Dos grandes dudas carcomen la cabeza de la cúpula de Unidos para Cambiar Santa Fe para encarar a fondo un proceso de reforma constitucional en las próximas semanas. El factor electoral y el clima social se imponen como obstáculos por sobre la posibilidad de un acuerdo interno y con la oposición en cuanto al contenido de la revisión de la carta magna.
Reforma: qué piensan el socialismo y la UCR
A la coalición que lidera el gobernador Maximiliano Pullaro no le sobra el tiempo. El radicalismo pretende que la reforma se sancione antes del 30 de noviembre, cuando finaliza el periodo de sesiones ordinarias. El objetivo es evitar que el mandatario se vea obligado a impulsarlo en extraordinarias. Para el socialismo, el otro gran socio del frente, la fecha no debería ser un condicionamiento para avanzar.
En ese marco, una eventual sanción de la ley de necesidad de la enmienda y su consiguiente elección de convencionales constituyentes en el primer semestre de 2025, junto a las legislativas locales, disparan un sinfín de cálculos.
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En diversos campamentos de Unidos se especula con la chance de que el propio Pullaro encabece la lista de convencionales del oficialismo. El gobernador hace mutis por el foro por el momento, pero de esa manera ordenaría y nadie pero nadie se le animaría al versus.
Unidos para Cambiar Santa Fe ante el temor de una alianza opositora
Se prevé, a la vez, que será una elección de pesos pesados en el oficialismo y también en la oposición. Con el gobernador en la grilla, pero también con la diputada provincial Amalia Granata, la diputada libertaria Romina Diez y hasta el senador peronista Marcelo Lewandowski. Se podrían anotar más (¿Omar Perotti?), pero hasta ahí, esa tríada opositora despierta una alarma a futuro en Unidos.
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Pullaro ganó en 2023 con el 58 por ciento de los votos, pero solo con Lewandowski como oferta fuerte enfrente. Obtuvo un 30 por ciento. Granata rozó los 20, pero en la categoría legislativa. Diez no compitió en la contienda provincial, pero si decide jugar lo haría bajo el sello de La Libertad Avanza. Ahora, si el cuarteto compite entre sí hay que recalcular y pensar si vale la pena.
¿Alcanza la buena imagen de Maximiliano Pullaro?
Pullaro tiene una imagen positiva que supera el 60 por ciento en la provincia, pero en ese cálculo electoral se imponen preguntas. ¿El gobernador se ve obligado a revalidar el récord de un millón de votos que sacó el año pasado? ¿Plebiscitaría su gestión? ¿Significa un riesgo innecesario la elección?
Hay un subfactor propio de las características de la elección de convencionales que entra en juego y no es menor. Si eventualmente Pullaro no sacase el 51 por ciento de los votos, corre el riesgo de que la oposición se una a fuerza de pragmatismo extremo en la asamblea constituyente y le empioje a Unidos el contenido de la reforma.
Lewandowski y Granata ya se juntaron a solas, ¿por qué no podrían establecer un acuerdo, aunque sea momentáneo, para perjudicar al oficialismo? ¿Y si Diez, en el caso de competir, hace su aporte también? Todo alquimia, pero perjudica el sueño de algunos oficialistas.
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Unidos se enfrenta entonces a la posibilidad histórica de reformar una Constitución tras 60 años de dilaciones, cuyo contenido termine siendo tamizado por el granatismo, el peronismo y el mundo libertario. Queda bien en claro que una cosa es la reforma que pueda impulsar el oficialismo y otra la que pueda propiciar Granata.
Además, por más potencia y gigantes que se presenten, la constituyente será una elección legislativa y se sabe que en las contiendas de medio término el voto se dispersa. En esas instancias, el electorado santafesino suelta la mano y se permite sufragar diversas opciones. En la última elección ejecutiva, Pullaro y Unidos concentraron, ¿y en 2025?
El otro rasgo, también central, que alienta dudas en el oficialismo es el clima social, que ya no es meramente de expectativa y esperanza por la llegada de un nuevo gobierno a la Casa Rosada, sino que empieza a ser de bronca y rechazo a la política toda. Entonces, ¿con qué ánimo va a ir votar Santa Fe en el primer semestre de 2025? ¿Y si el malestar termina afectando a Unidos pese a la buena imagen de Pullaro?
Ambas inquietudes superan hoy en peso dentro de Unidos al contenido que pueda tener la reforma. La disyuntiva sobre la reelección pasa a un segundo plano en la cabeza del oficialismo. El factor electoral y el clima social son los motivos por los cuales la coalición gobernante duda sobre si este es el momento adecuado para reformar la Constitución. Algunas voces internas van por la negativa y prefieren no arriesgarse en vano. Otras son positivas y consideran que no hay momento más oportuno y único que este para revisar la carta magna. Se decidirá en breve.