Con el radicalismo en llamas, el peronismo de Corrientes debate su propio futuro de cara a la elección del año próximo. Con el partido intervenido, el pelotón de aspirantes empieza a acomodarse en un escenario donde el senador Carlos Camau Espínola vuelve a tomar relevancia con la discusión de la ley ómnibus XS como telón de fondo.
Si bien la discusión provincial parece concentrarse en la interna entre el gobernador Gustavo Valdés y su antecesor, Ricardo Colombi, en el panperonismo correntino reconocen que las posibilidades futuras dependen de un proceso interno que busca reacomodarse luego de cinco años de intervención. El partido debate los niveles de apertura que podrían aceptarse en el juego estratégico que quiere terminar con la hegemonía que la UCR ostenta desde 2001.
Están quienes auguran un armado “más puro” y quienes comprenden la necesidad de ampliar las fronteras, incluso contemplando sumar a algunas fuerzas provinciales más conservadoras. En ese juego también es fundamental lo que pueda pasar en la interna del oficialismo. “Uno contra uno, es imposible ganarle una elección a Encuentro por Corrientes (ECO)”, asumen.
Distinto de sus pares del bloque Unidad Federal, Camau no tiene una fuerte ascendencia en el peronismo correntino. Es su espacio, pero no expresa la pertenencia partidaria del entrerriano Edgardo Kueider ni el poder interno que expone la cordobesa Alejandra Vigo. Sin embargo, es el referente opositor que mejor mide en Corrientes y el que se posiciona de mejor manera en la antesala de cada proceso electoral. En 2025 no parece ser la excepción.
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Camau Espínola, senador por Corrientes. Foto: NA
Aunque su nombre genera recelos entre algunos sectores del panperonismo correntino, todos saben que si Espínola decide ponerse en carrera arranca con ventaja. Llegó a la política como un héroe olímpico y de la mano de Fabián Ríos se convirtió en intendente de la capital provincial en 2009.
El horizonte en Corrientes
Con un fuerte apoyo del gobierno nacional, en ese momento a cargo de Cristina Fernández de Kirchner, el reconocimiento a su gestión lo hizo apuntar a la gobernación cuatro años más tarde, pero no pudo contra la reelección de Colombi, que accedía en 2013 a su último mandato. Luego fue secretario de Deportes de la Nación y en 2015 recaló en el Senado, donde fue reelecto en 2021.
De las negociaciones para esa última elección, al peronismo le quedó la certeza de la capacidad de daño del exregatista. Si decide jugar, y lo hace por afuera, una buena parte del electorado que la oposición correntina cuenta de su lado se irá con él.
En el fondo, todos saben que Camau vuelve a estar en la mira de la política nacional por su posición respecto de algunos puntos sensibles de la ley ómnibus XS que se empezará a discutir en el Congreso la semana próxima, pero está esperando la oportunidad para volver a intentar gobernar su provincia. Lo que nadie se anima a arriesgar es si ese momento llegará el año próximo.
Las oportunidades del peronismo
En el PJ saben que Espínola se encargará de que la dirigencia conozca su postura con el paso del tiempo. De todos modos, tiene mandato en el Senado hasta 2027.
Mientras tantos, en los debates internos empiezan a resonar las figuras que podrían tejer un acuerdo que no necesariamente debería terminar con un peronista encabezando la boleta. Sin orden de preferencia, se suceden los nombres de los intendentes Martín “Tincho” Ascua (Paso de los Libres), Diego Caram (Mercedes) y Emiliano Fernández Recalde (Virasoro); así como los senadores provinciales Martín Barrionuevo y José “Pitin” Ruiz Aragón; y el diputado Germán Braillard. La lista podría extenderse dependiendo de quién ponga los nombres sobre la mesa.
Con todo, el problema principal no pasa por la superposición de precandidaturas, sino por la discusión en torno a la normalización partidaria y el desafío de delimitar una estrategia conjunta de cara a 2025. Como ya contó Letra P, están quienes entienden que hay que convocar a internas y están quienes quieren extender los acuerdos, pero con el visto bueno de todas las partes.
Luego del último congreso nacional del partido, la senadora bonaerense Teresa García quedó a cargo de encaminar ese proceso interno, todavía sin un rumbo demasiado claro.
La mirada sobre Ricardo Colombi
En medio de ese proceso, hay sectores del peronismo en los que crece la expectativa a partir de la fractura expuesta del radicalismo correntino. El poderío político que Valdés reafirmó en la convención del pasado lunes terminó resquebrajando aún más una situación que se terminará de resolver en las internas convocadas para el 27 de octubre. Una eternidad para la política argentina.
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Ese escenario siembra dudas sobre la potencia de ECO ya que, reconocen en el litoral, el poder electoral de Colombi se mantiene intacto y podría estar en condiciones de presentar batalla para volver a la gobernación, incluso con Valdés jugando detrás de otro candidato.
El peronismo imagina dos escenarios. Una elección de tercios en la que uno de los radicales quede fuera de carrera y todo se defina en una segunda vuelta electoral o una elección de cuartos, que sume a ese escenario un armado con algún vínculo con el presidente Javier Milei.
En ambos esquemas, la derrota de quienes apuestan por la “pureza” de los espacios se consumaría con peronistas y radicales repartidos entre las diferentes listas.