El extraño caso Bahía Blanca: víctima de la motosierra y votante de Javier Milei
El Presidente cobra alquiler por los puentes portátiles y cerró el tren, pero el 54% de los bahienses lo eligió. El peso del voto gorila y el futuro de Susbielles.
La diferencia de 28 puntos a favor de la lista encabezada por Diego Santilliimpacta cuando se la compara con los resultados de las elecciones legislativas de hace mes y medio, cuando La Libertad Avanza ganó por 16 puntos (46% contra 30%). La brecha con el peronismo casi se duplicó en pocas semanas.
Milei Santilli
Javier Milei y Diego Santilli
La participación electoral explica parte del fenómeno. En Bahía Blanca, la concurrencia subió del 60,4% en septiembre al 67,2% en las legislativas nacionales. Los nuevos votantes fueron en su enorme mayoría para la lista de Santilli. La paradoja es que esa oleada de voto violeta se produjo después de una relación tortuosa de la ciudad con el gobierno libertario: solo en los últimos meses, Milei le cobró a los bahienses un peaje millonario por puentes que el Ejército instaló tras las inundaciones y cerró el ramal del tren a Buenos Aires.
El perfil antiperonista de Bahía Blanca
El resultado del domingo no es una anomalía sino la confirmación de una tendencia: Bahía Blanca tiene un historial de voto anti-peronista que se profundiza cuando el espectro opositor se unifica. En 2023, el intendente Federico Susbielles aprovechó la división entre La Libertad Avanza y Juntos por el Cambio para quedarse con la victoria municipal. Esta vez, con una elección nacionalizada y sin grietas en el frente no peronista, el margen libertario se disparó.
La lógica bahiense también explica por qué las políticas nacionales no pasaron factura electoral a Milei. Cuando la ciudad quedó dañada tras las inundaciones, los votantes parecieron atribuirle las responsabilidades estructurales más a la provincia y al municipio que a la Nación. Esa distribución de culpas blindó al presidente en un distrito donde el rechazo al kirchnerismo pesa más que cualquier medida concreta del gobierno libertario.
El juego de Federico Susbielles
El resultado del domingo deja a Federico Susbielles en una situación delicada. El intendente mantuvo un vínculo estrecho con Milei durante más de un año y medio, intercambiando elogios mutuos tras el temporal que azotó la ciudad apenas iniciado su mandato. Pero después del 7 de septiembre, cuando calculó que la derrota bonaerense había dejado a Milei al borde del nocaut, viró hacia la crítica abierta.
La apuesta salió mal: ahora debe gobernar una ciudad en estado crítico desde una posición opositora a un presidente que acaba de arrasar en su distrito, apoyarse en el gobierno de Axel Kicillof y hacer equilibrio en una interna peronista que promete ser feroz. Como si fuera poco, Luis Calderaro, el candidato que puso en la lista de diputados nacionales de Fuerza Patria, quedó afuera por un puesto: iba en el lugar 17 y entraron 16.
La paradoja electoral
El bastión libertario bahiense resistió medidas que, en teoría, deberían haber erosionado el apoyo a Milei. La relación entre la ciudad y el gobierno nacional se tensó tras el primer temporal, cuando el presidente declaró que los bahienses debían arreglarse solos porque el Estado no podía ayudar. Después, vetó los fondos que el Congreso había aprobado para obras hídricas tras las devastadoras inundaciones. Luego se conoció que el gobierno nacional cobraría una suma millonaria al municipio por los puentes de emergencia que el Ejército había colocado tras el trágico temporal de marzo. Y, finalmente, cerró el tren que conectaba Bahía Blanca con Buenos Aires, eliminando un servicio histórico de conectividad. Sin embargo, nada de esto alcanzó para quebrar la lealtad electoral.