A pocas horas de que venza el plazo para la inscripción de frentes electorales, el kirchnerismo y el sciolismo avanzan en la discusión por el reglamento y el peronismo se encamina a tener más de un candidato a presidente en las elecciones presidenciales.
“No hay disposición de bloqueo”, le dijo a Letra P una fuente del cristinismo sobre la discusión por las reglas. En las últimas horas, había trascendido que el tándem que forman Sergio Massa y el kirchnerismo incluiría entre las exigencias una cantidad de avales que deberían presentar los eventuales candidatos que le resultaría imposible conseguir a Daniel Scioli. “Eso no es verdad, no hay ningún problema con los avales”, apuntó la misma fuente.
La discusión central por estas horas gira en torno al reglamento, que determinará el piso que se requiere alcanzar en la interna para entrar en la boleta que competirá en las generales. El texto se cerrará este miércoles con la firma de los apoderados de todos los partidos que firman el frente electoral, aunque el plazo para presentarlo ante la justicia electoral vence el 19 de junio.
Como reveló en exclusiva este portal, el lunes por la noche, el cristinismo, el massismo y el sciolismo habían definido que si la lista de diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires que represente a la minoría obtiene el 30% de los votos, la integración se producirá intercalándose a partir del décimo lugar en la boleta final. Los siguientes serían el 11, 18, 28, 29 y 34. Si la nómina consiguiera el 40% de los votos, la intercalación se producirá a partir del sexto lugar, con cuatro representantes entre los primeros quince. Eso quedaría establecido para el caso de las listas encabezadas por precandidatos de diferente género. Este miércoles, en plena negociación, desde el kirchnerismo admitieron que el piso sería “alrededor del 30%”.
El piso y la forma de integración de las listas están en plena discusión. Por lo pronto, este miércoles por la mañana, Máximo Kirchner se comunicó con el vicejefe de Gabinete, Juan Manuel Olmos, para transmitirle que esperaba para la firma de la alianza de la provincia de Buenos Aires a los representantes del partido ParTE, fundado por el presidente Alberto Fernández. Fue una forma de darle a entender que el cristinismo no tenía previsto bloquear la disputa interna.