“Digámosles a aquellos que están en su casa y que nos perdieron la confianza que vuelvan a darnos la oportunidad, que estamos dispuestos a trabajar juntos, a pedir disculpas y a pelear por nuestra Patria”. Sergio Massa pide votos al lado del gobernador de Entre Ríos, Gustavo Bordet, y el candidato a sucederlo, Adán Bahl. Aterrizó en Paraná hace 20 minutos para participar del acto de entrega de 500 viviendas, ubicadas al sur de la ciudad. Abajo del escenario aplauden familias emocionadas por conseguir su primera casa. El ministro de Economía y precandidato presidencial de Unión por la Patria (UP) cumple con la frase de cierre del discurso: “Por más para Entre Ríos”. Es el nombre de la alianza local con la que el peronismo jugará la próxima elección.
“Acá le va bien a Sergio porque Entre Ríos es medio gorila”, se sinceran dos de los trabajadores que participaron en la construcción de las viviendas y que gritaron varias veces “Massa presidente”. Uno, igual, confiesa que en las PASO votará a Juan Grabois para “darle más fuerza al sector más duro del kirchnerismo”. En la elección general sí acompañará a Massa, descontando su victoria en la interna. Busca convencer a una compañera de trabajo, que también disfruta de la entrega de viviendas: “Te vamos a hacer peronista, vas a ver”.
El candidato de UP se zambulle entre vecinos que le agradecen por su casa. Escucha historias, recibe papelitos con pedidos que guarda en el bolsillo para dárselos después a su secretario. En el tironeo por las selfies, una mujer le cuenta que perdió su casa durante el gobierno de la Alianza y ahora volverá a ser propietaria. “¿Tu marido es ese señor que está allá? Me acaba de contar esa historia”, responde, rápido, el ministro.
En Entre Ríos, la precandidatura de Massa fue bienvenida. “Es un peronista más de centro, eso acá cae bien”, dicen en el equipo del gobernador, donde también destacan la respuesta permanente del ministro hacia la provincia. Bordet también cultiva ese estilo. Los dos comparten otra característica: son fanáticos de Tigre. En la previa del viaje habían cruzado mensajes por el partido que el Matador disputaba este lunes contra Barracas Central.
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Massa llegó a Paraná pasadas las 12, bajo un sol helado, con la negociación del Fondo Monetario Internacional (FMI) a cuestas. Lleva “los dos sombreros”, el de ministro y el de precandidato. No oculta que el doble papel lo agota, pero tiene descartado dejar el Palacio de Hacienda, aún después de las elecciones primarias, una opción que había dejado trascender. Al FMI no le cayó bien que lo pusiera en duda porque entiende que Massa es el garante de aplicación del programa. Sus colaboradores más cercanos coinciden. No habrá margen para dedicarse solamente a la campaña.
El domingo, Massa terminó de cerrar con Kristalina Georgieva los últimos detalles de la conversación para cerrar el viaje, este lunes por la noche, de un equipo del Ministerio de Economía a Washington. Si todo marcha como está previsto, como contó Letra P, el ministro volaría el jueves por la noche para firmar y hacer el anuncio de cierre el viernes.
La agenda prevista para ese día está en suspenso. El jefe de campaña, Eduardo Wado de Pedro lo llamó por la mañana para preguntarle cómo organizaba las actividades de cercanía que tenía previstas para el viernes, encuentros con trabajadores y vecinos. Massa le pidió que avanzara con cautela. Para el martes, tiene previstos cuatros actos en el conurbano bonaerense: Merlo, Bernal, Quilmes y Lomas de Zamora. Es el último día que el ministro podrá participar de actos con anuncios de gestión antes del comienzo de la veda. El miércoles tiene agendada una visita a la CGT. El jueves, podría viajar a Washington.
Dos horas a full
En el avión hacia Entre Ríos, Massa encontró un rato para desconectar. Aprovechó para dormitar un rato y, antes de aterrizar, pidió información a los funcionarios que lo acompañaron, el titular de la Aduana, Guillermo Michel, el secretario de Agricultura, Juan José Bahillo, y el ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, Santiago Maggiotti. Michel y Bahillo son oriundos de Gualeguaychú, Entre Ríos, otro factor que le anota puntos al ministro en territorio de Bordet.
El paso de Massa por Paraná duró dos efectivas horas. Participó del acto de entrega de viviendas, conversó con los flamantes propietarios dentro de sus casas. Accedió a todos los pedidos de fotos, a los videos y saludos. Pidió votos para Unión por la Patria (UP). Después, grabó un spot junto a Bordet y a Bahl, el intendente de la capital que peleará por la gobernación. Repitió “Por más para Entre Ríos”.
La aeronave despegó a Paraná desde Aeroparque, pero al regreso fijó rumbo a Ezeiza, donde Massa compartió un acto con Cristina Fernández de Kirchner por los 15 años de la recuperación de Aerolíneas Argentinas. El precandidato abandona entonces el traje del centro para tocar música para los oídos del kirchnerismo.
Probó junto a Cristina, De Pedro y el presidente de Aerolíneas, Pablo Ceriani, el nuevo simulador de vuelo de la empresa. Después ingresaron juntos al hangar previsto para el acto. La vicepresidenta se sentó en el centro. Se aplaudieron mutuamente, se ríeron y mostraron complicidad. Como el domingo 9 de julio, durante la inauguración del gasoducto Néstor Kirchner, pero esta vez sin Alberto Fernández. El Presidente viajó a Bruselas para participar de la III Cumbre entre la Unión Europea y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños. Es probable que Cristina y Fernández no vuelvan a compartir actos en lo que resta de la campaña. El exbinomio no disimula su mala relación. En el equipo de UP admiten que la foto "no suma nada".
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Massa sacó chapa de que fue él quien, 15 años atrás, anunció como jefe de Gabinete el envío del acuerdo al Congreso para avanzar en la reestatización de la aerolínea de bandera. Cristina asintió ante cada afirmación, pidió una lapicera para anotar datos. Massa habló como ministro y precandidato. “Entramos en una etapa que define dos modelos de país. Si queremos ser un país federal, tenemos que defender nuestra aerolínea de bandera”, dijo.
La vicepresidenta cerró el acto. Es la tercera actividad que comparte con Massa desde que se definió su candidatura presidencial. En los tres casos, la recuperación de uno de los aviones de los vuelos de la muerte durante la dictadura, la inauguración del gasoducto, y la celebración por Aerolíneas, fue para levantar banderas del kirchnerismo. Volverá a estar con Massa antes de las PASO. “Cuando ella quiera, para eso es jefa”, apuntó un referente del massismo recién llegado a Ezeiza.
Cristina celebró “el orgullo de haber tomado la decisión” y ratificarla 15 años después. “Lo hicimos bien”, cerró la vicepresidenta. Massa la aplaudió y se abrazaron. La vicepresidenta pegó la vuelta desde Ezeiza y el candidato seguirá de recorrida. En un rato, presentará el Sistema de Alerta Automotor, que integra el sistema SUBE y el 911 federal, por geolocalización, junto a los ministros de Transporte, Diego Giuliano, y de Seguridad, Aníbal Fernández. El martes le espera otra jornada frenética y que lleguen buenas noticias desde Washington.