Axel Kicillof está dispuesto a cobijar bajo su ala a las diferentes tribus del peronismo bonaerense. Conversa con todos los sectores, funcionarios, intendentes, gremialistas, dirigentes... escucha, negocia… pero la lapicera es de él. Se la ganó con el contundente triunfo que obtuvo en la provincia de Buenos Aires, donde rozó el 45% de los votos y dejó a casi 20 de distancia al segundo en la elección general del 22 de octubre. Si bien ya definió cómo estará integrado su gabinete para su segundo mandato, cuando la provincia de Buenos Aires se convierta en el principal fuerte de resistencia del peronismo, los anuncios llegarán recién a fines de la semana que viene, cuando termine la rueda de reuniones que inició porcas horas después de conocerse la derrota de Sergio Massa en el ballotage.
Si bien el hermetismo es la regla por estas horas en la gobernación bonaerense, el entorno del gobernador deja trascender que las principales tribus del peronismo bonaerense estarán cobijadas bajo el ala de Kicillof: el Frente Renovador, La Cámpora y los intendentes tendrán espacio, pero es el gobernador el que define quiénes y dónde, priorizando a quienes, durante los tumultuosos cuatro años de gobierno del fallido Frente de Todos, pero centralmente durante el último proceso electoral, lo respaldaron. La tropa propia del gobernador tiene sus lugares asegurados, aunque podría haber movimientos: en el Banco Provincia suena con fuerza la posibilidad que el presidente, Juan Cuattromo, deje la entidad para ocuparse de la situación financiera del Ejecutivo bonaerense, que deberá enfrentar la motosierra de Milei.
“Ya tiene en la cabeza los nombres y los lugares del nuevo gabinete, pero recién van a empezar a conocerse a fines de la semana que viene”, dice una fuente del entorno más cercano al gobernador a Letra P y asegura no tener, sin embargo, conocimiento de la decisión. Pese al hermetismo reinante en el palacio de la calle 6 de La Plata, en los ministerios y en mesas de rosca bonaerenses la danza de nombres es constante.
¿Salen o salen?
De manera obligada, Kicillof deberá hacer algunas reconfiguraciones. El ministro de Justicia, Julio Alak, dejará el cargo el 10 de diciembre para asumir como intendente de La Plata. El camporismo pone sobre la mesa, para ocupar ese lugar a Juan Martín Mena, actual secretario de Justicia de la Nación y hombre de la mesa chica judicial de Cristina Fernández de Kirchner. Alak lo conoce bien: fue su jefe de Gabinete en la cartera nacional, en la segunda presidencia CFK.
Sin embargo, hay también quienes especulan con las intenciones del actual ministro de Seguridad, Sergio Berni, que manifiesta públicamente que asumirá la banca en el Senado que ganó el mesa pasado pero, en realidad, busca quedarse con la silla que deja vacante el intendente electo de la capital bonaerense. El platense, dicen, preferiría que su lugar quedara a cargo del exdefensor del Pueblo y actual subsecretario de Planificación, Control de Gestión y Relaciones Institucionales, Carlos Bonicatto, un hombre de su más estrecha confianza desde hace más de 30 años. Si efectivamente Berni deja su cargo, Kicillof tendrá que llenar la silla caliente de Seguridad.
Kicillof Alak
Julio Alak y Axe Kicillof
Logre o no sumar a Mena al gabinete, La Cámpora tendrá sillas aseguradas pese a la tensión que complica la relación de Kicillof con Máximo Kirchner. El ministro de Salud, Nicolás Kreplak, seguiría en el cargo al igual que la ministra de Ambiente, Daniela Vilar. Mas dudas genera el lugar de Florencia Saintout en el Instituto Cultural, ya que fue electa senadora por la sección Capital y tiene asegurados lugares para la tropa propia en el gobierno de Alak en La Plata. Hay quienes señalan que, a falta de espacios, ese pago sería suficiente.
Los intendentes del conurbano bonaerense también tendrán representación, aunque esta vez el gobernador pondría en valor a quienes lo respaldaron durante el proceso electoral por sobre los que tensionaron y se apoyaron en la alianza y estrategia de Kirchner.
El Ministerio de Infraestructura, que dejaría Leonardo Nardini para asumir nuevamente como intendente de Malvinas Argentinas, es un botín que los jefes comunales quieren retener. En el bolillero de nombres para sucederlo o para aportar figuras que puedan reemplazarlo están los principales aliados de Kicillof en el territorio: Mario Secco (Ensenada), Jorge Ferraresi (Avellaneda) y Fernando Espinoza (La Matanza). Gabriel Katopodis también entró en juego en las últimas horas como una forma de “salir por arriba” del embrollo.
De darse, no sería ese el único pago para los intendentes. El de Florencio Varela, Andrés Watson, suena para reemplazar a Andrés Larroque en el Ministerio de Desarrollo de la Comunidad. Si se concretara esa movida, Larroque podría asumir el rol de armador político que busca desde el Ministerio de Gobierno, la cartera que ocupa Cristina Álvarez Rodríguez, quien, a su vez, si perdieran la pulseada los intendentes, podría desembarcar en Infraestructura. El gobernador llamó a las autoridades municipales peronistas a reunirse con él el próximo lunes, a primera hora de la mañana.
Legislatura y PJ
La del gabinete no es una negociación que el gobernador lleve adelante de forma aislada. La designación de autoridades en la Legislatura bonaerense y el Partido Justicialista (PJ) de la provincia forman parte también del rompecabezas que tiene que armar. “Si a un sector le paga poco o nada en el gabinete, posiblemente lo compense con la Legislatura y lo mismo si hay cambios en las autoridades del PJ; es una negociación conjunta”, asegura un importante dirigente con banca en el parlamento provincial.
Si bien en el Senado la cosa es más sencilla con la vicegobernadora, Verónica Magario, al frente de la Cámara y la permanencia de Teresa García como titular del bloque, en Diputados nada está cerrado. El peronismo deberá acordar un nombre que reemplace al actual presidente, Federico Otermín, que asumirá como intendente de Lomas de Zamora, y deberá definir un jefe de bloque, lugar que actualmente ostenta La Cámpora.
La discusión por el futuro del PJ bonaerense también está sobre la mesa. Un sector del peronismo cree que llegó la hora de una renovación y que Kirchner tiene que abrir paso a otra figura. El hijo de la vicepresidenta ya había adelantado, antes del cierre de listas, que podría llamar a elecciones para renovar las autoridades partidarias entre diciembre y marzo.