El intendente de Villa Carlos Paz, Esteban Avilés, empieza a dar algunas señales sobre su futuro político en Córdoba. Sus acciones recientes comienzan a hablar por sí solas y a alumbrar posibles escenarios para las alquimias electorales que se vienen.
Enfocado al 100% en su gestión en la perla de Punilla, el exaliado del cordobesismo consiguió el aplauso del ala libertaria, obnubilada por su antikirchnerismo, bolsa en la que también mete al gobernador Martín Llaryora. En silencio, pero con una demostrada expertis en términos de armados electorales, el vecinalista observa el impacto de las medidas adoptadas por Javier Milei.
Con un tercer mandato no consecutivo que lleva sobre sus espaldas, Avilés sabe que el desafío es marcar una página en la historia de la ciudad turística y robustecer su propia insignia, a la vez que busca deshilachar el prejuicio negativo del tercer mandato. Ese es su desvelo.
Conocedor de las herramientas de la comunicación, busca sellar una nueva identidad ciudadana en Carlos Paz y trabaja a destajo para alimentar su relato con políticas públicas de apertura, transparencia y participación ciudadana. La exploración de nuevos armados políticos será la otra pata del plan.
No hay plata: Esteban Avilés se ganó el aplauso libertario
Las altas alcurnias del radicalismo y del peronismo provincial lo consideran un potencial actor en las contiendas de 2025 y 2027. ¿Es descabellado que Avilés esté pensando en disputar una banca en la Cámara de Diputados en el próximo turno? No. Tampoco, que pretenda ir por la gobernación.
En tiempos en los que comienza a circular la idea de un armado local que incluya a La Libertad Avanza, al PRO, al Frente Cívico y parte del radicalismo, el intendente Avilés parece primerear la jugada. Así como Pedro Dellarossa, ministro de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica de Llaryora, le sacó jugo al “punto cero del cambio” desde Marcos Juárez, ahora Avilés parece ir por esa misma cofradía desde la perla de Punilla.
Es que el espacio libertario vio con buenos ojos que Avilés pasara la motosierra por el organigrama municipal, redujera la planta política en un 20% y recortara el sueldo de sus funcionarios.
El acuse de recibo llegó más temprano que tarde, cuando el intendente felicitó a Milei por su triunfo: “Que esta nueva etapa sea de progreso y de gestión federal, priorizando la construcción colectiva para que podamos cumplir los sueños de todos los carlospacenses”.
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Ese mensaje de Avilés no fue inocente: si bien se congració con Milei por el triunfo, en 260 caracteres incluyó tres palabras que el Presidente aborrece: “federal” y “construcción colectiva”. Es que las fórmulas colectivistas le vienen dando buenos resultados desde hace 13 años, cuando en 2011 estrenó la marca Carlos Paz Unido y conquistó cuatro veces la intendencia para su espacio: tres veces para él y una, para Daniel Gómez Gesteira, un estrecho colaborador.
Martín Llaryora no es Juan Schiaretti
Luego de su paso por el gobierno de Juan Schiaretti en la presidencia de la Agencia Córdoba Turismo (2019-2023), Avilés decidió volver a su primer amor: la municipalidad de "la villa". El puntapié de esa tercera candidatura terminó de sellar una distancia irremontable con Llaryora, que no es Schiaretti.
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Esteban Avilés saltó a las filas del cordobesismo con Juan Schiaretti. Ahora, es opositor.
Si bien el intendente recorre un camino de sinuosa incertidumbre, deja más que claro que con el gobernador “no va ni a la esquina”. Incluso, cada vez que puede lo acusa de tener “condimentos kirchneristas”. Otro aplauso que le propinan los libertarios y que demuestra que cuando Avilés tiene que marcar los límites no le tiembla el pulso. Incluso, cerrándole la puerta a la Comunidad Regional Punilla, un brazo territorial del gobernador.
En ese camino de armados amplios, el titular de Carlos Paz Unido es el máximo exponente del vecinalismo en la provincia mediterránea. Desde ahí mantiene y ensancha la avenida del medio, a la que adhieren las franquicias locales de la UCR, el MID, el Partido Socialista, la Coalición Cívica, peronistas desencantados y, ahora, parte de la tropa libertaria.
Las claves para muscular
El modus operandi de Avilés está marcado a fuego por cuatro aspectos claves de su imaginario político: es silencioso, tiempista, convincente y amplio. Si bien se mueve con disimulo, son públicos sus viajes de gestión a la provincia de Santa Fe y a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires como embajador de la marca turística de Carlos Paz. Así, acumula flashes, fotografías y cafés políticos que robustecen el perfil fuera de los límites de su terruño.
Cuando se decide, a Avilés no lo detiene nada y logra convencer a propios y extraños de llevar adelante arriesgadas jugadas electorales. Así lo hizo cuando advirtió que con el centenario partido no alcanzaba y tendió puentes con otras fuerzas políticas.
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Esteban Avilés con su par de Potero de los Funes, Damián Gómez.
Ahora, parece haber tomado nota de que los abrazos libertarios también le suman. Para potenciar la buena convivencia hacia el interior de un adolescente Carlos Paz Unido, Avilés eligió para la campaña pasada el camino de la libertad de acción de sus socios. Claro que para robustecer su amplitud necesita apoyarse en las coincidencias y evitar todo aquello que pueda limar la madera donde talló su armado.
Las certezas de un dirigente escurridizo
Para erigirse como “el gran vecinalista”, Avilés encontró un paraguas discursivo de todas sus políticas públicas: la gestión comunitaria. Desde ahí muestra que el verdadero valor está en la participación de los vecinos, en el presupuesto participativo y en su máster plan de turismo sostenible, para enlazar al sector público, el privado y redefinir la identidad local.
“Nuestra ideología es nuestra identidad carlospacense”, dijo en su discurso de asunción, dejando claro que la única bandera que agita es la de Carlos Paz, para pergeñar sus próximos pasos.
Mientras tanto, para generar masa muscular, abraza distintos espacios políticos entre los que se incluye a LLA y evalúa posibles alternativas que lo conduzcan a nuevas victorias.
Hasta ahora, Avilés es un taquillero en su tierra. Posiblemente, empiece a tallar un futuro fuera de las trincheras de Carlos Paz. El tiempo dirá.