Con una discusión en el comité nacional sobre el documento que emitió el partido para declararse neutral del ballotage presidencial, en la que no faltaron chicanas y hasta alguna amenaza de agresión, el senador Martín Lousteau y el gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés, iniciaron la pelea por el reparto de cargos de la UCR. Para dejar claro que no está dispuesto a obedecer órdenes, este domingo el mandatario desafió la posición de la cúpula y no descartó votar al candidato de La Libertad Avanza, Javier Milei.
"Individualmente, voy a votar positivamente por uno de los dos candidatos, no voy a votar en blanco. La Argentina tiene que cambiar, seguir trabajando por un cambio. Cualquiera (por el oficialista Sergio Massa y Milei) tiene que cambiar”, dijo Valdés en declaraciones radiales. Ambiguo, el exdiputado buscó cubrirse de un sector de la UCR correntina que prefiere al libertario y rechaza por igual la neutralidad de los gobernadores de Juntos Por el Cambio y el massismo implícito del presidente del partido, Gerardo Morales.,
Con su reaparición, Valdés intentó marcar distancia de Lousteau y Morales, quienes el miércoles pasado lo arrastraron a adherir a un documento que rechazó sin matices el respaldo a Milei promovido por el expresidente Mauricio Macri. El correntino irrumpió en esa reunión del comité y se fastidió cuando supo que el comunicado estaba escrito y sus delegados no lo sabían. "¿Si ya está todo redactado para qué nos llaman!?", cuestionó y sugirió agregar párrafos.
Mientras Valdés hablaba, Lousteau lo interrumpió para consultar si la mesa del partido le estaba prestando atención. "¿Alguien está tomando nota de lo que dice Gustavo?", preguntó el economista. El gobernador no lo tomó bien y le dedicó una chicana: "¿Querés que te tire un vaso de agua?", lo amenazó, en alusión al enfrentamiento que el senador tuvo con Morales en 2021, antes de que hicieran las paces y se repartieran el poder en la UCR.
La pelea por los cargos
Los años electorales para los radicales se viven en etapas. Hasta el mes de octubre, se dirimen los cargos locales y las candidaturas en las elecciones generales. Luego, cada sector del partido exhibe su cosecha para disputarse las autoridades del comité nacional y de los bloques legislativos.
En 2023 el escenario es cuanto menos peculiar para el partido centenario: perdió presencia parlamentaria, algo que siempre le aporta visibilidad; pero ganó cinco gobernaciones, lo necesario para ostentar un poder territorial que no tenía en décadas. Cómo contrapartida, la elección nacional no pudo ser peor: la UCR, por decisión de Morales y Lousteau, se alió a Horacio Rodríguez Larreta, quien cayó en la interna de Juntos por el Cambio con Patricia Bullrich.
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Valdés fue el único gobernador que jugó a dos puntas en esa contienda, mientras que el mendocino Alfredo Cornejo respaldó a la exministra. El tercer puesto de JxC el 22 de octubre no le permitió festejar a ninguno. En broma y en serio, según quien quiera interpretarlo, en sus charlas entre radicales, el correntino aclara que no es candidato a presidir el comité nacional y hasta da por hecho que el cargo será para Lousteau, quien tiene el camino allanado para ser el elegido.
El economista, que ya no oculta su vocación de presidir el partido, cuenta con votos de delegados ganados en las peleas de pago chico que dio hace dos años. Se cuelga la chapa electoral de haber quedado cerca de ganar la interna de la Ciudad y ser el padrino político de Maximiliano Pullaro, gobernador electo de Santa Fe. Por la envergadura de la provincia, su victoria es tal vez la más importante de la UCR en este siglo.
Sin chances de imponerse en el poroteo del comité, Valdés no se quiere quedar fuera de todo, embarra la cancha y se anota para el reparto de los cargos legislativos, que se renuevan en su totalidad porque los actuales jefes no seguirán en el Congreso a partir del diciembre.
Los nombres
En la pulseada por las autoridades de los bloques del Congreso se colaron otros referentes como Cornejo y el coterráneo Ernesto Sanz, siempre presente en la rosca partidaria. El mendocino fue el artífice del apoyo de la UCR bonaerense a Bullrich y logró que el titular del comité bonaerense, Maximiliano Abad, resulte electo senador nacional.
Sanz quiere a Abad de jefe del bloque UCR de la Cámara alta, pero le aparecieron varios rivales. Cornejo pide por sus referentes: el actual gobernador, Rodolfo Suárez, o Mariana Juri, una senadora con experiencia legislativa que se destaca en la rosca parlamentaria. Valdés anota a su coterráneo Eduardo Vischi.
Por la ola libertaria, Morales se quedó sin representantes en el Senado y en su rol de mediador, dejó a un lado al correntino. En el acto por los 40 años de la victoria de Raúl Alfonsín, el jujeño mencionó como exponentes de la renovación radical a Pullaro y al diputado cordobés Rodrigo De Loredo, cercano a Lousteau, pero no destacó a Leandro Zdero, electo gobernador de Chaco y cercano a Valdés.
En Diputados, el pacto Morales-Lousteau es suficiente para garantizar la unidad radical, que desde 2021 tiene una división parlamanteria entre UCR y Evolución. Si el senador no fuera presidente del comité, De Loredo, jefe de su bloque en la Cámara baja, sería el elegido para presidir la bancada unificada. De lo contrario, el economista debería aceptar otros nombres.
Sanz pide por Karina Banfi, la máxima autoridad de la UCR que logró ser reelegida. No estuvo en ninguna lista Mario Negri y el formoseño Ricardo Buryaile compitió, pero no pudo retener su banca. Si Banfi tiene respaldo de sus pares podría imponerse, porque esa es la tradición para elegir autoridades legislativas en la UCR. La definición llegará después de elegirse las jefaturas del comité nacional, cuando pase el ballotage. Será un mes de mucha rosca.