“Después del debate, la gente empezó a tomar dimensión de los recortes que plantea Javier Milei y está más reflexiva”, se anima a decir un intendente peronista de una ciudad mediana. La frase tiene algo de autoconvencimiento, pero jura que ese comportamiento se repite mientras recorre el territorio vendiendo la consigna "Sergio Massa presidente". La corrida cambiaria y la inestabilidad de los últimos días agitó la agenda de la campaña y liquidó las expectativas de una visita a Santa Fe del candidato de Unión por la Patria (UxP) en el sprint final rumbo al 22-O.
El peronismo santafesino entró en una procesión hacia el 22 de octubre en la que reparte boletas de Massa como estampitas y profesa su palabra para que se convierta en presidente. El ministro es la única vela que le queda prendida al justicialismo local, que terminó desplumado tras las elecciones provinciales. La Casa Rosada sería el único nivel del Estado donde descansar.
Hace poco más de diez días, las distintas departamentales recibieron las boletas de la fórmula presidencial que se empezaron a repartir en ciudades y en pueblos. La militancia del voto, como pidió el candidato en una cena en el ministerio de Economía a mediados de septiembre, se realiza cara a cara y tratando de dejar en claro que las medidas para el bolsillo del último tiempo, desde la modificación de Ganancias, los bonos y el Compre Sin IVA, los puso en práctica el ministro de Economía. “No conectaban a Massa con las medidas”, explican.
A diferencia de las PASO, se trata de profundizar el contacto con el vecino. “En el mano a mano nos encontramos que la gente está más reflexiva. Al visibilizarse en los debates la postura de Milei, con los recortes y las restricciones del Estado que promueve, la gente está más atenta y hasta dispuesta a debatir”. Antes ni escuchaban y conectaban más con el enojo contra el Gobierno y el Estado que verbaliza con rabia el postulante libertario. “Notamos un cambio de clima”, explica un intendente. Claro que el dólar a 1.000 pesos y su crisis enchastró un poco la cuestión de repartir culpas.
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Una de las motivaciones en la dirigencia local era la posibilidad de que el candidato encabezara un acto en Rosario y hasta otro en la ciudad de Santa Fe en lo que restaba de la campaña. Sin embargo, como publicó Letra P, la agenda prevista para esta semana de recorrer varias provincias en la previa del cierre en Buenos Aires se postergó unos días por la inestabilidad cambiaria y parece dejar afuera a Santa Fe, si es que existió alguna chance. "Estamos tratando que venga, pero la semana va muy rápido", sostuvo un dirigente al tanto de la logística.
Incluso la cena que preparaban con cientos de figuras de la dirigencia y el empresariado en un salón reconocido de Rosario no tiene fecha ni organización y no está en los planes del ministro. Por lo pronto, este viernes el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, viajará a recorrer la provincia y asistirá a una reunión con empresarios que arma el intendente de Funes, Roldiver Santacroce, quien habló de la logística café de por medio con el senador y excandidato a gobernador Marcelo Lewandowski. Dos puntas de lanza que pretenden ser protagonistas de la reconstrucción del PJ.
Fase uno a pleno
Después de aquella cena donde se bajaron los lineamientos comunes y la dirigencia acordó que la fase uno es el 22 de octubre para, después sí, reconstruir el peronismo local, las tribus del PJ pusieron manos a la obra, aunque perdura algo del modo Antón pirulero: cada cual hace su juego. Quizás hasta una suerte de cuentapropismo electoral donde se milita una causa, pero se mueven de manera individual, quizás, para atajarse ante una posible barbarie para el peronismo local. Algo se traduce en la vía pública.
“Tenemos con quién, tenemos con qué”, relucen los afiches en Rosario desde hace una semana. Minimalista, sin demasiados sellos, ocupa medio séxtuple el candidato Massa. La otra mitad es para el aspirante a vicepresidente Agustín Rossi, o el ministro de Transporte, Diego Giuliano, y María de los Ángeles Sacnun, aspirantes a la Cámara de Diputados. El Movimiento Evita hizo sus propias pegatinas en la ciudad y encontró en la causa Malvinas una ventana para pegarle a Milei. Una muestra de figuras que, si ganan el 10 de diciembre, se reconfigurarán en un nuevo espacio político.
Además del trabajo en el territorio de intendentes y presidentes comunales, donde rezongan que no todos tiran de igual manera, legisladores y funcionarios hacen sus propias actividades y agendas. A modo de ejemplo, en estos días el senador Lewandowski recorrerá localidades provinciales por su cuenta con la boleta de Massa en la mano.
El otro caso que resalta es el mencionado Giuliano, que a partir de la visibilidad que le da la cartera despliega a toda la militancia en apoyo del candidato a presidente. Sobre todo tratando de imponer agenda en Rosario y la zona. De hecho, este lunes, luego de que el candidato anunciara en el segundo debate un FBI argentino con sede en la mencionada ciudad, el ministro de Transporte se acercó al lugar e hizo una recorrida para subrayar la promesa.