El deseo del gobernador Gustavo Valdés de que su hermano Juan Pablo Valdés se convierta en el candidato a sucederlo en las elecciones del año próximo golpea a la interna de la UCR de Corrientes y además empieza a generar rispideces entre los socios políticos que sustentan el armado del oficialismo provincial que está en el poder desde que comenzó este siglo.
Con el PJ intervenido y el radicalismo definiendo su futuro interno, las diferentes fuerzas provinciales empiezan a mirar con lupa un escenario en ebullición que tendrá un nuevo actor con peso específico en las elecciones de 2025: el sector identificado abiertamente con el presidente Javier Milei.
Por esa razón, el movimiento de Valdés que busca imitar el pase de manos entre los primos Ricardo y Arturo Colombi entre 2005 y 2009 parece ser una jugada demasiado arriesgada.
El portazo y la amenaza de Javier Milei
El problema es que a Juan Pablo el rancho se le está empezando a alborotar en su propio territorio. Días atrás, el Partido Liberal de Ituzaingó, municipio que gobierna el menor de los Valdés, decidió “dejar de pertenecer a la alianza ECO+Vamos Corrientes”, acusando al intendente “por el incumplimiento de los acuerdos políticos pactados desde 2021” y se fue del armado oficialista local.
No sin roces, el comunicado cierra con un sugestivo “Viva La Libertad, Carajo”.
Valdés es el presidente del radicalismo ituzaingueño, por lo que la división no apunta sólo a las definiciones personales que pueda haber tomado el hermano del gobernador, sino que deslinda responsabilidades sobre el partido. Según advierten algunos sectores opositores, concentrado en su interna, el radicalismo “está descuidando” la relación con sus socios, que empiezan a estudiar posibilidades de cara al cambio de mando provincial del año próximo.
“Los Liberales siempre hemos priorizado el bienestar y crecimiento de esta alianza. Es por ello que no vamos a ser objeto de lacayería y tratos desiguales por parte de los dirigentes que deben dar respuestas y cumplimiento a los acuerdos preestablecidos”, advierte el comunicado de la fuerza que se identifica a nivel nacional con el Presidente.
El reacomodamiento del oficialismo en Corrientes
En el marco de una estrategia nacional de la que viene dando cuenta Letra P, no son pocos quienes leen la escisión municipal como una primera muestra de lo que podría ser el comienzo del desembarco oficial de La Libertad Avanza en la política correntina.
El dato también preocupa al gobernador Valdés y al oficialismo todo. Tienen sus razones, ya que Corrientes no fue la excepción al aluvión de votos que convirtió en presidente a Milei, que obtuvo más de 366 mil sufragios en la segunda vuelta de noviembre, llevándose el grueso de las adhesiones de Juntos por el Cambio, cuyo referente provincial es el gobernador.
El Partido Liberal de Corrientes tiene una larga historia en la política provincial y desde 2009 forma parte del armado de Encuentro por Corrientes (ECO), el espacio impulsado por Colombi que luego heredó y explotó Valdés. Tiene bancas propias en el Cámara de Diputados provincialy gobierna media docena de municipios.
Es uno de los más de 30 partidos que, sumados a la crisis del peronismo, explican el poderío del oficialismo provincial, que en 2021 superó el 76% de los votos en los comicios ejecutivos.
Mientras las mesas de discusión se suceden, la pregunta que flota en la dirigencia correntina es qué pasaría si una división interna del radicalismo se acompañara con una diáspora de la alianza que, hasta el momento, ganó todas las elecciones provinciales de las que participó.
El reacomodamiento opositor que mira Gustavo Valdés
“El voto cautivo del radicalismo no llega al 30%, por lo que cualquier espacio que se abra ante una eventual división de Valdés y Colombi aparece como una alternativa competitiva”, asegura un conocedor del campo provincial. También advierte que, de cara a 2025, también resultará fundamental seguir de cerca el proceso interno que puede llegar a darse en el seno del peronismo.
Para quienes empiezan a dudar del futuro de la alianza en el gobierno, las conversaciones con el peronismo son parte de la agenda. Eso lo sabe toda la política correntina, incluso el gobernador, que suele bajarle el precio a cada uno de esos movimientos.
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Gustavo Valdés, gobernador de Corrientes.
Esta semana, el dirigente bonaerense a cargo de la intervención en el PJ, Máximo Rodríguez, aseguró que la normalización del partido debería darse antes de que termine este año, con la intención de llegar a un acuerdo que contemple a todas las partes para que el peronismo llegué normalizado y en condiciones de enfrentar el proceso electoral del año próximo en todos los distritos en que se lo proponga.
En el peronismo hay quienes piensan que ese acuerdo debe motorizarse a través de una elección interna en la que todos los sectores tengan la posibilidad de participar. “El que gana conduce y el que pierde, acompaña”, dice la máxima que se busca aplicar para evitar una nueva división que termine acomodando el terreno para otra derrota y, eventualmente, otro escenario de fugas que le allanaría el terreno al oficialismo.