La fiscalización de la elección es la obsesión que comparten el candidato presidencial de La Libertad Avanza (LLA), Javier Milei y el exmandatario Mauricio Macri. Por eso, después del Pacto de Acassuso, toda la maquinaria amarilla que se usó para la aventura presidencial de Patricia Bullrich, ahora se puso a disposición del libertario. Según pudo saber Letra P, en el mileimacrismo ya consiguieron más voluntarios que la sumatoria de los que ambos espacios juntaron, por separado, para las generales. La clave, no obstante, está en nueve de los diez gobernadores electos de Juntos por el Cambio (JxC) que, por razones propias, debajo de la supuesta neutralidad, prefieren a Milei antes que al oficialista Sergio Massa.
La cantidad de voluntarios anotados alimentó la idea compartida entre Milei, Macri y Bullrich de que existe un compromiso antikirchnerista en la sociedad que no se expresó en las urnas octubre. Aunque eso no es garantía de nada para el ballotage, sobre todo porque el trío está corriendo una carrera contra el tiempo para capacitar al ejército de 110.000 fiscales que se necesitan a lo largo y a lo ancho del país.
Para acelerar el aprendizaje sobre el cuidado de votos, Bullrich le pidió que use todos los recursos disponibles al equipo que se encargó de dicha tarea en su campaña, que fue liderado por la exembajadora ante la OEA, Paula Bertol. La escuela de fiscalización del comando halcón de JxC comenzó a instruir a un ritmo de 1500 personas por día, 500 menos que el límite de su capacidad.
Quienes se inscriben para fiscalizar reciben un curso online que se dicta dos veces por día. Es el mismo sistema que utilizó Bullrich en las PASO y las generales. Bullrich también le prestará al libertario el resto de la estructura que desplegó: el diputado electo Damián Arabia, junto a Bertol, se encargaron de que cada jefe de campaña provincial se pusiera a disposición de Milei, su hermana Karina y del ministro de Interior en el caso de que LLA gane las elecciones, Guillermo Francos.
La foto del jueves por la noche de todo el equipo de fiscalización de Milei fue, como contó Letra P, para excluir al PRO y enviar un mensaje de malestar, sobre todo con Macri por actuar como un socio fundador de LLA más que un beneficiario de un pacto electoral escrito a raíz del resultado de la primera vuelta.
En medio del ruido con Milei, Macri hace oídos sordos y le aportó dos hombres clave a las filas de LLA para el cuidado de los votos: el senador José María Torello y el exministro de Transporte, Guillermo Dietrich. Ambas figuras del PRO son conocedoras de los engranajes que se deben mover para una elección.
Pero la apuesta del expresidente por Milei va más allá: las elecciones en Boca y el ballotage presidencial definirán cómo termina el 2023. Para lo primero, imprimirá su nombre en la boleta de Andrés Ibarra y para lo segundo, a todo lo que ya hizo para ayudar al liberal se suma que su jefe de prensa, Gustavo Gómez Repetto, se incorporará para la recta final de la campaña de LLA para evitar cualquier tipo de "error no forzado" comunicacional.
Los gobernadores, por la suya
Sin hacer olas y bajo un manto público de neutralidad, nueve de la decena de gobernadores de JxC, electos y en funciones, aportarán sus estructuras provinciales para fiscalizar por Milei. Gustavo Valdés (Corrientes), Leandro Zdero (Chaco), Rogelio Frigerio (Entre Ríos), Ignacio Torres (Chubut), Claudio Poggi (San Luis), Marcelo Orrego (San Juan), Jorge Macri (Ciudad de Buenos Aires), Maximiliano Pullaro (Santa Fe) y Alfredo Cornejo (Mendoza) mantuvieron diferentes conversaciones después de los movimientos que creen ver de Gerardo Morales y su futuro sucesor, Carlos Sadir, a favor de Massa.
"La neutralidad es no jugarse públicamente, pero antes que Massa es preferible tener a Milei en la Casa Rosada. Por un proyecto más sólido de Juntos por el Cambio o en lo que mute el espacio", resumió uno de los gobernadores de la coalición, bajo la premisa de construir un bloque compacto para negociar con el próximo Presidente. La segunda vuelta agitó el nido de JxC: hay radicales que no quieren quedar como "empleados" de Morales y en el PRO, como controlados por Macri.
No revelar el voto es también una estrategia. Los futuros gobernadores no pueden apostar abiertamente por ninguno de los dos candidatos porque tendrán que gestionar con uno de ambos sus distritos después del 10 de diciembre. Al menos nueve de ellos creen que con Milei podrán tener más poder que con Massa. Con el libertario o el oficialista, el grupo de mandatarios de JxC se prepara para una Casa Rosada que será reticente en el reparto de fondos. El caudal de votos de Milei en sus provincias es otro dato que los desvela. "Por eso es que vamos a darles una mano con la fiscalización", admitió a Letra P uno de los gobernadores de la coalición.
