políticas cada vez más expuestas, guarda el respeto de todos sus compañeros de bancada y del resto de los bloques de la oposición. Es un actor central en la discusión legislativa. En el peronismo del Senado manda Teresa García, la histórica legisladora que responde a CFK y que este año ingresó los proyectos de concurrencia y defiende las reelecciones indefinidas con línea cristinista.
Desde finales del año pasado, en ocasión de las negociaciones -fallidas- por el Presupuesto, cada tribu del peronismo se turna para dar un golpe que pareciera dejar sin respuesta a la otra. Pero no: cada vez que se vislumbra un vencedor, la sorpresa llega del lado de enfrente. La oposición, desde entonces, mira desde la tribuna. Pasó con el Presupuesto, el desdoblamiento electoral, la suspensión de las PASO, los plazos del calendario previo a los comicios y, ahora, con la deuda de los municipios.
No obstante, algunas jugadas son más arriesgadas que otras y exponen hasta dónde arriesga cada espacio. El hecho más evidente de los últimos meses fue el desdoblamiento anunciado por Kicillof y que La Cámpora esperaba para que el gobernador dejara en evidencia las diferencias con ese sector. Pero la réplica no se hizo esperar demasiado. Horas más tarde de aquella conferencia en la gobernación, el kirchnerismo presentó un proyecto de elecciones concurrentes. Guerra desatada.
Después vino el capítulo de suspensión de las PASO, que terminó de romper la armonía en el bloque UP en Diputados, y continuó con los plazos electorales que el cristinismo recién atendió cuando la situación fue explicada por la Junta Electoral en la Legislatura. Lo de la deuda con los municipios abrió otro frente de batalla, con un sector dispuesto a tratarlo rápidamente y con el gobernador esperando el mejor momento para mover la pieza más fuerte.
Una vez que la modificación de los plazos comiciales -presentación de alianzas y cierre de listas- se convierta en ley la semana próxima, la cinchada continuará, con el endeudamiento y las emergencias solicitadas por Kicillof, y la condonación de las deudas y las posibles reelecciones indefinidas negociadas por los intendentes. Otra opción es que nada se resuelva si no se resuelve todo.