Mauricio Macri junto a Gisela Scaglia y Maximiliano Pullaro en su última visita a Rosario, en febrero de 2025.
Gisela Scaglia resiste el embate de Mauricio Macri para intervenirle el PRO de Santa Fe por haberse quedado con la jefatura de bloque de Provincias Unidas e, incluso, se atreve a desafiar al expresidente, al que invitó a sumar a todo el partido amarillo al armado de los gobernadores.
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A pesar de eso, todo se precipitó hace unos diez días. Desde Arabia Saudita, Macri cruzó mensajes con Scaglia. La conversación no fue larga. El calabrés, reconocen cerca de la santafesina, le pidió que renuncie a la presidencia del partido “con dignidad”. La oriunda de la ciudad de Gálvez no se achicó: le respondió que no lo haría y hasta se permitió aconsejarle que todo el PRO debería irse a Provincias Unidas. Según dicen en Santa Fe, el expresidente respondió que así sería, pero en un momento más oportuno. Fue el último contacto entre ambos.
Las razones de Gisela Scaglia
Más allá de ese pedido directo de Macri, en el entorno de Scaglia no se muestran en crisis. “¿Por qué nos van a intervenir el partido? ¿Porque no te gusta una posición política? No está en ningún reglamento eso”, dicen. El equipo de la presidenta del PRO santafesino asegura tener el sello “emprolijado”, con reuniones periódicas, autoridades nombradas y papeles al día. Así las cosas, están tranquilos porque entienden que no hay argumentos técnicos para sostener una intervención. Por eso creen que no se formalizó la intención de removerla. Es la razón legal de la paz.
La razón política que esgrimen en Santa Fe es que la situación de Scaglia es la misma que, por ejemplo, la de Nacho Torres en Chubut. “¿Le van a intervenir el partido también a uno de los pocos gobernadores que tuvo el PRO en su historia?”, se preguntan. “¿Y que va a pasar con los que se pintaron de violetas como Diego Santilli o Cristian Ritondo?”, sumaron. La mención al jefe de bloque del PRO no es casualidad: está sindicado como el verdadero impulsor del asedio a Scaglia. Lo atribuyen a un enojo por haber perdido bancas a manos de Provincias Unidas.
Provincias Unidas
El flamante bloque de Provincias Unidas con Gisela Scaglia, la presidenta, en el centro.
El PRO que funciona
El señalamiento a Ritondo se repite en cada conversación. No se explican, si no, que se quieran meter “con el PRO en una de las pocas provincias donde funciona”. “En otros lugares es un desbande, una diáspora”, se diferencian en la tropa santafesina. Envalentonados, hasta se animan a alguna chicana: “Estamos mejor acá que en la ciudad de Buenos Aires, donde el PRO gobierna y cerró un acuerdo indigno con La Libertad Avanza por dos diputados”.
En ese sentido, recuerdan que a principios de año la cúpula amarilla dio libertad de acción en las provincias y que fue con ese aval que el PRO santafesino firmó la alianza Provincias Unidas: “Nunca escondimos lo que íbamos a hacer, cuál era nuestro plan”. Lanzada, en plena campaña, Scaglia había dicho una frase que sonó como preludio del conflicto que se desarrolla por estos días: “Yo no tengo jefes en Buenos Aires”, aseveró, con Pullaro a su lado en el escenario.
El apoyo del interior
En el círculo más íntimo de Scaglia flota la sensación de que quieren usar a su jefa como caso disciplinador para el resto de los actores del PRO. Especialmente, dicen, los del interior que están seducidos de fichar en el armado de los gobernadores tras meses de intentar acercarse a La Libertad Avanza y “ser destratados”. Son los casos, por ejemplo, de José Núñez y Sergio Capozzi, diputados que se fueron del bloque PRO al de Provincias Unidas. “Si persisten en esa mirada porteñocéntrica van a terminar siendo cinco en el partido”, advierten desde la Bota.
La postura del macrismo del interior es otra razón que, creen cerca de la exvice, frena hasta ahora el avance. Es un argumento más para la tranquilidad que se esfuerzan en mostrar. También confían en que ni siquiera en la mesa más chica del expresidente la posición es unánime. En ese sentido, señalan una visita de Jorge Triaca a Rosario hace tres días, en la que se reunió con los principales referentes del macrismo alineados con Scaglia para hablar de la reforma laboral, como muestra de la falta de convencimiento que atraviesa al partido del color amarillo y los globos.