Un sondeo de Casa 3 revela los límites al modelo de LLA. Defensa a la inversión en infraestructura. Rechazo total a la poda de jubilaciones. El ajuste ¿dónde?
Una encuesta en Córdoba revela que el Presidente concentra altos niveles de aprobación, pero con límites claros
En medio del debate por el ajuste fiscal de Javier Milei y el futuro económico del país, una nueva encuesta realizada en Córdoba muestra una postura clara en un bastión que banca las políticas que implementa Toto Caputo, aunque asoman límites claros: la obra pública y la plata de los jubilados no se toca.
Según los datos relevados a finales de mayo por la consultora Casa 3, dos de cada tres cordobeses creen que la mejor forma de solucionar el déficit fiscal es bajando el gasto público. Sin embargo, al detallar en qué áreas debería aplicarse ese recorte, el 67% de las personas consultadas rechaza que se haga a través de la paralización de obras y el 90% está en contra de que se calcen las cuentas públicas a costa de la plata de los jubilados.
El respaldo al ajuste se orienta más bien a la reducción de planes sociales (con el apoyo del 63% de los consultados), recortes en el empleo o los salarios públicos (61%), e incluso en la quita de subsidios a servicios como el agua y la energía, una medida que cuenta con un 54% de aprobación. Cuando se plantea la opción de recortar la obra pública, el rechazo es contundente.
El dato surge en un contexto donde Córdoba mantiene un apoyo alto al Presidente: tres de cada cinco personas aprueban su gestión en la provincia (61%), superando por 14 puntos el promedio nacional. Asimismo, el optimismo económico también supera al resto del país, con un 59% que cree que la situación económica mejorará al final del mandato.
Este panorama marca un escenario de respaldo general al rumbo económico del Gobierno, aunque con límites claros con respecto al ajuste: no quieren que se resienta el desarrollo de infraestructura ni las obras que impactan directamente en la vida cotidiana.
La encuesta también deja ver otras preocupaciones de la sociedad cordobesa. El desempleo comienza a ganar espacio en la agenda, incluso por encima de la inflación, y el malestar con el Estado provincial crece, sobre todo por la percepción de sobredimensionamiento y el aumento de impuestos.
Córdoba expresa un apoyo al cambio económico impulsado desde la Casa Rosada, pero con reservas sobre las herramientas que se eligen para lograrlo. El gobierno de Martín Llaryora desde un primer momento se plantó a resignar este frente, una marca registrada del cordobesismo que cobró especial impronta en la gestión de Juan Schiaretti.
Todo parece indicar que nada cambiará la hoja de ruta, en especial si las encuestas comienzan a coincidir sobre estos dos puntos. En el Panal, como se conoce a la casa de gobierno provincial, anticipan anuncios en materia de obra pública a un ritmo semanal.
De hecho, la agenda de Llaryora de este lunes abrió con el anuncio de la pavimentación de la ruta provincial E-64, entre la colectora de la autopista que une la ciudad de Córdoba con Villa Carlos Paz y la localidad de La Calera.
Como contó Letra P, el cordobesismo sabe que será complicado arrebatarle el escalón más alto del podio a La Libertad Avanza en las elecciones legislativas nacionales de octubre. Sin embrago, jugará en todas las canchas ideológicas para morder votos: a la inseguridad la encara por derecha; a la salud y la educación, por izquierda; mientras que mantendrá el guiño a ese electorado de centro con la obra pública y con la promesa de un aumento a las jubilaciones provinciales, apenas el poder central envíe el dinero comprometido en el marco de las audiencias con la ANSES que propició la Corte Suprema de Justicia.