El candidato a concejal del PJ en Rosario, Juan Monteverde, transitó el sprint final de su campaña bajo la sombra de la prisión domiciliaria de Cristina Fernández de Kirchner, un mojón incómodo para el voto que escapa al núcleo duro peronista. Con confianza en los números propios, la estrategia mutó priorizando recorridas antes que medios e inclusive sin un cierre formal.
Como contó Letra P la semana pasada, el líder del centroizquierda Ciudad Futura aliado al peronismo bancó públicamente a CFK tras la ratificación de su condena, pero luego bajó el perfil y dejó de hablar de ella. Fuentes de su equipo de campaña explicaron la singular decisión de no dar notas periodísticas en la última semana a la priorización de una agenda barrial En off the record, fuentes reconocen además una confianza en los números que hacen que, mientras menos se toque, mejor.
Cristina, el tema incómodo
El sinuoso camino en la búsqueda del voto llevó a Monteverde a tener un pronunciamiento tras la condena a CFK pero sin mayores expresiones posteriores. De hecho, la vocera de la lista fue la concejal Norma López. En ese marco, la nacionalización de la campaña chocó con las intenciones de municipalizarla por parte de Monteverde. "Acá falta un intendente", fue el discurso repetido, pensando en el ahora pero también en 2027.
Entre la citada confianza ante guarismos que en Ciudad Futura los pone por encima de Juan Pedro Aleart (La Libertad Avanza) y con diferencia ante Carolina Labayru (Unidos), la decisión de no realizar entrevistas contiene otros condimentos. Máxime al contraponerlo con lo sucedido previo a las PASO, denuncia de censura en medios incluida. Ahora, la definición de no dar notas fue estratégica. En los otros bunkers la situación no fue pasada por alto y ante cada posiblidad, emparentaron a Monteverde con Cristina.
Pelea a dos bandas, el voto PJ y el llamado a las urnas
Si bien el grueso de la campaña tuvo a Monteverde apuntando sus dardos contra Labayru como candidata del intendente Pablo Javkin, en las últimas semanas el abanico se abrió incluyendo a Juan Pedro Aleart, que en una entrevista con Letra P lo eligió como rival, denuncia de pacto incluida. "Votar a Aleart es votar a Javkin", sostuvo, deslizando una posible confluencia futura entre Unidos y La Libertad Avanza.
Para pescar el voto de centroizquierda que pueda tener afinidad con el oficialismo local, Monteverde mostró el acompañamiento del exsecretario de Salud socialista Leonardo Caruana. Además, en el círculo íntimo del candidato peronista tienen la convicción de que Aleart y Labayru comparten votantes.
En las ultimas horas, Monteverde también hizo hincapié a través de redes sociales en un punto que genera incógnitas en todos los frentes: qué cantidad de gente irá a votar el domingo. "A los últimos que les conviene que la gente no vaya a votar es a los que vienen gobernando hace años", chicaneó. En cada distrito el ausentismo dio la nota y el próximo 29 de junio puede ser un nuevo ejemplo.
Sin cierre de campaña, de acá para allá
En la elección de cómo finalizar el raid preelectoral, el comando de campaña de Rosario sin Miedo priorizó la cantidad a un evento masivo. Así, las redes dieron cuenta de actividades como la masiva marcha por la Universidad Pública o un encuentro con delegados de ATE, que discute el decreto de Javier Milei por el Día del Trabajador Estatal, pero no hubo un acto como tal, así como decidió por caso Unidos el miércoles. "La prioridad es que esté en la calle recorriendo", sostuvieron.