Dos lecturas monopolizaron el análisis poselectoral en Córdoba, cuando todavía la Justicia no terminó de contabilizar los votos que le darán la victoria (oficial) al cordobesismo y pondrá a Martín Llaryora a la cabeza del Ejecutivo provincial. La primera dice que el resultado ajustado obedece a una nacionalización de la contienda, que Luis Juez “supo aprovechar muy bien”. La otra, que la elección la ganó el intendente de Córdoba convertido en gobernador electo.
Esa segunda mirada tiene un lado B, porque si la elección se ganó principalmente en la Capital y el departamento San Justo, los dos distritos donde Llaryora gobernó a lo largo de su trayectoria política, hay un armado provincial que incluyó nuevas alianzas y puso en juego viejas estructuras que no funcionó tal como estaba previsto.
Con la lupa puesta sobre esa construcción, algunos casos aparecen como paradigmáticos. Entre ellos, las victorias de Juntos por el Cambio en el sur provincial, un lugar en el que el oficialismo había puesto un especial esfuerzo por las características territoriales en juego. “La elección se nacionalizó y se polarizó. El corredor productivo, cuando esas cosas se ponen en juego, vota a JxC”, resumen algunas lecturas en las localidades que arrojaron magros resultados para Hacemos Unidos por Córdoba.
Lo que también resaltan allí es que el intento de revertir ese clima con una mayor presencia de Llaryora en esos territorios no funcionó. Tampoco el esfuerzo para que se pegara a la figura de su jefe político, el gobernador Juan Schiaretti. El aparato publicitario que promocionó las obras de Llaryora en la capital no surtió efecto y la intención de pegar la figura del gobernador con la de su delfín, flaqueó más de lo esperado. En términos médicos, no funcionaron las recetas y tampoco los antídotos.
El karma del sur
Peleando hasta el final para ser el candidato a vicegobernador por la fórmula oficialista, el intendente de Río Cuarto, Juan Manuel Llamosas, recibió un duro golpe con un resultado electoral en la ciudad que gobierna desde 2016, donde la lista liderada por Juez se impuso por 14 puntos de ventaja.
Llamosas era la cabeza de la lista para la Legislatura provincial, pero eso no funcionó. Los análisis más arriesgados se animan a decir que la decisión de no otorgarle un lugar en el tramo más alto de la boleta terminó generando un “enojo” por parte de un sector del electorado riocuartense. Apuntan directamente a ciertos sectores de la militancia local, más que al electorado independiente, mucho más alejado de ese tipo de disputas. Las miradas, además, se direccionan puntualmente sobre la ciudad, ya que en el departamento la distancia entre la lista ganadora y la opositora fue menor: seis puntos.
La tierra de Gill
En el departamento General San Martín las miradas son menos tremendistas. Coinciden en el diagnóstico territorial y apuntan a la estrategia. La idea general de los análisis políticos mediterráneos se repite: no fue una buena idea el acercamiento entre Schiaretti y JxC. No obstante, se advierte allí un clima de tranquilidad que va de la mano con una mirada que el propio gobernador siempre defendió: el electorado cordobés sabe bien qué se elige en cada elección y se vota de manera diferente. “En 2015, con una diferencia de tres meses, en Villa María ganaron cómodamente Schiaretti, Martín Gill y Mauricio Macri”, repiten buscando que el resultado del domingo no se traslade a la contienda municipal, que este lunes Gill fijó para el domingo 1 de octubre.
Otro anclaje con malos resultados, que en realidad se vienen arrastrando desde hace tiempo, es el departamento Marcos Juárez, tierra del ministro de Desarrollo Social, Carlos Massei. Con él, las lecturas son más benévolas. El peronismo le reconoce haberse puesto la campaña al hombro. De hecho, con algunos resultados que aunque mejoraron no alcanzaron.
En la ciudad de Marcos Juárez, donde la intendenta del PRO Sara Majorel se impuso por 17 puntos en la puja municipal que abrió el calendario electoral el año pasado, la victoria de Juez sobre Llaryora se achicó a 11. Ese análisis es coincidente con la lectura que advierte que la ciudadanía vota diferentes cosas, dependiendo del carácter de la elección.
Bajo esa lógica explicativa, que se enfrenta a la mirada del “voto consciente”, están quienes advierten sobre el resultado de las elecciones municipales. “Al final, no sé si resultó tan buena idea pegar tantos municipios. A muchos se los llevaron puestos”, aseguran y ponen el ojo en Villa Nueva, Mina Clavero y Río Ceballos.
El superdomingo bajo la lupa
Como contó Letra P, la ciudad gobernada por el hermano peronista de Héctor Baldassi, Eduardo, venía exponiendo sus propias complicaciones internas. Sin embargo, la performance en el departamento Colón terminó complicándose más de lo esperado. De hecho, Gustavo Brandán, el intendente de Colonia Caroya que encabezó la boleta para ser legislador departamental no logró empujar la boleta oficialista en su ciudad, en donde Juez se impuso por casi ocho puntos.
La estrategia del cordobesismo transversal se anotó un poroto: en Estación Juárez Celman, tierra de Myrian Prunotto, el oficialismo se impuso por 58 a 22. La tracción local también fue destacable en Malvinas Argentinas, donde Llaryora le ganó a Juez por 29 puntos.
Así las cosas, los resultados territoriales también se suman al debate de la renovación peronista que analiza el futuro inmediato de los nuevos socios, que Llaryora promete seguir sumando; y los viejos caudillos, a los que se niega a jubilar, pero sobre los que se pone la lupa de cara al proceso que comenzará, incluso, antes del 10 de diciembre.
Con una estrategia en la que el jefe de campaña, Manuel Calvo, ocupó también uno de los principales casilleros para la Legislatura, un gobernador que busca ser presidente y un intendente cuya potencialidad de gestión no llegó a enamorar a quienes no transitan las ciudades en las que desarrolló su trabajo, al cordobesismo casi se lo lleva puesto la nacionalización de una pelea que no pudo esquivar la grieta. Sellarla es una de las principales promesas proselitistas de Llaryora. Conducir ese proceso será su gran desafío.